Siembra exigencia y cosecha trabajo

Dicen que todas las historias son contemporáneas de su momento, y su reflejo se muestra a través de las diferentes disciplinas artísticas. La crónica de todos los tiempos está pintada en lienzos, grabada en esculturas, capturada en fotografías, escrita en libros y páginas de periódicos, recitada y cantada sobre escenarios y estudios de radio y proyectada en la pequeña y gran pantalla. La trata de blancas es un lamentable capítulo de nuestra época, y Princesa rota aborda este delicado problema que sacude las calles de México desde las 300 localizaciones de rodaje con las que cuenta en Alicante. El actor onubense Paco Velázquez es parte integrante de este proyecto, tanto a la luz de los focos como detrás de las cámaras.

"En cuanto vi el logotipo de la serie sentí que tenía que participar en ella", afirma el intérprete, a quien le apetecía mucho realizar una empresa de tal envergadura, y ésta, ya desde un primer momento, "lo parecía". De hecho, Velázquez tan sólo tuvo un día para prepararse el personaje y meterlo en la maleta camino del litoral levantino, pero acudió porque tenía claro que tenía que estar allí. El proyecto, que comenzó hará dos años como una webserie, calienta ahora para dar el salto a televisión pero, en palabras del propio actor, "aún no sabemos en qué cadena será, aunque sí puedo decir que será de ámbito nacional y en horario de máxima audiencia".

El onubense, orgulloso profeta de su tierra allá donde va, coordina la parte del proyecto en Huelva para su promoción con la ambición de poder traer algún día parte del rodaje aquí, puesto que "para una ciudad pionera en tantas cosas, como el Descubrimiento de América o el decano del fútbol español, es importante convertirse en el primer escenario fuera de Alicante en el que se ruede la serie". A pesar del optimismo, aún se dan pasos de puntilla para conseguirlo. La ciudad, en palabras del actor, "se va abriendo poco a poco a nuevas oportunidades aunque aún adolece de muchos recursos", por lo que piensa que conseguir este propósito sería una oportunidad magnífica para el tejido industrial cinematográfico de la provincia onubense.

Una de las cualidades que mejor definen al actor es la exigencia, ya que "la interpretación es muy complicada y uno tiene que dar todo lo que tiene". Y dramatiza: "Es como la vida real; hay cumpleaños, pero también besos y violaciones". La grabación de la primera temporada "ha puesto el techo muy alto" pero la ambición de la serie comulga con la exigencia del propio intérprete, quien tiene muy claro que para la próxima entrega tienen que superar ese techo.

La vocación del veterano artista, intacta desde que estudiaba con entusiasmo la mímica de sus actores favoritos con tan solo ocho años, continúa escalando gracias a este tipo de proyectos, aunque sigue trabajando para alcanzar metas más ambiciosas. El veterano actor afirma no tener ningún tipo de problema en escuchar la alarma temprano mientras otros compañeros de profesión mejor posicionados descansan un poco más, y reconoce que "si viviera en Madrid seguramente tendría más oportunidades".

Las agencias de actores, ambulantes portadoras de los sueños y oportunidades de sus artistas, bombean guiones y audiciones para casting a la espera de colocar un papel importante a alguno de sus alumnos. A través de la joven Escuela de Actores de Huelva, de la que Velázquez es el primer matriculado, el actor consiguió una audición para un rol en la serie Arrayán. Humilde pero ambicioso, el intérprete onubense no se muerde la lengua al reconocer que "estaba completamente seguro de que el papel sería mío, no porque fuera mejor que nadie, sino porque no podía dejar escapar esa oportunidad".

Aunque series del prestigio de Arrayán puedan congelar las habilidades interpretativas de cualquier profesional, trabajar junto a Concha Goyanes supuso para el experimentado artista un honor a la vez que un privilegio, que lejos de despertarle los nervios le calmó la ansiedad, puesto que "como artista, me gusta trabajar rodeado de profesionales exigentes". Una de las grandes curiosidades que hasta ahora marcan su trayectoria fue la figuración especial en la película de Larry Charles y Sacha Baron Cohen, El dictador (2012), en la que interpretó el rol de uno de los ministros del dictador, el propio Sacha Baron Cohen, protagonista del filme. El actor reconoce que no le llamaba mucho la atención la oportunidad a pesar de ser una gran producción americana, pero que sus amigos le animaron a acudir al casting y al final disfrutó de la experiencia.

El esfuerzo y la humildad son las principales herramientas con las que Paco Velázquez pretende seguir trabajando día a día en su labor. "A mí me pueden dar dos Goya un día, que a la mañana siguiente estaré rodando un cortometraje aquí si me necesitas".