Huelva

¿Quienes eran los pilotos británicos muertos en la Segunda Guerra Mundial que están enterrados en Huelva?

Los sargentos Geoffrey Lennox Avern y Philip Bernard Crossan.

Los sargentos Geoffrey Lennox Avern y Philip Bernard Crossan. / M. G. (Huelva)

Dos modestas lápidas de granito en un rincón del cementerio británico de Huelva recuerdan a los pilotos Philip Bernard Crossan y Geoffrey Lennox Avern caídos sobre Gibraleón en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Quiénes eran? El sargento Philip Bernard Crossan era operador inalámbrico y observador de la RAF. Geoffrey Lennox Avern, era también sargento y piloto de la Real Fuerza Aérea Australiana. Tenían 21 y 27 años respectivamente. Murieron instantáneamente en el accidente y desde entonces reposan en Huelva. En la pared detrás de sus tumbas de guerra de la Commonwealth hay una placa que conmemora al marinero de primera Percy Longthorpe, quien falleció el 14 de diciembre de 1918 a los 24 años tras una explosión en el HMS Adventure, que estaba siendo reparado en el muelles locales

El Bristol Beaufighter Mk. VIc con matrícula T4936 perteneciente al 236 escuadrón de la Royal Air Force despegó de su base St Mawgan (Cornualles) con destino a Oriente Medio y con escala en Gibraltar. El trayecto incluía sobrevolar el espacio aéreo onubense. El avión perdió el control sobre la provincia, “posiblemente siendo derribado por baterías antiaéreas españolas, ya que testigos oculares describieron haber visto llamas saliendo del avión antes de que se estrellara segundos después”. Sus dos tripulantes murieron. Philip Bernard Crossan era hijo de Bernard y Elsie Margaret Crossan, de Borough Road, Middlesbrough (Inglaterra). El sargento Avern nació el 27 de abril de 1914 en Gunnedah, Nueva Gales del Sur (Australia). Se graduó como maestro en 1932 antes de alistarse en la Real Fuerza Aérea Australiana. Después de completar su entrenamiento militar, prestó servicio en Sudáfrica antes de ser ascendido a sargento y unirse al 236° Escuadrón Beaufighter en Wattisham, cerca de Ipswich, a unas 10.000 millas de su hogar en Australia. Los aviadores fueron enterrados inicialmente por las autoridades españolas en el cementerio de Gibraleón, pero fueron retirados en junio de 1951 porque las tumbas no podían mantenerse adecuadamente. Ahora sus restos languidecen en el cementerio británico de Huelva.

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