-¿Estuvo recientemente en Roma, vendrá el Papa al Rocío?

-El encuentro fue muy entrañable, le agradó mucho la escultura que le regaló la Hermandad Matriz y e mostraron la foto del Papa Juan Pablo II con la Virgen del Rocío; en ese contexto de cercanía se le hizo esa invitación que estaríamos encantados de que viniera al Rocío, se la habló del encuentro con los jóvenes. El Papa no podía darnos una respuesta pero agradeció el gesto de acogida y seguiremos esperando si esa posibilidad se puede dar.

-¿Qué se está haciendo para dinamizar las hermandades en la Diócesis?

-Se están moviendo la creación de coordinadores de arciprestazgo, Diego Capado y Juan Romero se están reuniendo con hermandades de penitencia y gloria. Para que toda la formación, la participación litúrgica, el sentido de las obras de caridad, se vayan coordinando y se inserte en el organigrama general de la Diócesis, en la vicaria de la celebración de la fe. Creo que se están dando pasos importante y están contentos los hermanos que participan.

-¿Qué se pretende con la figura del rector en La Cinta?

-Tiene un encargo especial, que es cuidar sobre todo la celebración de los matrimonios y la promoción de la pastoral familiar. Es un lugar especial al que acuden las familias, no sólo para celebrar el matrimonio, he podido encontrarme con muchas familias que han tenido una operación y van a darle gracias, que presentan a sus niños, como es un santuario muy significativo dentro de la ciudad, el rector cuidará la pastoral familiar es una tarea importante en la Diócesis.

-¿Y qué tal sus paseos por El Conquero?

-La Cinta, con el monasterio de las Oblatas, la Casa de Ejercicio y el hogar de Nuestra Señora de Belén, constituyen un lugar muy evocador para poder vivir las experiencias espirituales en mi propia vida. A mí me viene muy bien acercarme a cualquiera de estos lugares a la vez que visitar a la Virgen de la Cinta, a demás de dar un paseo por ese balcón que es El Conquero. Es como una pequeña peregrinación.