¿Quién dijo que el Quijote y Cervantes habían caído en el olvido? El salón de actos de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Huelva ha dado cuenta del interés que suscita, aún en estos tiempos, el lenguaje cervantino y el Siglo de Oro de la literatura española. Con un auditorio en el que no faltó ninguna butaca por cubrir, el director de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), Santiago Muñoz Machado, ha disertado este martes durante más de una hora sobre la obra cervantina en una conferencia que se ha desarrollado bajo el titulo de El pensamiento jurídico de Cervantes.
Al acto, organizado por la Academia de Artes, Ciencias y Letras de Huelva en el marco del 25 aniversario de la fundación de la entidad, han acudido numerosas personalidades del mundo de la cultura, las letras y las instituciones onubenses, entre ellos Antonio González, videpresidente de la Academia onubense, el académico, Benito Valdés, el profesor Luis Gómez Canseco o el concejal Francisco Javier Muñoz, en representación del Ayuntamiento de Huelva. Todos ellos han coincidido en el nuevo enfoque que representa asomarse al Quijote y por extensión a la obra cervantina, desde una perspectiva jurídica, algo fuera de lo común y tradicionalmente ha quedado al margen de las grandes preguntas que han marcado la iconografía del autor.
Precisamente en esta conexión, con el léxico de la legalidad de fondo, es donde Muñoz Machado ha puesto el foco durante gran parte de su intervención. Tanto esta como otras aproximaciones, ha explicado, están llenas de inexactitudes por la ausencia de un retrato claro y coexistente al propio autor. "Nadie escribió su biografía después de morir hasta muchos años después por lo que sabemos muy poco acerca de las motivaciones reales del autor en El Quijote así como en el resto de su obra", ha asegurado el doctor en derecho administrativo y autor de Cervantes (Crítica, 2022). "Desde entonces y hasta hoy han sido muchos quienes han tratado de encontrar respuesta a qué pensaba Cervantes, de quién se quería burlar". A este respecto, ha sido etiquetado de muy diversas maneras, entre ellas como "anarquista o antimonárquico", según la valoración de la mirada de quienes han buceado en su biografía.
Lo cierto es que, a criterio de Muñoz Machado, sobre todas estas toneladas de ideas vanas que se han vertido sobre el, ha recalcado, "Cervantes era un escritor con mucho conocimiento pero no era un sabio universal como se asegura". Lo que sí fue, "es un escritor que se hizo a sí mismo y al que hay que valorar por encima de todo por su calidad literaria".
Un lenguaje sobre las propias vivencias
Por encima de la presencia o ausencia de conocimiento académico, Cervantes aprovechó sus propias vivencias personales para configurar su propio lenguaje en torno a la legalidad de la época. A este respecto, tal y como explicó el catedrático, fueron muchas las reseñas que hizo Cervantes a lo largo de su extensa bibliografía. "Acabó sabiendo más de derecho que cualquier persona de su época". El estudioso de Cervantes asegura que en toda su obra se pueden encontrar numerosos registros de ello. "Además de en el propio Quijote, manejó con solvencia el derecho en Novelas Ejemplares o el Licenciado Vidriera y era muy docto en materia jurídica".
Esto puede deberse a varias cuestiones fundamentales, la primera, aunque de soslayo, es la cuestión de que su abuelo Juan Cervantes fue abogado. Esto sin embargo, no parece que marcase especialmente al niño, al menos no tanto como otras cuestiones personales a las que se enfrentó en la edad adulta. "Cervantes conoció la administración penal, se vió involucrado en un asesinato y un homicidio tras su traslado a Madrid e Italia, estuvo en la cárcel en Sevilla y estuvo en el punto de mira de la Inquisición en Argel donde se ganó fama de persona esquinada y heterodoxa en asuntos sexuales". Todo ello hizo que el autor de Alcalá de Henares "conociese la administración penal o las dificultades para acceder a servicios públicos por falta de recursos. También cuestiones como el derecho matrimonial, que cambió con el Concilio de Trento hizo que tuviese una perspectiva de dos mundos diferentes".
Para Cervantes, en boca de El Quijote, conocer la legislación era una cuestión primordial. "Un buen caballero andante debe saber de leyes para dar a cada uno lo que es suyo y lo que le conviene", es una frase recurrente del histórico personaje. Efectivamente, Cervantes tenía una importante sobre la justicia, tal vez alejada de un viejo mundo que, como el de hoy, no acababa de morir y uno nuevo que no terminaba de nacer.
Tal y como explicó Muñoz Machado, esta conciencia lleva a Cervantes a disponer de un manejo excelso de la jerga jurídica en la que incluye instrumentos de la época como letra de cambios o testamentos abiertos con terminología exacta y puntual de la época.
Tras finalizar la disertación, el público tuvo la posibilidad de compartir un breve coloquio con el representante de la RAE, en la que se pusieron encima de la mesa cuestiones como la mujer en la obra del Quijote o la financiación de la obra, enriqueciendo aún más el ya de por si sugerente acto.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios