San Pedro echó sus campanas al viento por Manuel González
Clausura Flores de las hermandades y sevillanas del Coro del Lazareto
En el centenario de la Uner se destaca su labor de ayuda a las personas necesitadas y su contribución a la promoción educativa con la creación de escuelas
La Unión Eucarística Reparadora (Uner) culminó ayer su centenario con una ofrenda ante el monumento al beato Manuel González García. La mañana lluviosa dio una corta licencia al acto al que acudieron numerosas personas de las distintas comunidades que la Uner tiene en toda España y Portugal. La torre de la parroquia mayor de San Pedro de la que fue arcipreste Manuel González y donde fundó hace cien años la Obras de las Marías de los sagrario Calvarios se unía con los toques alegres de las misas dominicales, aunque de fondo en esta mañana de ráfagas cortas de sol y de cielo cubierto se escuchaban algunas tormentas de fondo.
Pepita Garfía mantuvo el acto desde la cercanía y el afecto que en Huelva se le tiene al beato Manuel González; recordó cómo, por ejemplo, la creación de su obra eucarística aparece inmortalizada en el frontal de la custodia procesional de Corpus Christi. Un afecto que está reflejado ante su monumento con una ofrenda floral en la que participaron la Unión Eucarística Reparadora y hermandades, allí se encontraban las de Pasión, Judíos, La Fe, Esperanza, Sagrada Cena y Nuestra Señora de la Cinta.
La hermana Ana María García, superiora en Huelva de la Uner, recordó con palabras del propio Manuel González aquella fundación en la tarde del 4 de marzo de 1910, en la que dirigiéndose a las feligresas les dijo que esa vez no pedía para los pobres, sino que solicitaba "una limosna de cariño para Jesús Sacramentado", germen de lo que luego sería la comunidad religiosa. Cien años han pasado con sus realidades gozosas y tiempos difíciles, pero hoy como en 1910 "es necesaria una respuesta eucarística, porque Dios y el pueblo siguen siendo los grandes abandonados".
La madre María Leonor Mediavilla, presidenta general de la Uner, destacó la importancia de Huelva "como el lugar donde nació y se impuso la eucarización". Habló de Palomares del Río, donde Manuel González inició su vida pastoral y de Palos de la Frontera donde inició a expandirse el deseo de la Obra de las Tres Marías, que ha llegado a muchas partes no sólo de España y Portugal, sino de América, fundándose la primera comunidad en Cuba. María Leonor Mediavilla dijo que "Jesús Eucaristía es un grito de vida", e invitó a seguir este carisma de vida y a estar siempre cerca de los pobres sufrientes. Así puso de relieve que el jubileo por este centenario habrá sido real si se adopta ese compromiso personal y comunitario para con los más pobres. Invitó a crear equipos móviles eucarísticos y a encontrar "músculos misioneros". "Tenemos una historia bella que conmemorar, pero ahora hay que seguir trabajando en la historia que ahora comenzamos".
El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, dijo que el beato Manuel González fue un hombre avanzado en su época, echándose a la calle dando testimonio como sacerdote con proyectos como las escuelas cristianas . Habló del beato Manuel González como "el gran alcalde arcipreste de Huelva". Una persona que "cien años después sigue siendo ejemplar" y reconoció que "los problemas de hoy siguen siendo al igual que en su época Jesús en el sagrario y el pueblo, por la fuerte secularización que puede hacer peligrar el valor de lo religioso en el futuro", dijo el alcalde. El acto concluyó con unas sevillanas del Coro del Lazareto, aunque adelantado por la lluvia.
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