Huelva, barrio a barrio

San Antonio, un barrio que surge junto a almendros en flor

  • El campo existente, a los pies de la Casita Blanca, pasó a la historia con la construcción de cuatro bloques de viviendas y el viario de la calle Diego de Velázquez

  • Barrio a Barrio: Imágenes de San Antonio

La calle Málaga.

La calle Málaga. / Alberto Domínguez (Huelva)

El Barrio San Antonio surgió junto a un campo con almendros. La barriada comenzó a desarrollarse en las décadas de los sesenta y setenta, las hileras de antiguas casas de planta baja existentes que conformaron las primeras calles se fueron complementando con bloques de viviendas, de cuatro y cinco plantas, con las que se crearon otras nuevas calles, que tomaron, algunas de ellas, nombres de provincias andaluzas, Málaga, Almería, Jaén y Córdoba. Allí se asentaron personas procedentes de distintas localidades onubenses, así como de otras provincias andaluzas, de otros puntos de España como Extremadura, Galicia y País Vasco, e incluso del país vecino, Portugal.

Parejas jóvenes con sus hijos se instalaron en esta barriada surgida en medio de la naturaleza, en la que los niños jugaban libremente en el campo, en el que había bancos y farolas distribuidos a ambos lados del camino que conducía a la Casita Blanca, hoy en estado de abandono. El edificio acogió en la década de los sesenta y setenta la Academia Profesional San Isidoro, en la que se impartían estudios de Asistente Social y Graduado Social, y funcionaba también como residencia de estudiantes. Ésta dio paso a la Escuela Universitaria de Trabajo Social.

Había incluso en el campo una vaqueriza, un espacio que ahora ocupan viviendas adosadas. Cada vez que llovía con intensidad, riadas de agua llenaban las calles de barro procedente del cabezo y del frente del campo, una imagen que se repetía constantemente todos los inviernos en la barriada, al igual que, la incomparable estampa que ofrecía la naturaleza con los almendros en flor.

Algunos de los vecinos pusieron en marcha su negocio en el barrio, una práctica que se sigue manteniendo, aunque ahora son descendientes de esos primeros moradores. Había comercios de proximidad, uno de ellos estaba en la calle Málaga, que en un principio regentó Maruja y Diego y luego les tomó el relevo Ramona y Juan, a los que seguirían otros tenderos. La tienda de comestibles era un punto de encuentro donde se comentaba la actualidad del día mientras se esperaba el turno para ser atendido. También estaba en la misma calle el establecimiento de Cristo, y el de Pepa en la calle Almería. En la calle Córdoba se encontraba el que se conocía popularmente como El Corralito, y en la esquina de la calle Arquitecto Alejandro Herrero con la avenida San Antonio había otro.

En la calle Arquitecto Alejandro Herrero se ubicaba la Clínica González Salcedo. Un chalé albergaba la farmacia de Don Julio donde actualmente se encuentra el supermercado Día, en la rotonda del Huerto Paco. En la década de los ochenta, se instaló en el barrio la farmacia Ayuso, y durante muchos años estuvo en la calle Málaga el Salón del Reino de los Testigos de Jehová

Al principio de la calle Almería estaba la peluquería de Riti, y en la avenida San Antonio, las mercerías Frasquito, donde ahora existe una guardería, y la de Salud , así como la panadería Gil. La mercería de Gory estaba en la calle Málaga, incluso había una zapatería, donde actualmente está el gimnasio. Era a estos establecimientos, que forman parte de la historia de la barriada, a los que los vecinos acudían en su vida cotidiana. Con el paso del tiempo fueron cerrando y se han ido abriendo otros nuevos tanto del sector del comercio como de la hostelería y el sanitario.

A finales de la década de los setenta, la parroquia de Cristo Sacerdote se ubicó en uno de los locales de la Avenida San Antonio, que tras la construcción de la nueva iglesia, acoge un supermercado de la cadena Spar.

El campo, del que disfrutaron los vecinos durante décadas, pasó a la historia cuando se construyeron cuatro bloques de viviendas y el viario de la calle Diego de Velázquez. Parte del mismo desapareció previamente con el conjunto de adosados en la zona de la vaqueriza. Sólo queda como espacio de esparcimiento para los vecinos un parque infantil. La explanada, en la que los niños jugaban al fútbol, se ha convertido en un aparcamiento de coches.

La población de la barriada ha ido creciendo, hay varias generaciones de los antiguos vecinos que siguen viviendo en el barrio, que lo han escogido para adquirir o alquilar una vivienda en la que residir. Aparte de los edificios de viviendas de nueva construcción en lo que eran zonas verdes, casas de planta baja se han ido demoliendo para levantar en su lugar bloques de viviendas, a las que se unen otras a las que les aguarda el mismo futuro. Además de registrarse un crecimiento de la población en la barriada, ésta es un poco más multicultural. No obstante, el barrio sigue manteniendo su esencia, aunque por el camino se haya quedado ese campo con sus almendros en flor.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios