Huelva Paranormal

Salto en el tiempo en los Dólmenes de El Pozuelo

  • Hoy les quiero hacer partícipes de una experiencia sucedida a un lector de HUELVA INFORMACIÓN y que  es realmente impresionante. Se trata de José Carlos y que ha sido identificado como un “salto en el tiempo”

Salto en el tiempo en los Dólmenes de El Pozuelo.

Salto en el tiempo en los Dólmenes de El Pozuelo.

José Carlos narraba, textualmente, lo siguiente: “Una mañana de finales de otoño, hará unos 5 o 6 años, un día entre semana que tenía libre, decidí irme de excursión a los Dólmenes de El Pozuelo. Había estado antes en un par de ocasiones por allí, pero solo visitando los dólmenes más cercanos a la zona de aparcamiento  habilitada (dólmenes del 5 al 8, creo recordar), pero esta vez mi intención era realizar toda la ruta circular, que saliendo de la aldea de El Pozuelo recorre todos los dólmenes, (unos 12 kilómetros aproximadamente).

Dejé el coche en la zona de aparcamiento, visité de nuevo los dólmenes de la zona, me encaminé por el sendero hasta la zona reconstruida de las chozas y seguí hasta el siguiente dolmen. Entonces el tiempo empezó a cambiar. Rachas de viento y nubes oscuras empezaron a llenar el cielo.

Decidí entonces renunciar a mi plan original, coger de nuevo el coche y llegar lo más cerca posible de los siguientes dólmenes, pero en el sentido inverso; es decir, volviendo a la aldea de El Pozuelo y tomando el sendero circular en sentido inverso. Como desconocía esa ruta, pensaba llegar lo más lejos posible con el coche, y luego andar unos 10 o 15 minutos para intentar llegar al resto de dólmenes  (los 1, 2, 3, y 4), o al menos, si el tiempo me lo permitía, al más cercano.

Volví a la aldea, tomé el camino circular en sentido inverso, y pasado un tiempo más bien corto, el camino apareció cortado por una cadena (no recuerdo si además tenía algún letrero o señal de “prohibido el paso” o algo así). Dejé el coche a un lado y, como el tiempo seguía amenazando con lluvia, decidí seguir andando 10 minutos, y si no encontraba algún dolmen, regresar al coche y dejarlo para mejor día. El camino se desvió un poco a mi izquierda y empezó un pequeño ascenso entre grandes árboles y matorrales más bien espesos, pero que no ocultaban ni entorpecían para nada el sendero. Vi entonces frente a mí una gran piedra, tipo Menhir, de unos 2,5 o 3 metros de alto, clavada en un pequeño claro. Pensé que había encontrado el “Dolmen 4”, pero cuando me acerqué más, vi que estaba rodeado por más piedras similares (unas 6 u 8 de parecida altura) que formaban un círculo a mí alrededor. 

Estaba en el centro de un círculo de piedras, enmarcado por altos árboles, con el cielo tormentoso y el viento soplando a rachas. Pensé al momento en volver otro día, porque el paisaje era esplendoroso, pero demasiado solitario, y sobre todo, no tenía intención que me cogiera el aguacero allí.

Entonces me sonó el teléfono. Era mi madre y me llamaba solamente para preguntarme cómo me iba. Cuando le dije que estaba en un “círculo de piedras” me soltó de golpe “sal de ahí, eso es cosa de brujas”. Más preocupado por la posibilidad cada vez mayor de lluvia que por el comentario (creo que medio en broma) de mi madre, regresé al coche, y volví a Huelva sin más novedades.

Pasados unos meses (en primavera ya), pensé de nuevo, y con mejor tiempo, en realizar esta vez sí, la ruta senderista completa de los Dólmenes de El Pozuelo.  Buscando información en Google sobre a qué distancia estarían el resto de dólmenes del “círculo de piedra” que ya había visitado (imaginaba que ese sería el primero de los 4 que me faltaban por ver), veo que no hay ningún círculo de piedras en el complejo, es más, el sendero no permitiría que mi coche se hubiera acercado tanto a ninguno de los dólmenes que me quedaban por ver.

Pienso entonces que, en mi despiste, pude haber tomado otro camino y haber parado cerca de algún otro conjunto dolménico de los tantos que pueblan la zona. Pero no hay ningún complejo tan cercano, ni aparece registrado ningún círculo de piedras en toda la provincia de Huelva. Lo he vuelto a mirar en el Google Maps y en las diferentes guías que sobre el tema circulan en la red, y la verdad es que ni el camino que seguí, ni el altozano con árboles, ni mucho menos el círculo de piedras aparecen en el lugar donde yo juraría que estaban.

No sé dónde estuve. No estaba sugestionado, cansado, asustado o nervioso, (más que por la posibilidad de que me lloviera sin estar preparado en mitad del campo). Ni mucho menos pensé aquel día haber estado viviendo algún hecho en absoluto “extraño”. Solo me di cuenta cuando a los pocos meses vi que el círculo había “desaparecido”. No es un falso recuerdo, porque la anécdota de la llamada telefónica de mi madre y su comentario “cosa de brujas”, me pareció lo bastante pintoresco como para contarlo en más de una ocasión desde aquel día, la primera vez a mi mujer al poco de regresar a casa”.

Un hecho que, además, en esta zona no es la primera vez que ocurre allá donde los expertos en temas inexplicables hablan de una especie de “puerta dimensional”. ¿Ha vivido alguna vez algo así?

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