Entrevista al coronel jefe de la Guardia Real

Juan Manuel Salom: “Servir al Rey es el mayor honor que podemos tener como militares”

  • La Guardia Real llena de color las calles de Huelva en una semana cargada de actos para conocer a una unidad emblemática de las fuerzas armadas con la jura de bandera civil como colofón

Juan Manuel Salom, coronel jefe de la Guardia Real.

Juan Manuel Salom, coronel jefe de la Guardia Real. / Guardia Real

Con sus uniformes de época, la solemnidad que los acompaña y su porte, la Guardia Real es uno de los cuerpos más emblemáticas de las fuerzas armadas españolas. Pero más allá del lucimiento en desfiles y actos ceremoniales, el cuerpo cumple una misión fundamental en la protección de la jefatura del estado entre otras labores. Al frente de la unidad está Juan Manuel Salom Herrera.

–¿Qué diferencia a la Guardia Real del resto de unidades del ejército?

–La primera diferencia significativa es su dependencia. Todas las unidades de las Fuerzas Armadas están encuadradas en el Ministerio de Defensa, mientras que la Guardia Real es la única unidad militar que no depende de este ministerio, sino que está encuadrada directamente en la Casa de Su Majestad el Rey. En segundo lugar, su misión específica y distintiva: somos responsables de proporcionar seguridad, rendir honores y prestar escoltas solemnes a la familia real y a los jefes de Estado extranjeros cuando se encuentren en nuestro país. En tercer lugar, y como representación de honor de las Fuerzas Armadas, la Guardia Real debe integrar todas las particularidades de una unidad conjunta; es decir, que se compone de personal procedente de varios ejércitos.

–La Guardia Real es la más antigua del mundo. ¿Cómo ha sido su adaptación a los nuevos tiempos?

–En efecto, somos, con casi toda seguridad, la guardia real más antigua del mundo, ya que desde que Gonzalo de Ayora organizase la primera compañía de alabarderos en 1504 por encargo del rey Fernando II de Aragón, el Católico, guardias reales han prestado en todo momento servicio de seguridad a nuestros monarcas. Pero, aunque la conservación de este legado es importante, lo es más el cumplimiento de la misión. Como nos gusta decir, debemos conjugar tradición y modernidad. Y esto supone que debemos ser vanguardia en lo relativo a nuestra actuación como policía militar, y referencia en cuanto a la rendición de honores y a la realización de paradas militares solemnes.

–Dentro de esa evolución, ¿qué tradiciones son inamovibles?

–Todas las que nos han llegado en buen estado de conservación. Los ejércitos, en general y como rezan nuestros reglamentos, somos herederos y depositarios de una gloriosa tradición militar y es nuestro deber preservar dichas tradiciones como un legado de los españoles que nos precedieron.Aparte de las uniformidades particulares que conservamos en la Guardia, muchas de ellas idénticas a las que se utilizaron durante el siglo XIX, la unidad es, por ejemplo, parte indisoluble de una de las ceremonias más antiguas y, sobre todo, más espectaculares que se conservan en las monarquías occidentales: la entrega de cartas credenciales a Su Majestad el Rey por el Cuerpo Diplomático.

–¿Qué le lleva a formar parte de esta unidad?

–Servir de manera directa al rey es el mayor honor al que puede aspirar un militar. Cualquier soldado, aviador o marinero que llega a la unidad sabe que en ella la exigencia y la entrega son completas, que los privilegios no existen y que nuestra labor es y ha de ser, callada y discreta. Pero, sin duda, la satisfacción de servir a la Corona nos recompensa.

–¿Qué requisitos debe cumplir un militar para poder acceder a la Guardia Real?

–Los requisitos dependen del ejército de procedencia. El Ejército del Aire y la Armada convocan procesos propios para acceder a la condición de guardia real. Sin embargo, los soldados del Ejército de Tierra proceden ya de unidades del propio ejército y sólo pueden solicitar su ingreso en la Guardia Real si antes han pasado por otros destinos. En lo que corresponde a los cuadros de mando y a la tropa que procede de otros destinos se realizan selecciones de personal muy rigurosas para que los puestos sean ocupados por las personas más idóneas.

–¿Es la Guardia Real una unidad muy demandada?

–Muchísimo, sin duda. Cada vacante es solicitada siempre, en diferentes porcentajes, por un gran número de peticionarios, con independencia del empleo, la escala, la especialidad o el ejército del que se proceda. Esto nos permite que intentemos, tal y como reza nuestro ideario, que junto al Rey estén siempre los mejores.

–La presencia femenina es tan sólo de un 12 %. ¿Cuál puede ser la causa y cómo se podría motivar más a las mujeres para que se unan a la Guardia Real?

–El porcentaje de mujeres que forman en las filas de la Guardia Real es idéntico al del resto de las Fuerzas Armadas que es idéntico o incluso ligeramente superior al de los ejércitos de países vecinos y aliados, que se mueven entre el 10 y el 12 % en el mejor de los casos.

–Respecto a la distribución por ejércitos, el de Tierra es el que, con un 58 %, tiene mayor presencia. ¿Existe algún motivo?

–Esa mayor presencia se debe fundamentalmente a que en el conjunto de las Fuerzas Armadas, el Ejército de Tierra aglutina un volumen de personal bastante mayor que el del Aire o la Armada.

–Centrándonos en su visita, ¿por qué han elegido Huelva para realizar este ejercicio?

–Solemos elegir para este tipo de despliegues una provincia que cuente con escasa presencia militar. Ello obedece a nuestro propósito general de acercar las Fuerzas Armadas a los ciudadanos y, de manera particular, de hacerles visible y cercana la Guardia Real, de manera que Huelva se presentaba como una opción óptima en este sentido. Fue nuestra apuesta para el ejercicio del año 2020, pero debido a la imposibilidad de realizarlo nos veíamos en la obligación de intentarlo en 2021.Antes de desplegar, y en los diferentes reconocimientos llevados a cabo, ya hemos recibido muchísimo cariño de los onubenses. Lo que esperamos, de verdad, es que la impresión y la imagen que conserven de estos militares que entregan su vida al servicio de la Jefatura del Estado sea de cercanía, de compromiso y de ejemplaridad.

–¿Cuál es la finalidad de un ejercicio como éste?

–Para nosotros es prioritario que los ciudadanos conozcan a su Guardia Real así como las misiones que lleva a cabo en la capital de España. También pretendemos familiarizar a los españoles con la cultura de Defensa y, sobre todo, adiestrarnos en aquellas destrezas que se corresponden con las tareas propias que desempeña la unidad.Por otra parte está el desafío logístico que supone proyectar a más de medio millar de guardias, 82 caballos, 17 motocicletas, y gran cantidad de vehículos. Esto ya sería un motivo suficiente, por sí mismo, para justificar la realización del ejercicio.

–Cientos de onubenses podrán jurar bandera el próximo día 30. ¿Qué destacaría de un acto de esas características?

–Fundamentalmente, la posibilidad de que la sociedad onubense tenga ocasión de presenciar un acto militar muy vistoso e investido de la máxima solemnidad en sus propias calles. Pero sobre todo el que, además, cientos de onubenses, de españoles de bien, puedan refrendar su compromiso con España mediante su juramento ante la bandera nacional, su bandera.Sin embargo, nos queda un gran pesar por la imposibilidad organizativa para hacer posible este juramento a otros cientos de ciudadanos que también han expresado su deseo de hacerlo.

–Dentro de los cometidos de un guardia real está la protección del Rey y su familia. ¿Cómo se prepara un viaje de Estado?

–Por las misiones propias que corresponden a la unidad, la Guardia Real está implicada en las visitas de mandatarios extranjeros que se producen en territorio nacional. En estas visitas apoyamos en lo relativo a la rendición de honores, a la prestación de escoltas solemnes y en las misiones de seguridad que nos corresponden en los palacios y reales sitios durante su estancia en nuestro país.Su programación no depende de la unidad, aunque solemos tener conocimiento de las visitas con un tiempo de antelación suficiente para prepararla adecuadamente.

–Y en el día a día, ¿cómo se trabaja en la seguridad de la familia real?

–Con los cinco sentidos y como si cada día fuese el primero. En la Guardia Real no existe margen para el error por las misiones trascendentales que tenemos asignadas. Prestar guardia militar a pie firme, a caballo o sobre vehículos, en la residencia de los Reyes durante 24 horas al día, siete días a la semana, es una labor que requiere, además de una instrucción y preparación constantes, una capacidad añadida para no sucumbir a la rutina y una habilidad para permanecer alerta con independencia de las circunstancias. Quiero señalar que, para todos estos cometidos de seguridad, la Guardia Real depende del servicio de seguridad de la Casa de Su Majestad el Rey, nuestro escalón superior jerárquico.

–Cuando están en actos oficiales en los que el Rey está rodeado de miles de personas, ¿qué observan para detectar posibles situaciones de riesgo?

–En la mayoría de actos multitudinarios que se celebran en Madrid la Guardia Real está integrada en el dispositivo que organiza el Servicio de Seguridad de la Casa de Su Majestad el Rey, con unas misiones muy concretas.Además del personal con cometidos concretos en el dispositivo, por ejemplo, las escoltas que realizamos tienen el carácter de solemne, pero deben estar en disposición de aportar sus capacidades en caso necesario. Y los reales guardias alabarderos, en el caso de que el acto se desarrolle en un palacio o en una tribuna, tendrán también consignas de actuación en caso de necesidad. De la misma manera, cualquier otro personal perteneciente a las guardias de honor en los palacios.

–Dentro de su experiencia al servicio de la Casa Real, y sin decir los nombres de los protagonistas, por supuesto, ¿podría contar alguna anécdota?

–Tengo la firme voluntad de finalizar mi mandato en la Guardia Real con éxito (risas), y para ello es sustancial que cumpla el primer mandato del ideario de la unidad, con el que soy particularmente insistente con mis guardias: el honor de la Guardia Real es servir a nuestro Rey, lo hacemos con lealtad a la corona, elevada disciplina y absoluta discreción. Así que, con base en esa obligada discreción, me va a permitir que me lo guarde para mí.

–La Guardia Real cuenta con una flota de vehículos históricos que es una de las más importantes de Europa. ¿Cómo es su cuidado y quien es el responsable del mantenimiento?

–Dentro de los cuatro grupos (unidades similares a un batallón) con que cuenta la Guardia Real para cumplir sus misiones, esas tareas le corresponden al Grupo de Logística y, más concretamente, a la Compañía de Mantenimiento, que lleva a cabo una labor callada, minuciosa y absolutamente experta en lo que concierne a la preservación de ese magnífico patrimonio que hemos recibido. En manos de sus profesionales no está solo la conservación de esas piezas, sino la responsabilidad de que permanezcan en condiciones fiables para la importante misión de representación que les corresponde en las principales ocasiones del Estado.

–Los caballos son otros de los miembros más importantes de la Guardia Real. ¿Qué razas la conforman y por qué son esas las elegidas?

–En las filas del Escuadrón de Escolta Real, una unidad de caballería, forman caballos de pura raza española de capas negra, castaña y torda que proceden de la yeguada militar. Los caballos españoles son óptimos por su nobleza, docilidad y su bonita morfología para participar en las paradas militares y en las escoltas que llevamos a cabo en la Guardia Real.La Batería Real, que cuenta también con caballos de silla españoles para sus cuadros de mando, trabaja con hispano-bretones en su sección hipomóvil. Son caballos de tiro para las piezas históricas de nuestra artillería.

–En este caso, ¿cada soldado tiene asignada una montura o la cuadra es compartida por todos?

–Los jinetes cuentan con uno o varios ejemplares asignados para su cuidado y trabajo, aunque el programa de instrucción de caballos y jinetes se adapta a las diferentes necesidades que surjan.

–La unidad canina es otra de las fundamentales ¿Qué labor desempeña?

–La Sección de Guías de Perros está integrada en todos los dispositivos de seguridad en los que tomamos parte, tanto en el que desplegamos en el Palacio de la Zarzuela, de manera permanente, como en los que organizamos en los palacios y reales sitios con ocasión de la presencia de algún miembro de la familia real. Del mismo modo procedemos en nuestros tres acuartelamientos y sus alrededores. Las especialidades en las que se les adiestra son, esencialmente, seguridad y defensa y detección de explosivos.

–¿Confía en la perpetuidad de esta unidad?

–En el puente de Alcántara se conserva la declaración de intenciones de Caius Iulius Lacer, el ingeniero romano que lo proyectó: Pontem perpetui mansurum in saecula mundi. Es una manera de comprometerse a que el puente duraría lo que durara el mundo. La monarquía parlamentaria es la clave del arco de nuestro edificio constitucional. Su buen hacer nos ha traído hasta esta España maravillosa de la que disfrutamos y su buena salud es síntoma inequívoco de concordia y libertad, de manera que, a su pervivencia, que auguramos por muchas generaciones, fiamos la nuestra.

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