La parroquia mayor de San Pedro Apóstol de Huelva acoge hoy la celebración del 475 aniversario de la creación de su Hermandad Sacramental, en la actualidad fusionada con la de penitencia del Señor de Pasión. Un acto especialmente importante dentro de las hermandades eucarísticas de Huelva, por ser la más antigua, y a la que se han sumado las de la provincia, en un acto que presidirá el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco.

Es especialmente destacable la relevancia que ha tenido a lo largo de la historia la Hermandad Sacramental de San Pedro, en estos ya cerca de cinco siglos de existencia, por la labor desarrollada en el mantenimiento del culto al Santísimo Sacramento y, muy especial, en su participación en la procesión del Corpus Christi como organizadora del mismo junto al cabildo eclesiástico.

La historia de la cofradía onubense se une al culto emprendido desde la iglesia de San Lorenzo de Roma en 1508 por la española Teresa Enríquez Alvarado, llamada 'La loca del sacramento'. La Hermandad Sacramental de la Parroquia de San Pedro fue aprobada por el provisor del arzobispado de Sevilla el 23 de octubre de 1536, año después de haberse inaugurado oficialmente la Capilla de la Inmaculada en dicho templo.

La hermandad cuenta en el siglo XVIII con una especial ayuda para su culto como es la manda de cincuenta pesos de a quince reales anuales que instituyó el presbítero Antonio Jacobo del Barco, el mismo que en la actualidad da nombre a uno de los pabellones del Campus de la Universidad de Huelva. En su testamento abierto el 26 de junio de 1783 deja encargado el culto al Santísimo en la Octava del Corpus, para que doce sacerdotes de este templo asistieran al coro, de viernes a jueves, excepto el domingo. Aquella manda tenía una curiosa cláusula de sanción, así se indicaba que "el capellán que llegare tarde, dicho el Gloria Patri del primer salmo, sea multado en un real de vellón por cada hora de las menores y dos por Maitines, y que el Sochantre lleve apuntación y tome la mitad de dichas multas y la otra mitad a la Cofradía". Hoy los tiempos son otros, aquella manda dejó de tener efecto y, por supuesto, que sería difícil encontrar no a doce sacerdotes para participar en la octava, sino a veces hasta uno.

La cofradía necesitó de un nuevo impulso en el siglo XIX y fue reorganizada el 15 de enero de 1843, como consta en su libro de actas que en la actualidad se conversa como un tesoro documental de la vida de la Sacramental de San Pedro. Estarán al frente los presbíteros Francisco de Paula Monís y Francisco Ramos Carrasco. Era la procesión del Corpus Christi que contaba con la tarasca y danzantes, así como con la presencia de diversos paso con imágenes de la devoción popular, como el propio Patrón, San Sebastián, San Cristóbal o la Virgen de los Reyes, como Patrona de la Archidiócesis.

Nuevos impulsos llegarán a final del siglo XIX con la elaboración de nuevos estatutos, que son publicados a finales del siglo XIX, en los que se recoge la asistencia de los hermanos al Corpus, destacando que llevarán seis faroles, dos de mano y cuatro de asta al lado del Señor. En la reforma que se realiza a principios del siglo XX se dice que la cofradía es la que paga la cera que se pone en la Custodia para el Monumento, lo mismo que cuando esta sale en procesión, así como la que usan los hermanos, autoridades y particulares invitados.

Los años más difíciles para la Sacramental de San Pedro son los de la posguerra y es cuando que hace necesaria la asistencia de la Hermandad del Señor de Pasión, quedando ambas, en 1951, con el nombre de Archicofradía del Santísimo Sacramento y Real e Ilustre Hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Refugio. Sin embargo, diversas circunstancias hacen que no prospere la fusión. Habrá que espera a 1987 cuando se procede a la fusión de ambas con la denominación de Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Refugio, quedando todo fusionado y no como en su primera unión. Ahora en esta celebración de los 475 años se vuelve a nombrar a la Sacramental de San Pedro, sin duda un realce como debería ser siempre aludiendo a su historia.