Rosa del Valle: "Mi hermano Santiago no está loco, no voy a cubrirle las espaldas
La hermana del presunto asesino de Mari Luz Cortés habla para este diario del pederasta y del caso · Mantiene que recibió "presiones" y que la declaración que hizo "es falsa"
No ha tenido contacto alguno con el presunto asesino de Mari Luz Cortés, el pederasta Santiago del Valle, desde que ambos fueran trasladados a la prisión de Albolote (Granada) días después (abril 2008) de su detención por el crimen de la pequeña. Están bajo el mismo techo pero no han cruzado ni media palabra en nueve meses. "Pueden pensar que estoy en complot con él, es mejor evitarlo...".
Ya en las entrevistas que ha mantenido con los psiquiatras, la hermana del presunto autor de la muerte de Mari Luz, Rosa del Valle, coimputada en la causa, refiere una infancia de pesadilla, con constantes peleas y discusiones en la casa, una convivencia "llena de problemas" que relata también en declaraciones a este diario.
En este convulso día a día que describe de su niñez tiene lagunas de Santiago, "problemático y contradictorio" como algún otro de sus hermanos y del que guarda escasos recuerdos (puede contarlos con los dedos de las manos y aún les sobran).
Lo que si tiene claro es que el pederasta está totalmente en sus cabales, como han confirmado los peritos que lo estudiaron y describieron su perfil: pederasta sarcástico y manipulador de manual, con un despego social extremo. "Está colgado, pero nunca lo he visto como a un loco", manifiesta Rosa, en cuya memoria si han quedado algunas "borracheras" de Santiago ("bebía mucho", dice) y sus constantes protestas cuando había visitas de familiares en la casa de la Avenida de las Flores, sobre todo por la presencia de sobrinos.
La más pequeña de los hermanos Del Valle asegura que las noticias de los abusos sexuales cometidos por Santiago, de los que dice se enteró por la televisión, "me cogieron por sorpresa, no me lo creía" porque en la casa nunca escuchó nada de las inclinaciones sexuales del presunto asesino de Mari Luz, mientras que si llegó a escuchar algún comentario por estos motivos de otro de sus hermanos, Juan, ya fallecido.
A la prisión, le han llegado informaciones que se van sucediendo en torno a la causa en las que está inmersa. Su cuñada, Isabel García, ha cambiado sus primeras declaraciones, en las que apuntó a los hermanos Del Valle como responsables de la muerte de la niña, y en su última comparecencia ante el Juzgado de Instrucción número 1 de Huelva (a finales del pasado septiembre), exculpó al pederasta. "Mi marido es inocente -dijo- todo me lo he inventado".
En el triángulo que forman el matrimonio Del Valle-García y la hermana Rosa, se detectan, por las afirmaciones de unos y otros, unas relaciones extrañas. Rosa describe a su cuñada como una mujer "soberbia". "Está ida de la cabeza -agrega- y no nos puede ver a nadie de la familia y hasta a su marido lo pone como los trapos".
Por eso, el hecho de que Isabel García cambiara su declaración después de cinco meses de internamiento (en el módulo psiquiátrico de la prisión de Sevilla II) y después de cambiar correspondencia y mantener conversaciones telefónicas con su marido, no le da buena espina. "Me da miedo pensarlo, pero puede que me traicionen...".
En su última comparecencia ante la juez instructora, Isabel García exculpaba a su marido y dirigió su acusación hacia su cuñada Rosa del Valle, con la que prácticamente no mantenía relaciones y, las pocas que había, no eran nada buenas. Llegó a decir: "Rosa es lesbiana y quiero mantener las distancias". Sin embargo, la acusación contra su cuñada es de lo más caricaturesco ya que afirmó en el juzgado que sabía que había sido Rosa del Valle porque la vio "en sueños con un carrito marrón de la compra".
Rosa del Valle mantiene que la única declaración que ha hecho "sin presiones" de la Policía es la primera, versión en la que afirma que ese día estaba mala, que sólo salió a tomar un café, que escuchó a su cuñada sobre las 16.45 horas (porque Isabel dijo la hora en voz alta) y que se despertó cuando los vecinos del Torrejón entraron en su casa aquella tarde del 13 de enero de 2008, varias horas después de que desapareciera la niña.
"No le pienso cubrir la espaldas a Santiago y más diciendo lo que ha dicho de mi madre, que si consentía lo que pasaba en casa...No lo pienso tapar, si ha sido él, que lo pague", afirmó a este diario.
Rosa del Valle insiste (como hizo en una carta remitida a una cadena nacional publicada por Huelva Información) que la declaración de Cuenca, tras su detención junto a Santiago e Isabel, la hizo "por presiones". "Me hicieron hacer una declaración falsa". "Hablé con la Policía en el sótano y después me subieron, y allí si había un abogado, que firmó y se marchó... han hecho conmigo lo que les ha dado la gana", manifestó.
Cuando los tres fueron detenidos en la estación de autobuses de Cuenca, fueron trasladados por separado a las dependencias policiales. Allí, Rosa relata que ocupó una celda en las misma zona de calabozos que el pederasta, pero que su cuñada no estaba con los hermanos del valle. "Santiago preguntaba constantemente por su mujer y decía que estaba compinchada con la Policía".
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