Huelva

Roma en el verano de 2002

  • El yacimiento arqueológico de El Eucaliptal lo dieron a conocer los chavales de ‘Misión Rescate’

  • En 1993 la UHU realiza la primera excavación, mientras Cultura lo declara BIC en 2004

Vasijas encontrada en la campaña arqueológica de 2002.

Vasijas encontrada en la campaña arqueológica de 2002. / Manuel Blanco

Solo puedo decir que es una satisfacción dar noticias como la de esta semana que nos llega desde el Ayuntamiento de Punta Umbría. Anuncia que se van a realizar las tareas de consolidación y puesta en valor del yacimiento arqueológico de El Eucaliptal.

Era inconcebible que un patrimonio tan importante para la localidad estuviera sin atención alguna, después de haber recibido la máxima protección por parte de la Junta de Andalucía que lo catalogó como Bien de Interés Cultural (BIC), en 2004.

Detalle de la excavación realizada en la campaña de 2002. Detalle de la excavación realizada en la campaña de 2002.

Detalle de la excavación realizada en la campaña de 2002. / Manuel Blanco

La historia de Punta Umbría encuentra aquí uno de sus eslabones perdidos, más allá de la Punta turística contemporánea y de los ingleses.

Es un asentamiento marinero de entre los siglo II y VII d.C. que estaba oculto, pero que hacía muchos años con las crecidas en la Ría había dejado al descubierto algunas piezas, a los ojos curiosos de los chavales de los colegios en los años setenta del siglo pasado.

También tuve la suerte de conocer aquella Punta Umbría romana a los pies de la Casita Blanca, en los paseos con el pintor Pedro Gil Mazo y otros amigos y amigas que siempre nos sorprendíamos con sus explicaciones y, sobre todo, cómo brotaba de sus labios el amor por su pueblo. Tanto que si Punta Umbría era nuestra en el corazón de este onubense, a partir de entonces lo es mucho más.

Aquel lugar siempre tuvo el halo de la Roma más cercana e incluso a la zona de bares de copas aún se le sigue llamando Agripina.

Sí, nos sedujo encontrarnos con aquella Roma en Punta Umbría. Aquellas investigaciones realizadas por los chavales de Misión Rescate sirvieron para que con el tiempo el Área de Arqueología de la Universidad de Huelva realizara una excavación tras un hallazgo fortuito a la hora de una canalización. Se llevó a cabo en los años 1993 y 1994 y se tomó conciencia más científica de la importancia de este lugar y su vinculación al mundo romano.

Llegó el verano de 2002 y con él una gran campaña arqueológica en la zona que realiza Girha y ofreció grandes hallazgos. Se localizan 23 piletas de salazones, un horno y 69 enterramientos, a los que había que añadir los 61 hallados en la excavación anterior de 1993-94.

Aquello despertó la curiosidad de todos, porque además se podían ver los trabajos, nada de ocultarlos como ocurre ahora, sino que se iba disfrutando de los avances que se realizaban

.Aquel verano está grabado en mi memoria como en la de mis hijos, Eduardo y Jesús, con nuestros paseos en bici hasta aquella zona en mañanas hermosas. Jesús es el más pequeño y entonces tenía seis años e iba de ‘paquete’ en la bici y disfrutaba muchísimo.

Mi amigo Manolo Blanco, fotógrafo de la localidad, tiene el mejor de los reportajes posibles de una excavación arqueológica por el cariño que le puso captando todos los detalles.

Con el tiempo hemos sufrido mucho al ver cómo se iba deteriorando aquel yacimiento y así lo denunciamos en estas mismas páginas en el año 2010. Era alarmante: “La Punta romana se desmorona” (H.I. 10-10-2010).

Hoy, en 2020, 18 años después nos vienen a sorprender desde el Ayuntamiento punta umbrieño al anunciar que ha obtenido una subvención desde la Consejería de Turismo que permitirá la recuperación de esta zona para el disfrute de todos. Además de informar de que la Fiscalía ha archivado la denuncia interpuesta por el Círculo de Patrimonio Cultural.

Sin duda, todo esto te hace reflexionar. Por un lado, la importancia del patrimonio histórico -en este caso arqueológico- de nuestra provincia y lo que cuesta conseguir que se destinen fondos para su conservación. Esperemos, además, que en el centro de interpretación el Museo de Huelva deje algo de tanto material que guarda en sus sótanos durmiendo el sueño de los justos y que salieron de esta excavación.

Sobre todo, dos décadas después aquel niño que iba en bici es hoy historiador por la Universidad de Huelva. Quizás en Jesús tuvieron algo que ver los paseos de aquel verano pero, sobre todo, su vitalidad y curiosidad joven le sirve para descubrir estas y otras muchas cosas. Aquel verano disfrutamos mucho y hoy con esta noticia.

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