Las casas en El Rocío se consolidan como alternativa en la Semana Mayor
La aldea es un valor seguro, a un paso de Doñana y junto a la costa.


La aldea de El Rocío se consolida como alternativa en Semana Santa al turismo religioso y al de sol y playa. Es ya un valor seguro para disfrutar de unas vacaciones pernoctando en las fronteras de Doñana y a salto de caballo entre Huelva y la costa, entre cofradías y litoral. Ese es el principal activo que han venido buscando los visitantes que en este periodo vacacional han desembarcado en territorio almonteño.
Una de las alternativas más demandadas para este periodo sigue siendo el alquiler de una vivienda. Francisco Delgado, responsable de Inmobiliaria María, indica que este año "se igualan las cifras de alquiler del pasado año". Quedan atrás épocas pasadas en las que la crisis desplomó con fuerza la demanda, aun cuando los precios cayeron igualmente de forma abrupta. El empresario inmobiliario destaca que ahora la cotización recupera las cifras pasadas de forma lenta pero inexorable, por lo que el mercado comienza a estabilizarse.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, la depreciación de la vivienda llegó a alcanzar casi el 50% en El Rocío, aunque este descenso no ha sido tan acentuado en el alquiler, quizá porque sus propietarios no tuvieron la misma necesidad de poner en el mercado su casas. Ello ha permitido que los precios descendieran en torno al 30 y al 40%, dependiendo de la zona de la ubicación, donde la cotización va determinada por la cercanía al santuario mariano en el que dormita la Pastora almonteña, que recibe toda una constelación de cultos durante el año.
Los empresarios del sector destacan que durante la Romería de Pentecostés o El Rocío Chico este factor se muestra decisivo a la hora de marcar el precio, si bien pierde relevancia en Semana Santa, durante la que acuden personas que huyen del turismo religioso. Precisamente el perfil tipo son jóvenes o familias que quieren vivir los encantos de Doñana, disfrutando de la cercanía de la costa, a la par que vivir la singularidad que ofrece el espacio almonteño. Sin ir más lejos, el alquiler de caballos se incrementa en estos días.
En cuanto a los precios, la oferta es enorme, tanto las que ofrecen las inmobiliarias como los particulares a través de la red. Antonio García explica que en la negociación cada uno tiene sus propiedades. La suya es garantizarse el correcto uso del bien por parte del arrendatario.
"Algunos regatean en el precio hasta la última peseta. Yo no. A mí no me importa rebajar 100 euros, pero pido una buena fianza". Este vecino de la aldea, que tiene su anuncio en uno de los numerosos portales inmobiliarios que pueblan la red, detalla que, en contraprestación a este descuento, reclama una fianza nunca menor de 1.000 euros por su vivienda, que alquila en 400 euros por semana. El objetivo es que "me cuiden la casa, que miren por ella como si fuese suya", por lo que añade que "la única forma es ésta". "El bolsillo es lo que le duele a la gente", sentencia. Una estrategia que, dice, no le ha ido mal. En las cerca de dos décadas que lleva alquilando "siempre me han respetado la casa", excepto en "una ocasión en la que me emporcaron la pared del salón y me quedé con 80 euros para pintar", concluye.
Otras opciones son incluso más ventajosas, como sumarse a una peña rociera. Ventura Martín abona 60 euros al mes por disfrutar todo el año de una casa en El Rocío, la cual comparte con otra docena de personas, todos amigos de su pueblo. El joven rocianero explica que, "haciendo cuentas, es más barato y rentable alquilar todo el año que únicamente en las tres grandes citas rocieras: Romería de Pentecostés, peregrinaciones extraordinarias y El Rocío Chico". Pero además, ello le permite contar con un lugar "para verse con sus amigos o disfrutar de la tranquilidad para quien no le guste especialmente la Semana Santa".
Las arenas almonteñas son el mejor escenario para ser epicentro de amigos que residen en distintas partes del territorio nacional. La peña rociera de Moisés Ruiz es un ejemplo de ello, ya que la integran "ciudadanos de Madrid, Málaga y Sevilla". En total 24 personas que abonan anualmente 11.000 euros, 500 euros por persona; más barato que cualquier viaje turístico.
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