Los Reyes Magos de Occidente, según la Iglesia y la Universidad
El Obispado explica que el origen de los sabios es Oriente, si bien el simbolismo amplía la procedencia hasta el sur de España · La UHU apunta un anacronismo de 750 años entre Tarsis y Tartessos


El historiador Manuel Jesús Carrasco Terriza, director de Patrimonio del Obispado de Huelva, considera que un lectura superficial de La infancia de Jesús se ha cebado en algo "super conocido", como que en los evangelios sinópticos no aparece ni la mula ni el buey en el portal, o que tampoco se dice que los magos sean reyes o que fueran tres. También ha provocado, en su opinión, que se concluya una idea errónea como que los Reyes Magos tenían pedigrí onubense, cuando los Reyes eran "de Oriente"
Porque, según asegura esta voz autorizada de la Diócesis de Huelva, en la página 102, objeto de la polémica mediática, el Papa, para empezar, no dice que sean tres personajes, sino que ofrecieron tres dones: oro, incienso y mirra. Precisamente a partir de estos dones se crearían los símbolos de tres personajes, de tres lugares y tres edades.
"El Evangelio de San Mateo no habla de Tarsis y el Papa no dice que los reyes sean de allí. Lo que argumenta es que, igual que entró la mula y el buey por la tradición de asociar el nacimiento a un texto de Isaías, del mismo modo se asocia el texto de Mateo sobre la adoración de los magos con el de Isaías 70 y el Salmo 72", asegura.
No en vano, el experto en Patrimonio valora que el libro transmite la idea de que los sabios de Oriente representan a la humanidad que emprende el camino hacia Cristo. Y, en su discurso, el Papa recoge lo que la tradición y el simbolismo ha aportado respecto al pasaje que cuenta el Evangelio, que simplemente dice que eran "unos magos que venían de Oriente y se presentaron en Jerusalén".
Para entenderlo mejor, Carrasco Terriza vuelve a los dos textos del Antiguo Testamento que hablan de Tarsis "de una manera que encaja muy bien" con el texto del Evangelio de San Mateo. El Salmo 72 dice que "Los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; se postren ante él todos los reyes, y le sirvan todos los pueblos".
Por su parte, en el capítulo 60 del libro de Isaías, compuesto en el siglo VI, se dice (hablando del Mesías) que "te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y de Efá. Todos los de Saba llegan trayendo oro e incienso, y proclaman las alabanzas a Yahveh. Los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro".
En definitiva, el historiador expone que en la misma eucaristía de la fiesta de Epifanía se lee Isaías 60 y el Salmo 72 junto con Mateo 2, y de ahí sale precisamente la iconografía clásica tradicional que, tal y como comenta el Papa, incorpora el simbolismo a partir de esos tres dones. De esta forma, aduce que el Salmo 72 e Isaías 60 extienden la procedencia de estos hombres hasta el extremo de Occidente.
"Es un mensaje universal. Los magos vienen de todos los lugares del mundo: hasta desde Tarsis-Tartessos, al sur de España. Es más, el Papa relata que la tradición desarrolla el anuncio de la universalidad de los reinos interpretando a los reyes como soberanos de los tres continentes entonces conocidos: África, Asia y Europa. Más tarde se relacionaría a los reyes con las tres edades del hombre, y con las razas de la tierra", señala. De esta forma, Baltasar es de color, para mostrar que el mensaje de la salvación no distingue de razas. El oro vendría de occidente, de Tarsis. El incienso, de Arabia. Y la mirra, de Persia. Es más, Carrasco Terriza recuerda los tres simbolismos de los que habla San Gregorio Magno en el año 591: El oro se le ofrece como rey, el incienso como Dios y la mirra como hombre.
"En los sarcófagos paleocristianos y en las pinturas de las catacumbas aparecen tres personajes, al igual que en los mosaicos de Santa María la Mayor, donde son tres pero con ropa persa. Ya en la Edad Media serán reyes. Hay un capitel románico de la catedral de Tarragona, muy ingenuo, en el que están los tres reyes durmiendo juntos con la corona puesta, cuando reciben en sueños el aviso del ángel", relata. La denominación de Melchor, Gaspar y Baltasar, y las tres partes del mundo de las que procedían, proviene del apócrifo Evangelio Armenio de la Infancia, no anterior al siglo VI.
De esta forma, el historiador considera que el Papa "distingue entre la verdad escueta y sobria del Evangelio y las tradiciones añadidas. No las niega, lo que hace es diferenciarlas y admitir el simbolismo". Cuando el Papa recoge la referencia de Tarsis-Tartessos, Carrasco Terriza recuerda que Tarsis en la Biblia puede tener tres significados: un modelo de barco (las naves de Tarsis de gran tonelaje que llegaban hasta la India), un lugar concreto de explotaciones metalúrgicas y un espacio geográfico en el extremo de Occidente.
Por su parte, el arqueólogo Juan Campos, experto de la Universidad de Huelva (UHU) que el pasado año organizó el congreso sobre Tartessos, coincide en señalar que Benedicto asume lo que los textos de Isaías y el Salmo 72 ya aportaban cuando asegura de que los reyes proceden de Tarsis. Ya en el siglo XVI, según advierte Campos, el franciscano Juan de Pineda identificó Tarsis con Tartesos, una correlación que, según asegura, "hoy día no está admitida por la investigación" aunque puede ser asumida.
"Basándose en eso, dice que si los reyes proceden de Tarsis y Tarsis es Tartessos, los reyes no vienen de Oriente, sino de Occidente. Incluso es absolutamente lógico pensar en reyes tartésicos en tanto que hoy lo que pensamos de Tartessos es que son ciudades-estado gobernados por reyes. De hecho tenemos constancia histórica de ello en Heródoto con la presencia del personaje histórico de Argantonio", explica. Hasta aquí todo bien, de no ser porque, según advierte el arqueólogo, "hay 750 años de diferencia entre Tartesos y el nacimiento de Cristo".
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