Resignación en Huelva ante el freno a fumar en espacios abiertos
Los no fumadores aplauden la nueva medida que restringe el consumo de tabaco y los fumadores la acatan con cierto escepticismo
La concienciación es la nota dominante entre los onubenses

Huelva/“Lo que hay que hacer es dejar el tabaco”, así zanja Lorenzo la cuestión, es decir, la prohibición de fumar en espacios abiertos si no está garantizada una distancia de seguridad mínima de 1,5 metros. En la primera mañana en la que ya está prohibido fumar en la calle tras la publicación en el BOJA en la tarde noche del domingo, la nota general en Huelva ante esta nueva medida es la resignación. Por cumplir normas que no quede.
Los no fumadores valoran positivamente las medidas encaminadas a poner freno al tabaco. A los fumadores no les queda otra que acatar lo establecido por las autoridades que, según Cinta, “no saben qué hacer” y adoptan decisiones “de cara a la sociedad”. Medidas que, a su juicio, “no funcionan” y pone de ejemplo a países de nuestro entorno en los que no es obligatorio el uso de mascarillas y sin embargo presentan niveles de contagio inferiores a los que se registran en España.
Desde que el pasado 14 de marzo el Gobierno decretara el estado de alarma por la pandemia de coronavirus, los ciudadanos se han visto abocados a toda una retahíla de normas que regían aspectos hasta ahora impensables como cuándo dar un paseo, cuándo se podía hacer ejercicio o cuándo cruzar de una provincia a otra.
Ahora es el turno para los fumadores y José Luis, uno de ellos, muestra su escepticismo y cree que “no servirá” porque “una cosa es estar pegado [a otras personas], pero ahora va a haber que llevar un metro”. Otro onubense de mismo nombre y también integrante del bloque de los escépticos califica la prohibición como “una tontería, no tiene lógica”, tanto es así que no contempla dejar el hábito y va más allá, reta a las autoridades –que a su juicio “no saben cómo van a tirar”– a que “quiten el tabaco”.
Desde que el pasado jueves la Xunta de Galicia tomara la delantera en la prohibición de fumar en los espacios públicos y el sábado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, convocara el Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud para aprobar por unanimidad esta y otras medidas, el veto cae en cascada a lo largo y ancho del país. Para Ana, fumadora en minoría junto a otra en un grupo de cuatro amigas más, “si sirve, se acepta. Hasta ahora nos retirábamos para no molestar y ahora esperamos que sirva para algo”.
La nota general es de conocimiento de este paso más en la regulación del consumo de tabaco, “aunque alguno ha preguntado si se puede fumar, gente mayor despistadilla, pero se informa y lo aceptan con educación”, cuenta Jesús, camarero de la cafetería Epicentro de la calle José Nogales de la capital onubense. Cerca de allí, en la cafetería Puerto su responsable, también llamado Jesús, apunta que recibió las novedades en la misma tarde del domingo para una mañana de lunes sin incidencias porque, señala, “la gente está muy concienciada”.
Un ejemplo de esta actitud es Pepa, perfectamente situada en una de las mesas exteriores de la cafetería Dioni de La Placeta. Se declara “fumadora empedernida” y al mismo tiempo, con el mayor de los convencimientos apunta que si han comprobado los efectos nocivos del tabaco en relación al contagio de coronavirus, “lo veo perfecto”.
Por eso, “lo primero que he hecho es mirar la distancia, he preguntado y me he asegurado estar a más de dos metros”. Diego, también fumador, estima “razonable” este coto al consumo de tabaco en el exterior y cuenta su batalla diaria contra el hábito: “todos los días digo que no compro y al tomar el primer café, ¡cataplán! A mí me gusta”, confiesa. Pero Diego no piensa sólo en él y por eso “procuro garantizar la distancia de seguridad”.
Los no fumadores lo agradecerán, es el caso de Ángela, que asegura que “me puse muy contenta cuando me enteré, para mí es estupendo”. Ella mantiene que “todo nos afecta” y lo dice con conocimiento de causa. “Soy fumadora pasiva”, explica, una circunstancia que le ha acarreado serias consecuencias en su salud, ya que sufre una enfermedad a la que lleva cuatro años haciendo frente.
Si la nota común entre los ciudadanos es una mezcla de resignación y concienciación ante la incierta realidad derivada de la Covid-19, los estanqueros siguen la misma tónica. Vicente, que regenta el estanco de la calle Palacio, considera “absurdo” emitir queja alguna, lo que no quiere decir que su negocio no sufra las consecuencias.
Durante el confinamiento, los estancos mantuvieron sus puertas abiertas al ser declarados servicio esencial, sin embargo, Vicente califica el periodo de “penoso”, sirva como ejemplo que pasó de vender “una media de 200 cajetillas a 17 al cabo del día”. Incluso, asegura, se dio el caso de expender “cuatro paquetes de tabaco en toda una tarde”.
En el estanco de la calle Ciudad de Aracena, Cristina y Manuel afirman que el local ni siquiera abría por la tarde. Volviendo a la actualidad, ven “bien” la prohibición recién establecida, aunque creen que “el que fume no lo dejará”. Asumen que “científicamente está comprobado que el humo contagia” y también apuntan que, “por el hecho de fumar, había una libertad de bajar la mascarilla que los no fumadores no tenían y al final no es justo”.
En ese mismo sentido se manifiesta Francisco Javier, aunque por otro lado resalta la incongruencia que para él supone no poder fumar en una mesa al aire libre junto a otra persona con la que se puede dar el caso de que conviva. Su compañero Domingo afirma que “ya no me creo nada” y en este sentido muestra su perplejidad por que en España sea obligatoria la mascarilla y presente peores datos de la enfermedad que otros países donde no se ha impuesto su uso.
En el día de ayer, España se situaba entre los diez países del mundo con más casos acumulados de coronavirus, según datos de la Organización Mundial de Salud. Junto a Andalucía y Galicia, Canarias, La Rioja y Murcia también han implantado ya la prohibición de fumar en espacios públicos si no se garantiza la distancia mínima de seguridad. En Huelva, los ciudadanos, fumadores o no, acatan la nueva medida mientras esperan el fin de esta pesadilla.
“Lo que debe primar es el tema sanitario”
Antonio Martín, presidente de la Asociación de Estanqueros de Huelva, perteneciente a la FOE, valora las nuevas restricciones al consumo de tabaco como “una medida provisional que no prohíbe fumar” y que surge tras “informes técnicos basados en lo nocivo del humo del tabaco”. Martín defiende que, “hasta que tengamos la suerte de salir de la pandemia, por encima de todo está el tema sanitario”. El presidente de los estanqueros onubenses admite que dentro de esta situación “siempre hay partes más perjudicadas” y en este sentido señala a la hostelería.
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