Recreativismo de origen teutón

Hace ocho años no le interesaba el fútbol a pesar de vivir en un país eminentemente futbolero. También entonces estaba acostumbrada al frío de Berlín, y ahora no pasa sin sus paseos playeros bajo el sol onubense.

Vera König (Flensburgo, Alemania) vive en El Portil desde hace siete años. Vino directamente de su tierra de la mano de su marido, choquero, como ella misma dice. Aquí la esperaba "el paraíso"; qué mejor motivo si no.

Su caso no es aislado. Muchos compatriotas de Vera ya tomaron el camino definitivo en busca de la calidad de vida de España. Ella habla del atractivo ibérico y no se queda corta en palabras, a pesar de las limitaciones del idioma. Destaca el clima, y, sobre todo, a las personas.

Dice que nunca se había encontrado a gente tan simpática, abierta y buena. Lo hace entre risas, contagiada del espíritu alegre que asegura haber encontrado en Huelva, y destacando valores de la provincia como la sierra, la playa o la comida, que también hay aquí, y muy buena.

Por eso disfruta de sus paseos interminables por la playa o el bosque -como le gusta llamar a los pinares infinitos de El Portil- siempre acompañada por su fiel perro, Lupo, que refleja en su indumentaria la otra gran afición de Vera.

Lupo lleva enseña albiazul. Del Recre. No podía ser menos. Porque esta mujer de la Alemania casi danesa, después de 25 años viviendo en Berlín, se ha convertido en una apasionada recreativista desde que llegó a estas tierras onubenses.

Vera no es socia, ni falta que le hace. Lo suyo es una afición digna de estudio. "Para mí, es mi Recreativo", apunta con ternura incluso. Porque dice que los jugadores son sus niños, y se pone nerviosa como pocos cuando hay partido. De hecho, cuentan que hay una hora y media a la semana en la que ni siquiera se le puede hablar.

Poco había oído hablar del Decano en Alemania; sólo por referencias de su marido. Después, en El Portil, ha tenido oportunidad hasta de conocer a jugadores que pasaron por la plantilla, como Óscar Arias o Ramón, con los que alimentó su afición. Aquí se ha convertido en una hincha incondicional, con bandera en la ventana y tertulias con familia y amigos.

Vera sigue con interés cada partido, se muestra encantada con el juego actual de sus niños y se define optimista con el equipo en esta temporada hasta el punto de pronosticar un décimo puesto final. Hasta entonces seguirá con sus paseos playeros, recogiendo conchas para sus manualidades y disfrutando de su paraíso.