La Purísima Concepción llena de luz el centro de la capital

festividad de la inmaculada | actos en honor a la virgen

La imagen mariana recorre las calles de Huelva acompañada de numerosos devotos y cofrades

Varias hermandades de gloria y penitencia integran el cortejo procesional

La Purísima Concepción procesiona por las calles de Huelva el día de su festividad.
La Purísima Concepción procesiona por las calles de Huelva el día de su festividad. / Josué Correa
J.m. Lugardo

Huelva, 09 de diciembre 2017 - 02:03

Como una estrella blanca que bajó del cielo. Como un rayo de sol que se escapa en el atardecer. Como una luz aterciopelado y celeste. Como una madre. Así llenó de emoción y devoción la Purísima Concepción las calles del centro de la capital. La mariana imagen procesionó un año más en conmemoración de su día para repartir fe y esperanza a todos los onubenses que se acercaron hasta sus plantas para verla.

La Hermandad de la Purísima Concepción y Triunfo de Cristo repitió la tradición y congregó a miles de devotos a su paso por las diferentes calles de Huelva. La sencillez como seña de identidad emergió una vez más en cada chicotá, revirá y levantá que hicieron los 16 costaleros que aguardaban las cuatro trabajaderas.

La Banda del Maestro Tejera acompaña con sus sones a la virgen durante la procesiónRepresentantes políticos y eclesiásticos participan en la comitiva

La imagen de Mario Moya lució el manto celeste original que vistió en la primera salida. Además, como novedades, estrenó una medalla perteneciente a una integrante de las Damas de la Inmaculada, entidad vinculada con el Ejército de Tierra y que gentilmente la ha donado a esta imagen titular. Además, el estreno coincide con el 125 aniversario del Patronato de Infantería.

El exorno floral, a cargo de Antonio Rivera, devoto de la advocación, estuvo compuesto por rosas blancas y malvas, rosas de pitiminí, alelíes, azucenas, calas y crisantemos.

Los minutos previos a la salida mostraban el nerviosismo habitual de estas ocasiones. La parroquia de la Concepción aglutinaba todo el cortejo que preparaba sus posiciones en la comitiva. La cuadrilla de costaleros, a las órdenes de su capataz ,Francisco Rey, se hacía la ropa, mientras que los músicos de la Banda del Maestro Tejera afinaba sus instrumentos.

En el cortejo también hicieron acto de presencia representantes políticos como el alcalde de la capital onubense, Gabriel Cruz, la subdelegada del Gobierno en Huelva, Asunción Grávalos, así como eclesiásticos como el obispo, José Vilaplana. Asimismo, al cortejo procesional también estuvieron invitadas hermandades de gloria y penitencia.

El rezo de la Salve en el interior del templo auguraba los momentos previos a la salida. A continuación, la Cruz Parroquial cruzó el dintel de la puerta del templo mientras que en su interior tres sones de martillo produjeron una primera levantá del paso que fue dedicada al antiguo hermano mayor de la hermandad, Pedro Morcillo. La primera chicotá sirvió para que la imagen titular estuviera colocada en la nave central del templo.

Y con todo listo y en disposición, el racheo de los costaleros comenzaron a encarar la puerta principal a los sones de Sine Labe Concepta. Centenares de onubenses cofrades esperaban en la calle Concepción para ver la luz del día reflejada en la Purísima que reviró con la delicadeza que merece bajo las notas de Coronación de la Macarena. Sin más, la imagen se perdía por la céntrica calle entre miradas cómplices de rezos y alabanzas.

Así, el recorrido continuó por las calles de Huelva para tener entre sus puntos álgidos la visita a las Hermanas de la Cruz y la capilla de la Esperanza, que se encontraba en su tradicional besamanos.

Ya al caer la temprana noche, después de recorrer las calles Murillo, Vázquez López y Rico, el cortejo procesional llegaba hasta la iglesia de la Concepción donde numerosos devotos esperaban para disfrutar de la Purísima hasta el último aliento de una jornada en la que muchos niños se acercaron para ver la procesión. Las fechas acompañan y el centro registró un ambiente festivo de cofrades y curiosos. La procesión puso fin a varias jornadas cargadas de actos religiosos que ya esperan hasta el año que viene para poder volverlos a vivir con la misma emoción.

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