'El Puebla', defensor del flamenco puro

Cantaor

'El Puebla', defensor del flamenco puro
'El Puebla', defensor del flamenco puro

El insigne cantaor natural de Puebla de Guzmán y residente en Cartaya, Rogelio Beltrán Domínguez, ha visto cumplido uno de sus sueños: que la calle donde vive (calle Calma) lleve a partir de ahora su nombre artístico, Rogelio Beltrán El Puebla, en reconocimiento a su dilatada trayectoria artística y su estrecha vinculación con Cartaya.

Queda así para la historia la huella de los más de 60 años que ha pasado en Cartaya este humilde defensor del flamenco puro, que cantó su primera saeta en un balcón de Puebla de Guzmán, sobre una silla por ser aún muy pequeño, con pantalón corto y descalzo.

Con casi 80 años, este andevaleño emigrado a la costa con sólo 18 y que siendo aún casi un niño se vio obligado a viajar al norte de España para trabajar en la construcción de pantanos, reconoce haber portado siempre bajo el brazo lo que siempre verdaderamente le ha apasionado: El cante flamenco, y más concretamente los palos de Huelva.

Fueron tiempos de penurias y duro trabajo por tan sólo 11 pesetas diarias los maestros de albañil, 6 los peones, y "a cientos de kilómetros de mi casa, de mi tierra y de mi gente". También recuerda como después se trasladó a Sevilla para recolectar arroz, "y en mil sitios más" hasta instalarse definitivamente en Cartaya para recolectar higos y almendras "que eran algo así como ahora las fresas y las naranjas".

En cuanto al flamenco, cuenta que en su niñez, aún en su pueblo natal, comenzó escuchando en un antiquísimo gramófono de discos de pizarra a sus grandes maestros: José Cepero, Manuel Torres o Antonio Chacón, entre otros. También recuerda como tenía que pedir permiso a su padre con tan sólo 6 años "para ir al circo, únicamente a escuchar flamenco, porque lo demás no me gustaba". Después comenzó a cantar para reuniones de amigos porque "aunque lo hacía por pura afición, me llevaba unas perrillas a casa, donde pasábamos muchas calamidades".

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