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Psicología y salud: Fagofobia, el miedo a atragantarte

  • Cuando la sensación de atragantarse va seguida de una situación traumática del pasado puede llegar a convertirse en una fobia y, por ende, desencadenar problemas sociales 

Psicología y salud: Fagofobia, el miedo a atragantarte

Psicología y salud: Fagofobia, el miedo a atragantarte / M.G. (Huelva)

¿Te da miedo tomarte una pastilla o atragantarte con algo de comida o con ciertos alimentos en concreto?. ¿Has dejado de comer alimentos que te gustaban antes mucho, pero que ahora le tienes miedo? La fagofobia es el miedo irracional a ahogarse al ingerir alimentos, bebidas o pastillas. Esto puede darse tanto en adultos como en niños, en función de la situación traumática que se haya vivido. 

La sensación física de atragantarse puede ser una sensación muy desagradable, dado que detrás de eso hay un miedo a ahogarse y asfixiarse. Cuando esta sensación va seguida de una situación traumática se puede convertir una fobia que se denomina fagofobia.

Esto se convierte en un trastorno cuando el miedo a atragantarse pasa a ser irracional y condiciona áreas de la vida del paciente, llegando a limitarle el salir a comer fuera de casa o el restringir muchísimo la variedad de alimentos a la hora de comer.

Suele ocurrir mucho con pastillas o con alimentos, véase el caso de un trozo de un filete de carne, de arroz, calamares o jamón. Los mismos suelen ser alimentos con los que la persona ha tenido una dificultad para tragarlos y a raíz de esta experiencia empieza a pensar que le puede pasar con cualquier alimento que sea sólido. Sobre las estrategias que utiliza aquella persona con este miedo, figuran el triturar todos los alimentos y solo ingerir aquellos que son puré, sopas o cremas.

El problema puede ser demasiado limitante cuando ya la persona llega incluso a tener miedo a atragantarse por su propia saliva. Entre los recursos que suelen utilizar las personas con fagofobia está el masticar excesivamente los alimentos. Dicho de otro modo, lo que es una comida que dura una media hora pueden derivar en estar hasta tres horas delante del plato o reducir la alimentación a aquellos alimentos que sean fáciles de tragar.

Hay pacientes con dicha fobia con mucha más limitación, los cuáles llegan incluso a tener tanta ansiedad a la hora de tener que comer, cenar o desayunar, que empiezan con ansiedad y esta les acaba generando muchas náuseas y ganas de vomitar.

En este sentido, cabe destacar que la fagofobia o miedo atragantarse es un problema psicológico que está relacionado con alguna situación traumática con la acción de deglutir. Puede ser porque la persona lo haya vivido ella misma o porque haya sido testigo de alguna situación donde le haya ocurrido a alguien.

Al padecer de ansiedad ante la comida, la persona va a sufrir taquicardias y sensación de arcadas y de ahogo. Este estrés provoca la sensación de que la musculatura de la faringe se cierra, algo que se une a esa hiperventilación por la ansiedad y, por ende, a la mente llega la idea de que no voy a poder tragar.

La sintomatología típica con esta fobia contempla pensamientos ansiosos y anticipatorios antes de cualquier ingesta, masticación excesiva de cualquier alimento, sudoración, taquicardia y palpitaciones, sensación de náuseas y arcadas, tensión muscular en cuello y hombros y respiración acelerada.

Otra de las consecuencias a medio y, sobre todo, a largo plazo es que su vida socialmente queda restringida, en tanto que la persona no se atreve a salir a comer o a cenar por miedo a que le pase y que los demás se den cuenta. Un escenario que socialmente sería embarazoso para ellos.

Muchos pacientes lo llevan en secreto y lo sabe solo algún familiar, por lo que a la hora de quedar con amigos u otros familiares que no saben lo que le ocurre, utilizan la evitación y se van aislando de los demás, incluso dejando de salir.

Este trastorno que empieza siendo una fobia puede terminar en un trastorno obsesivo compulsivo, pues la persona vive y piensa para el momento de tener que deglutir algo de comida.

Respecto a otras consecuencias, figuran la desnutrición, el aislamiento social (ya que como he comentado la persona deja de relacionarse al no ir a ningún lugar a comer ni cenar) e, igualmente, la depresión.

Si está sufriendo una fagofobia no dude en ponerse en contacto con un profesional porque tiene solución.

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