Huelva

Proactividad, el eje indispensable de la RSC

  • La Responsabilidad Social Corporativa genera inevitablemente organizaciones que saben qué hacer en cada momento anticipándose a los acontecimientos, y eso es la proactividad

La proactividad es lo que más sentido da a la Responsabilidad Social Corporativa. Es una conclusión a la que se llega rápido cuando se tienen en cuenta los significados de los dos términos: proactividad y responsabilidad.

La Real Academia Española define proactivo como el adjetivo que califica a quien "toma activamente el control y decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos".

Las empresas que apuestan por la RSC potencian sus conductas proactivas

La responsabilidad, tal y como la entendemos en este espacio semanal que compartimos, es el resultado de atender a su raíz etimológica y por tanto se define como la competencia de las personas u organizaciones que tienen habilidad para responder. Es la respons-habilidad que da nombre a esta página.

Y por otro lado, compartirán conmigo que la habilidad para responder de forma óptima depende de que tengamos conocimiento real y objetivo de la situación a la que respondemos. Pues ahora relean la definición de la RAE para el adjetivo proactivo, pero esta vez con el concepto de la Responsabilidad Social Corporativa y una empresa en la cabeza. Estoy segura de que sus pensamientos están confirmando la certeza con la que he empezado a escribir: la proactividad es lo que más sentido da sentido a la RSC.

Proactividad versus reactividad

Otra forma muy interesante de ver cómo la proactividad participa inevitablemente en la RSC es enfrentándola a su antónimo, y comparar a una persona o empresa proactiva con una persona o empresa reactiva.

Las primeras, las proactivas, tienen conductas responshábiles y suelen tomar la iniciativa, se paran a entender la situación, se esfuerzan por escuchar a los demás, se sienten con recursos suficientes o se preocupan de adquirirlos para saber responder, creen en sí mismas y desde luego no ponen excusas, no evaden la responsabilidad ni, como se suele decir, "tiran balones fuera".

Las empresas y personas proactivas son, además, los sujetos activos de las frases con las que se expresan: "hemos tenido malos resultados", "no hemos sido capaces de conectar con la plantilla", "hemos fallado en la comunicación con nuestros clientes". Usan este lenguaje de poder porque sí se sienten capaces de influir en la situación.

Por el contrario, las personas y las empresas reactivas no toman la iniciativa sino que reaccionan al entorno que "les ha tocado". No se sienten capaces de cambiar la realidad porque asumen que les viene dada, y se expresan con construcciones pasivas: "el mercado está muy mal", "los clientes no nos compran", "la plantilla no nos entiende". Toda la culpa está fuera de ellos, y por tanto la responsabilidad y la Respons-Habilidad también.

Conductas que se contagian

Seguro que nos vienen a la mente rápido personas que tienen esta forma de expresarse: "me han suspendido" en vez de "he suspendido"; "no me escuchan" en vez de "no consigo hacerme escuchar"; "no ha sonado el despertador" en vez de "me he dormido" o "he llegado tarde"; "no queda tiempo" en vez de "necesito más tiempo"; o "no me dan trabajo" en vez de "no encuentro trabajo". Si tuviéramos en cuenta lo rápido que se nos detectan las conductas reactivas sólo por la forma de expresarnos, tendríamos mucho más cuidado al construir nuestras frases. Y en las empresas, que hablan a través de sus líderes, ocurre igual pero con un agravante: las actitudes se contagian en cascada, y lo que genera un líder reactivo es una plantilla reactiva y resignada a los problemas, en vez de una plantilla proactiva que quiere encontrar soluciones. Así de simple es muchas veces. Pero hoy no toca liderazgo responsable, toca proactividad.

Lo interesante de la proactividad respecto a la RSC es que mantienen una relación biunívoca. Quiere decir que da igual por dónde se empiece, porque las empresas que apuestan por la Responsabilidad Social Corporativa potencian sus conductas proactivas, y las empresas proactivas tienen mucho más fácil gestionarse desde la Responsabilidad Social Corporativa. Todo son ventajas.

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