"Preferiría que hubiese un apagón tecnológico y volver 30 años atrás "

mikel erentxun. músico

El artista repasará mañana en la Orden sus éxitos en solitario y los temas de 'Corazones' El álbum es un ejercicio de "honestidad" en el que brinda un desnudo integral de su alma

"Preferiría que hubiese un apagón tecnológico y volver 30 años atrás "
"Preferiría que hubiese un apagón tecnológico y volver 30 años atrás "

Confiesa que en Huelva están los dos alimentos que más le gustan del mundo: el jamón y las gambas. Pero también un público fiel que desde que inició su carrera en solitario no ha tenido demasiadas ocasiones de disfrutarle con banda (la última vez actuó solo con guitarra). Con Duncan Dhu sí se prodigó en algún momento, aunque de eso hace ya más de 20 años. Por eso, y porque anuncia que habrá tiempo para presentar los nuevos temas, así como para repasar los éxitos de los últimos años, Mikel Erentxun piensa que el de mañana será un concierto especial. Con la formación clásica del Corazones Tour 2015 -dos guitarras, bajo y batería- se subirá al escenario de la Orden a la 01:00, en el marco de los conciertos de la Cinta.

-Corazones se presenta como su álbum más personal. ¿Sin la cardiopatía que sufrió no habría sido capaz de desnudarse de esa forma?

-Corazones es el resultado, precisamente, de esa cardiopatía. Las canciones y la idea del disco nacieron en la UVI y en las plantas en las que luego estuve durante dos semanas y sí, sinceramente son dos cosas que van ligadas y por eso es mi disco más personal. Habla de mí y en él cuento mis vivencias, no sólo las de esas dos semanas, sino todo lo que pasó por mi cabeza. Cuando uno está en una habitación de esas de repente repasa su vida. De todo eso habla Corazones.

-¿Es el disco más coherente de su carrera musical?

-No sé si la palabra es coherente, pero es un disco muy honesto porque está escrito e interpretado por mí, y todas las canciones hablan de mi y de mi experiencia. Además, ha habido muy pocas manos ajenas en este trabajo, lo que hace que sea mi disco más auténtico y con el que más me identifico.

-¿Por qué ha querido hacer ese acto de valentía?

-Está claro que desde hace años (también con Duncan Dhu y luego ya en solitario) nunca he escogido el camino más fácil. De hecho, desde hace tres discos decidí, en general, tomar un camino más arriesgado y tanto los dos últimos trabajos, Detalle del miedo y 24 golpes, como este último, Corazones, se salen de la línea en la que me movía antes, que era más cómoda. Ahora los discos son más arriesgados. El riesgo está, sobre todo, en que aquí he tocado la batería, el bajo, el piano... Eso es un riesgo porque yo no soy un músico profesional. Pero creo que al disco le ha dado un sonido especial. Es un álbum muy orgánico y tiene un punto muy familiar. Un trabajo, definitivamente, muy especial y que va a envejecer muy bien. Creo que nunca me voy a aburrir de él porque he estado muy metido en todo el proyecto.

-¿Cómo ha influido Paco Loco?

-Ha sido un grandísimo descubrimiento, un productor perfecto para este proyecto. Él fue quien me animó precisamente a que yo tomara las riendas de los instrumentos. Entre los dos hemos concebido un disco muy ágil y bastante variado en lo musical. Paco ha sido fundamental, aparte de que nos hemos hecho muy buenos amigos.

-También le animó, según ha comentado en alguna ocasión, a apostar por la naturalidad en lo vocal.

-Yo quería huir de mi voz, de la voz que me ha perseguido durante tantos años y empecé -primero tímidamente en Detalle del miedo y luego con un poquito más de fuerza en 24 golpes- a cantar de una manera más apagada, forzada y tratando de buscar nuevos registros en mi voz. Y cuando me puse a cantar Corazones, Paco me animó a hacerlo de una manera más natural y creo que ha sido totalmente acertado. Ahora mismo me encuentro muy a gusto con el sonido de mi voz de forma natural. Con lo que ha envejecido simplemente con la edad ya tiene ese grano que yo buscaba antes, pero ahora de una manera más natural.

-Una de sus letras dice que hay "corazones en la niebla que no encuentran su lugar". ¿Su corazón lo ha encontrado? Me refiero al ámbito musical.

-Sí, sí, y en el personal también. Me encuentro muy feliz con mi familia, con mi mujer, mis hijos y amigos. Soy una persona muy afortunada. Mi corazón, durante algunos periodos de mi vida, ha estado perdido en la niebla, pero ahora mismo no.

-¿Físicamente se encuentra bien?

-Sí, muy bien. La cardiopatía casi es una asignatura zanjada. Me ocurrió hace ya dos años y medio y llevo una vida absolutamente normal, con unos hábitos un poco más saludables en lo que alimentación se refiere y haciendo deporte. Llevo una vida más sana y, por lo tanto, vivo mejor.

-Corazones ha sido grabado y mezclado en analógico. En plena era digital, ¿es una apuesta confesa por lo artesanal?

-Sí, y hago bandera de ello. En esta época digital en la que vivimos voy a contracorriente y defiendo los valores que a mí me gustan, que son los analógicos. Y cada vez eso es más raro, ya casi nadie graba así. Pero lo hago de ese modo y estoy muy orgulloso de ello, por eso lo luzco y lo defiendo a capa y espada. En la contraportada de mi último disco hay una declaración de intenciones: mi apuesta por un sonido y por una forma de trabajar que creo que es interesante.

-Sin embargo, a la hora de promocionar su trabajo, sí usa las redes sociales, cuya importancia es innegable.

-Sí, eso está claro. De todas formas, no creas que me gustan mucho, lo que pasa es que ahora mismo si no estás en las redes sociales directamente no estás, ya que no hay un apoyo como había antes a nivel mediático en prensa, televisión o radio. Ahora tienes que buscar vías alternativas y eso te lo ofrece internet. Tú desde tu casa programas noticias, las anuncias cuando quieres o cuelgas una canción. Eso está muy bien, pero preferiría que hubiese un apagón tecnológico y volviésemos a hace 30 años, no me importaría nada.

-Aunque en su música hay influencias de pesos pesados por los que declara su gusto, no duda en mostrar públicamente algunas playlists con temas de artistas de muchos estilos. Parece no tener prejuicios.

-Has dicho la afirmación clave, no hay que tener prejuicios. La música es buena o es mala. O ni siquiera eso: te gusta o no. Es una cuestión de gustos, más allá de otras connotaciones. Hay mucha gente con prejuicios en este país y eso es muy negativo porque es imposible crecer musicalmente cuando estás cerrado a algo. Te puede gustar ahora mismo un grupo super independiente y luego disfrutar con los Bee Gees y que más tarde te guste algo muy diferente. No hay que tener miedo a nada.

-Igual mucha gente escucha música que públicamente dice no escuchar, ¿no cree?

-Eso también es verdad. En la intimidad lo hacen pero nadie reconoce que le gusta un artista que luego resulta que vende millones de discos, con lo cual a alguien le gustará, ¿no?

-¿Pesa mucho Duncan Dhu?

-Mucho. Pero es un peso agradable y no me voy a quejar de lo que me ha dado. Pesa en el sentido de que es casi imposible olvidarse de Duncan Dhu cuando se piensa en mi, y eso que tengo más años fuera de Duncan Dhu y que he grabado más discos como Mikel Erentxun que como Duncan Dhu. Pero, claro, el peso específico del grupo en la música española es mucho mayor y contra eso no se puede luchar. Estoy muy orgulloso de pertenecer al grupo y el año pasado estuvimos un año entero dedicado a Duncan Dhu y fue un precioso. Pero ahora estoy muy metido en mi carrera en solitario otra vez y Duncan Dhu, ahora mismo, es un recuerdo bonito.

-Pero, ¿la puerta a un nuevo reencuentro está abierta?

-La puerta a Duncan Dhu ya se ha quedado abierta. Realmente nunca estuvo cerrada del todo, aunque hizo falta que pasaran años para que Diego y yo volviéramos a encontrar musicalmente un nexo común. Ya lo hemos encontrado y sí, es posible que no dentro de demasiado tiempo volvamos.

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