El Polvorín, el barrio que late al compás de sus hermandades
Este rincón de la ciudad no se entiende sin el fervor que despiertan sus hermandades y sin sus carismáticos establecimientos, convertidos en puntos de encuentro de muchos onubenses
Huelva barrio a barrio: El Polvorín, en imágenes
Ubicado entre las marismas del Río Tinto y una de las zonas en las que comenzó la expansión de la antigua Huelva hacia las afueras de la ciudad, El Polvorín se ha ido configurando como uno de los lugares más representativos de la ciudad, siendo en la actualidad una barriada llena de vida, comercios y marcada por su eminente carácter cofrade, seña de identidad de este rincón onubense.
El barrio del Polvorín toma su nombre del almacén de explosivos que algunos mapas antiguos de la ciudad de Huelva ubican en el entorno de las marismas del Río Tinto, como el plano de Francisco Coello de 1869. Más tarde, entre 1874 y 1876, la Riotinto Company Limited construyó en la zona un cargadero y un almacén de minerales con el fin de dar cabida a la mercancía que llegaba desde las minas en el ferrocarril y que posteriormente serían embarcados y trasladados a otras partes del mundo. Estas instalaciones mineras, que hoy en día se encuentran semiderruidas, tomaron el sobrenombre del antiguo almacén de pólvora, denominación que conserva el barrio hasta el día de hoy.
Sin duda, el lugar más emblemático es la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. La parroquia del barrio fue construida entre los años 1928 y 1929 por iniciativa del entonces arzobispo de Sevilla, el cardenal Illundáin, quien inauguró la misma el 22 de diciembre de 1929. Pese a no estar construida hasta la fecha citada anteriormente, la parroquia fue creada el 30 de junio de 1923, motivada por la lejanía del barrio de El Polvorín con las dos parroquias históricas de Huelva, San Pedro y la Concepción. Durante las obras de la iglesia, se habilitó la capilla de las Madres Teresianas como parroquia para dar cabida a los fieles de esta zona de la ciudad.
En aquellos años veinte, la zona mostraba una imagen muy distinta a la de hoy. Casas bajas con corrales y establos se desparramaban por un paraje cercano a las marismas y por el que discurría la llamada carretera de Sevilla. La parroquia se erigía portentosa entre aquellas casas que fueron desapareciendo poco a poco dando paso a los edificios que conforman el actual paisaje de la que fue denominada como ‘Nueva Huelva’.
En la actualidad, la parroquia continúa siendo el centro de la vida del barrio. Ubicada en la calle Presbítero Pablo Rodríguez, quien fuese párroco de la feligresía, acoge a tres populosas hermandades de la ciudad: La Cena, Las Tres Caídas y, por supuesto, La Victoria, cuya Virgen supone la principal devoción de esta barriada, denominada por muchos como ‘la reina del Polvorín’. También esta parroquia es sede de la filial de Montemayor, patrona de Moguer, desde donde cada año un buen grupo de romeros parte junto al Simpecado para encontrarse con la Virgen moguereña durante la celebración de su romería.
Estas tres hermandades llenan de sentimiento cofrade las calles del barrio durante todo el año. Las casas de hermandad o los almacenes de estas corporaciones aglutinan durante todo el año a miembros de las mismas y a muchísimos cofrades que se dan cita en alguna de ellas para charlar sobre Semana Santa con amigos y conocidos, creando un ambiente único en la ciudad.
Con la llegada de la Cuaresma, los actos se multiplican en uno de los 'corazones' cofrades de la ciudad: Los ensayos de las cuadrillas de costaleros aglomeran durante todas las noches a las muchas personas que se acercan para pasar un rato disfrutando del preludio de la Semana Santa; la parroquia acoge los cultos de las tres hermandades; los almacenes se llenan con los preparativos propios de la cuenta atrás para la llegada de la festividad… una actividad frenética que vive su punto álgido cada Domingo de Ramos, Lunes y Miércoles Santo, días en los que el barrio se viste de fiesta y se engalana para recibir a cada una de las hermandades en sus jornadas de salida.
De la importancia de la Semana Santa para el barrio saben -y mucho- en la tienda cofrade Cuaresma, establecimiento ubicado en la calle Puebla de Guzmán que lleva toda una vida dedicada a la confección de túnicas de nazareno y a la venta de artículos cofrades de todo tipo, llenando la calle del olor a incienso que sale de su interior. Este sentimiento de pertenencia creado por las hermandades también se percibe en otros comercios, como la ferretería Ferrehogar, conocida por todos los que viven en sus calles como ‘la tienda de Teo’, quien cada año prepara el escaparate de su comercio con una decoración especial para la Semana de Pasión y que hace las delicias de todos los que pasan por delante de él.
Pero no solo hay espacio para los cofrades, ya que el barrio de El Polvorín ofrece en sus calles una amplio abanico de establecimientos en el que hacerse con todo lo necesario para el día a día. Da buena cuenta de ello la vida que se percibe cada jornada en los distintos puntos de la barriada. En la calle Isla Cristina, entre la sombra de los naranjos que la pueblan, se encuentra la librería Cobano, lugar emblemático en el que comprar la prensa del día y en el que muchos de los vecinos compran la tradicional Lotería de Navidad, buscando el número que juega todo el barrio y que crea una ilusión común.
Otras de las calles de El Polvorín que destacan por el amplio abanico de comercios que ofrece, es la de Roque Barcia. Flanqueada en una de sus aceras por el Barrio Obrero, acoge algunos de los bares imprescindibles del barrio y de la ciudad. Es el caso del bar Amazonia, conocido, entre otros muchos platos, por sus deliciosas croquetas, especialidad de la casa y con una gran variedad de sabores. Pero, sin duda, el establecimiento emblemático es el que ocupa el número 21 de la vía: Los Cuartelillos. Más de cincuenta años de historia familiar avalan a uno de los bares más carismáticos de Huelva, así como la labor de Juan, quien tras toda una vida dedicada al establecimiento, se ha convertido, sin duda, en el símbolo del lugar.
Hablar del Polvorín es hablar de las tradiciones de Huelva, de su Semana Santa, de cervezas al sol en buena compañía, de establecimientos sencillos que mantienen la esencia de un barrio que ve crecer a sus niños jugando entre las plazas del Rosario y la del Antiguo Colombino, de gente sencilla que, con una sonrisa en la cara, acoge a todo aquel que se acerca a disfrutar de las bondades de una de las zonas con más vida de la ciudad.
No hay comentarios