Plaza Mayor, Huelva dividida

EN su cualidad física-sentimental, el ágora como "espacio público de estancia" ha tenido en Huelva toda una deriva jalonada de fotogramas de Historia, desde la plaza orgánica que recuerdan los bocetos de Castro Crespo de la Placeta de los Mercaderes, hasta las múltiples reencarnaciones de la Plaza de Las Monjas. Llega ahora el reto definitivo de la Plaza Mayor en lo que pronto será el solar del mercado de abastos, un camino espinado que divide a la opinión pública y que condiciona la intervención del Ayuntamiento con la impotencia de los números rojos, la subordinación a la rentabilidad para una caravana de propietarios de las fincas afectadas, y la presión de la crisis. Malos tiempos, pues, para la lírica.

El concejal de Urbanismo, Francisco Moro, ya ha dado el aviso para navegantes, asegurando que el Ayuntamiento será muy combativo para sacar el proyecto adelante lo antes posible y expropiar a "los especuladores que se hayan acercado a este proyecto con intereses mezquinos".

El diseño de esta plaza porticada lleva coleando una década, desde que se estrenara el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) y se mostrara la propuesta en la exposición Mira tu Huelva. Proyectos para la ciudad que viene. Lo que entonces se contempló como urbanismo de ficción se pone ahora sobre la mesa como un debate acuciante, con el traslado de los detallistas al nuevo Mercado del Carmen y el desmantelamiento del antiguo edificio para habilitar un solar provisional con capacidad para 100 aparcamientos. A largo plazo se plantea en la zona la construcción de la Plaza Mayor, otra odisea supeditada al conflicto de intereses, los pleitos y las dudas sobre la viabilidad de una bolsa de 200 nuevas viviendas, locales comerciales y garajes que complementarán el espacio público como colchón económico-financiero de la operación. Condicionantes que son una abstracción para el ciudadano del común, que ve en estos terrenos la oportunidad histórica que Huelva merece, concibiendo la Plaza Mayor como icono con vocación de identidad popular, en la liturgia de la Sociología.

En los últimos 15 días, la encuesta propuesta por huelvainformacion.es ha pulsado las opiniones de los lectores con un saldo de criterios divididos. De los más de 400 internautas que han participado en este sondeo, el 44% considera que la opción de la plaza porticada es "una buena idea y un buen diseño" y el 43% rechaza ambas cosas, votando por "una plaza diáfana o un parque". El 13% restante apuesta por el uso definido por el Ayuntamiento, pero reprueba la estética y la ordenación que han podido conocer por las recreaciones virtuales de un proyecto que la Gerencia Municipal de Urbanismo describe en los siguientes términos: "Desde el punto de vista arquitectónico, se formaliza un espacio de identidad contemporánea a caballo entre la tradición de la Plaza Mayor española -rectangular, asoportalada y concebida como lugar de encuentro- y la modernidad arquitectónica. El color blanco -deuda con la arquitectura tradicional- la textura de los muros -piedra o mármol- y el hito central cuya sombra marcará los momentos estelares del discurrir solar son otros tantos elementos que singularizan la nueva plaza."

Una fórmula que no convence a más de la mitad de los encuestados. Del centenar de comentarios depositados en este foro se concluye que los detractores de esta propuesta valoran el diseño elegido como una solución "fría e impersonal", densificada, masificada y alejada del perfil de plazas majestuosas como la Corredera de Córdoba o la de Salamanca. Consideran que la propuesta se pliega a la especulación, primando los aprovechamientos urbanísticos y sacrificando la seña de identidad arquitectónica que corresponde a lo que se pretende reconquistar como corazón del Casco Histórico. La alternativa a lo que rechazan como una plazoleta "de barrio moderno" -más propia, a juicio de algunos encuestados, de zonas como Pescadería- es un salón urbano de estilo neoclásico y señorial, con las connotaciones de capitalidad que se persiguen.

Por supuesto hay quien todavía defiende la restauración del viejo mercado para usos culturales y permanencia de los anclajes históricos; quien prefiere que se reserve todo el terreno a aparcamientos gratuitos para el Centro Comercial Abierto y quienes reivindican una plaza totalmente diáfana con arboleda.

La clave que aporta otra corriente es la celebración de un concurso de ideas para definir una plaza emblemática en la que Huelva se juega otra carta de presentación turística y asimismo la identificación de los ciudadanos.