Pinto desordena y reordena el género en su próxima muestra en la capital

Huelva l pintura

El artista onubense prepara una exposición en la Universidad en la que predomina su visión optimista y desenfadada de los más variados temas y vivencias · Estará abierta del 13 de octubre al 3 de noviembre

El artista Pinto, junto a algunos de los cuadros que conformarán la exposición.
El artista Pinto, junto a algunos de los cuadros que conformarán la exposición.
Patricia Vinsac Olivós / Huelva

04 de septiembre 2010 - 01:00

Partiendo siempre de la imaginación, la obra de Rafael García Pinto no deja indiferente a nadie. Sin ninguna intención por su parte de provocar, este artista, que lleva desde la infancia pintando, cuenta en sus cuadros su peculiar forma de ver la realidad y cómo interioriza aquellas experiencias que conoce de cerca o vive en propia piel.

El próximo 13 de octubre se inaugurará en la sala de exposiciones del edificio Cantero Cuadrado de la Universidad de Huelva su última muestra, El género desordenado, formada por 20 obras y dos performances que recogen una serie de vivencias y una forma única de interpretar y representar imágenes que en su día al pintor le impactaron. La exposición puede visitarse hasta el 3 de noviembre.

La idea de esta colección se la propone una empresa al pedirle que realizara un proyecto en el que plasmara cómo ve el futuro de la industria dentro de 10 años. Entonces Rafa recordó una anécdota del pintor griego surrealista Giorgio de Chirico, quien fue un visionario que se adelantó a su tiempo reflejándola. La opción que el artista onubense tomó fue la de darle la vuelta: "Eso me hizo pensar que dentro de 10 años nosotros vamos a ver las cosas totalmente al contrario que ellos, la naturaleza va a ser la que mande sobre la industria", y es por ello que los cuadros que componen esta muestra están realizados a partir de toda clase de materiales reciclados sobre los que conforma la historia que narra en cada obra.

Colas, cartón, papel, cristales, maderas, óleos, acrílicos, pasteles, todos son elementos usados a partir de los que compone 20 historias dotadas de mucha textura y una gran riqueza cromática, lo que hace que los cuadros resulten muy alegres y divertidos a la vista.

La obra de Pinto es atrevida, alegre y muy trabajada, y es por lo primero que hay gustos a los que puede resultarles algo provocativa, sin ser en absoluto la intención del autor. Él simplemente se limita a plasmar su visión personal de cómo percibe lo que le rodea y "que cada uno lo interprete como quiera", explica.

Reconoce que en estos momentos se siente realizado, ya que está haciendo lo que le gusta (a menudo suele pintar también por encargo), y ello se refleja en la mezcla de estilos que maneja para esta muestra: naif, surrealista y muy figurativo. De hecho, el título de esta exposición, El género desordenado, salió de aquí: "No podía meterlo en una categoría, así es la pintura que hago, dentro del desorden todo está ordenado", a lo que añade: "En esta exposición me he sentido muy libre".

Llaman especialmente la atención algunas obras por su originalidad, además de lo inimaginable que resulta para el espectador que algunas de ellas cuenten una historia dramática, ya que Pinto consigue darle la vuelta y lograr una visión optimista e incluso alegre, como es el caso de uno de los cuadros, que surgió a raiz de una amiga pintora que le contaba que tenía depresión: "Esta chica se fijó en un dibujo en el que veía agua, empezamos a hablar y vimos cómo al final se veía una especie de esperanza, se veían ojos que empezaban a brillar, flores...", relata.

Otro claro ejemplo de una situación dramática a la que da por completo la vuelta y logra desenfadarla en su obra, es el cuadro Mujer de un sólo ojo, conocido entre los más allegados como La tuerta: "Estaba viendo una exposición en el Fórum de La Caixa de Madrid de fotografía sobre temas islámicos en el que aparecía gente maltratada, y había una foto que me impactó muchísimo, la de una chica a la que le faltaba un ojo. Fue así que quise pintarla a ver cómo se me daba, pero al final no sólo veía la tristeza, sino que acabé buscando el lado positivo de la historia. El cuadro sigue impactando, pero he conseguido que la gente incluso se riera a que sufriera", a lo que añade: "Me cansa un poco el drama, en todos los medios hay drama".

El optimismo de este artista queda patente en su obra, y así lo atestigua el gran colorido que para todas ellas emplea, y es de esta forma que cuadros tan duros como el de la tuerta, de los que mas aceptación tienen entre sus seguidores, consiga incluso arrancar una sonrisa al espectador.

Su última exposición en Huelva fue El hijo del pescadero, también con tintes autobiográficos, tras ella ha expuesto en la provincia y en Sevilla. Su nueva muestra en la capital no dejará indiferente a nadie, y tal como Rafa cuenta, le gusta ponerse en un segundo plano "para ver las reacciones", pero siempre con un claro deseo para su trabajo: "Me gustaría que la gente se divirtiera".

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