La Fiscalía de Huelva ha solicitado cuatro años de prisión para el dueño de un gimnasio de la localidad de Almonte por causar "molestias acústicas extremas" a los residentes e inquilinos de viviendas y oficinas colindantes durante al menos dos años. El fiscal, según se recoge en el escrito de acusación, considera a esta persona responsable de un delito contra el Medio Ambiente en concurso con el delito de lesiones psíquicas, por el que además de la pena de prisión se le solicita el pago de una multa de 14.500 euros y su inhabilitación especial para el desempeño de la profesión u oficio que desempeña por 3 años.

Además entiende que procede imponer a la empresa de la que es administrador único el acusado, el pago de una multa de 21.600 euros y que el acusado y de manera solidaria con él dicha entidad deben indemnizar a una de las perjudicadas con 3.000 euros. Los hechos por los que se acusa a este hombre se iniciaron en abril de 2015 cuando, en calidad de administrador único de una sociedad limitada, promovió y llevó a cabo la instalación en un local de Almonte de lo que, bajo declaración responsable, manifestó era "salón de belleza y centro de mantenimiento femenino".

Sin embargo, resultó en realidad ser un gimnasio denominado no sólo con máquinas, sino también con actividades dirigidas, tales como pilates, zumba, bodypump, fitball o spinning. Desde el inicio de la actividad mercantil, las molestias acústicas han sido extremas, impidiendo el normal desarrollo de una pareja y sus tres hijos residentes en la vivienda colindante; y la realización adecuada de la actividad profesional de otra persona que posee una asesoría fiscal en el mismo inmueble.

Los perjudicados han intentado una solución amistosa al conflicto, han denunciado las molestias en numerosas ocasiones a la Policía Local, a la Delegación de Medio Ambiente y al Ayuntamiento, sin que hayan conseguido que las emisiones acústicas cesen.