Patrona principal de Huelva
CINCUENTENARIO DEL PATRONAZGO CANÓNICO | eL DÍA 30 SE CUMPLE EL ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN
La Virgen de la Cinta era en el siglo XVI, junto a la Inmaculada, la Patrona de la ciudad Siempre se tuvo como abogada y Roma reafirma el vínculo existente con el pueblo
¿Es Nuestra Señora de la Cinta Patrona de Huelva desde hace escasamente cincuenta años, en una devoción que se remonta a más de seis siglos? No. La propia bula de Pablo VI deja bien claro que el nombramiento de Patrona Celestial de la Ciudad de Huelva se hace, primero, por petición del obispo Pedro Cantero Cuadrado, para "confirmar o establecerla de nuevo como Patrona", pero nunca es un nuevo nombramiento. Lo que hace es reafirmar , con toda la importancia que tiene en ello Roma, el patronazgo de la Virgen de la Cinta sobre Huelva.
La Sagrada Congregación de Ritos deja así ver que no se puede afirmar que no lo hubiese sido con anterioridad. Lo más importante de todo es que la declara Patrona principal. La razón es el hecho de que era común que las ciudades tuvieran a más de un patrón. Es el caso conocido en Huelva de los copatronos San Roque y San Sebastián, sin olvidar a San Francisco de Borja y San Felipe Neri, en otros momentos de nuestra historia. Al mismo San Sebastián se le pone en duda como Patrón en el siglo XVIII, y se reafirma en sesión capitular como lo es hasta el día de hoy. Entonces estaba en ligitio la festividad laboral del día.
La bula de Pablo VI lo deja bien claro: "Con la plenitud de la potestad apostólica, en virtud de estas letras y para siempre, confirmamos o establecemos de nuevo y declaramos Patrona Principal ante Dios de la ciudad de Huelva a la Bienaventurada Virgen María, llamada popularmente de la Cinta, con todos los honores y privilegios, que competen en derecho a los patronos principales de un lugar, sin que obste ningún otro en contra".
Con este nombramiento de Patrona Celestial de Huelva se consigue un reconocimiento pontificio a la devoción a Nuestra Señora de la Cinta y la reafirmación en su protección a la ciudad. La bula Pleclara Dei Genetrix, por la que se nombra Patrona, viene a refrescar la devoción y a dar cuerpo oficial a lo que era una realidad de siglos, que incluso sin estas letras apostólicas se hubiese mantenido como hasta entonces lo había hecho. Era el vínculo de intercesión entre la Virgen y su pueblo. Así se recoge por el cardenal Alecto Cicognani, de los asuntos públicos de la Iglesia que "en virtud de estas letras y para siempre queda confirmada o establecía de nuevo a la Cinta como Patrona".
La Virgen de la Cinta había compartido ese sentido de abogada, de Patrona de los onubenses, desde hacía siglos. Se le había invocado de manera independiente y en otras ocasiones conjunta, pero al final quedará como única Patrona. Así lo refiere Diego Díaz Hierro, que en uno de sus innumerables documentados trabajos relata que el 20 de abril de 1586, ante la sequía y en unas rogativas por la lluvia, se le invoca en el cabildo secular "por intercesoras celestiales, para alcanzar un eficaz remedio… a nuestra Señora de Concepción y de la Sinta", singulares "abogadas" de los onubenses. Se celebrarían nueve misas en la parroquia mayor de San Pedro, en el altar de Nuestra Señora de los Reyes, una imagen que era invocada por los agricultores, como otros gremios tenían a sus propias abogadas o patronas. En Huelva también llegó el patronazgo de la Virgen de la Caridad vía duques de Medinasidonia, aun cuando fue una devoción arraigada con su propio hospital, no prosperó en el tiempo como Patrona onubense. Hasta el siglo XVIII están unidas la Pura y Limpia Concepción y la Virgen de la Cinta; la primera quedará como Patrona del consejo, mientras se abre paso en el entusiasmo popular la de Nuestra Señora de la Cinta. La Inmaculada será nombrada, el 3 de junio de 1954, Patrona de la Diócesis.
Sin duda alguna en este esfuerzo difusor está el gremio de mareantes que la nombra como Patrona de los matriculados, lo que era como decir de toda Huelva, pues la ciudad vivía del mar. En 1834 se informa en cuestionario al Gobierno que los festejos tradicionales son los que dedican los marineros a su Patrona, la Virgen de la Cinta; quienes, en 1848, en la imprenta de José Reyes y Moreno, dan a la luz la Devota novena que a Nuestra Señora de la Cinta consagra y da a luz el Gremio de mareantes de esta capital como Patrona y Abogada.
Las referencias históricas documentales se fueron perdiendo en el tiempo, aunque hay datos contundentes que reflejan ese sentido de Patrona más allá solo del gremio de mareantes, que son los que mantienen el culto, lo mismo que con anterioridad, en el siglo XVII, se hiciera por Francisco de Leiva, y en el XVIII, gracias a Francisco Martín Olivares, dos cinteros a los que aun no se le ha hecho el reconocimiento histórico que merecen.
La prensa de la ciudad dejará constancia desde su aparición, a mediados del siglo XIX, a Nuestra Señora de la Cinta como Patrona; así lo hace La Provincia el 8 de septiembre de 1884. Inserta unas letras del sacerdote Baldomero Lorenzo y Leal sobre La Cinta y su intercesión en el viaje de Colón y es claro el apasionamiento inicial ante la Patrona de los onubenses: "¡Hijos de Huelva! Hoy que celebramos la festividad augusta de nuestra gloriosa Patrona, justo es que recordemos una de las más brillantes páginas de la historia patria, que es a la vez un hecho consolador de nuestra excelsa Madre".
Si a alguien le quedaba alguna duda, ahí está la novena de la que el pasado año se celebraron 125 años. Escrita por Rafael de la Corte y Delgado a "Nuestra Señora de la Cinta, Patrona de Huelva".
¿Había alguna duda de que la Virgen de la Cinta era Patrona de Huelva desde hacía siglos? ¿Se había entrado en conflicto con otras devociones? No. Entonces, ¿qué ocurre? La pregunta adecuada ahora es ¿por qué se pide el nombramiento de Patrona?, ¿cuál es su objetivo?
Ocurre que desde el asalto y destrozos que sufre el santuario de Nuestra Señora de la Cinta en julio de 1936, por una parte se procede a la reconstrucción de los elementos dañados, y, de otra, hay un deseo en el pueblo de Huelva de ofrecer a la Virgen unas mejoras en su santuario. Restauración de su altar y colocación de una réplica de la pintura mural hasta que se procediera a su restauración. Un nuevo altar para la Virgen Chiquita, sin olvidar mejoras en la capilla de la Virgen de Guadalupe. Tras la Guerra Civil es el momento de la creación de un nuevo paso, que estrenan en 1940 por suscripción popular promovida por el hermano mayor, Manuel de la Corte Gutiérrez, y Carlos Clares. Se produce también el gran cambio del santuario con el aspecto hermoso de su fachada principal y espadaña, obra de Juan Miguel Rodríguez Cordero, con el apoyo del gobernador civil Francisco Summers Ysern, en 1955.
La presencia en Huelva de un primer obispo dará un nuevo impulso a La Cinta como faro espiritual, contará ahora con la dirección de un nuevo hermano mayor, Francisco Vázquez Carrasco. Se mejora, en los sesenta, la decoración interior con pinturas en la bóveda de José María Franco o azulejería en sus muros. La gran obra serán los jardines del santuario, inaugurados en su primera fase el día de la Virgen de la Cinta de 1977.
El 14 de abril de 1955, como final de unos artículos que publica Diego Díaz Hierro, se hace una petición al obispo Cantero: "En nombre de la Hermandad de la Cinta y de los onubenses amantes de nuestro fecundo marianismo y de las tradiciones religiosas de nuestro pueblo", para que "la señora de la Cinta sea nombrada canónica y solemnemente gloriosa Patrona de Huelva, como confirmación definitiva de esos entusiastas fervores del pueblo y de este patronato que, aunque estallado en notables y exquisitas fragancias oficiales desde la segunda mitad del XIX, ha venido manifestándose popularmente a través de los siglos y en millares y millares de elocuentes testimonios". Al mismo tiempo destaca, y ahí está la clave de todo, que "esta proclamación canónica estimularía la coronación solemne de Nuestra Señora" (DDH Historia de la Cinta. Pag 350).
Estos esfuerzos van a recibir el reconocimiento de la ciudad de Huelva a través de su Ayuntamiento, se está pensando ya en la coronación canónica de la Virgen de la Cinta. Así el 29 de agosto de 1956 la corporación municipal, presidida por el alcalde Antonio Segovia Moreno le nombra alcaldesa perpetua. El día 7 de septiembre se celebró un gran acto mariano a las puertas del Ayuntamiento: la Virgen se encontró arropada por las imágenes de Nuestra Señora de los Ángeles, la Paz, Refugio, Dolores de la Merced y Amargura.
Con el tiempo esto mueve a la junta de gobierno que preside Francisco Vázquez Carrasco a solicitar al Ayuntamiento de Huelva, el 8 de septiembre de 1963, a que a través del obispo Pedro Cantero solicite la proclamación canónica de Nuestra Señora de la Cinta como Patrona principal de Huelva.
El 3 de diciembre de 1963 la prensa informa de los acuerdos adoptados por el pleno municipal y atendiendo a la petición de la Hermandad de la Cinta que: "Visto el informe emitido por el primer teniente de alcalde, delegado de culto, y considerando que de los antecedentes y antiguos documentos relacionados con la vida e historia de nuestra ciudad que obran en los archivos de entidades y corporaciones públicas prueban de modo fidedigno la devoción del pueblo de Huelva a la Santísima Virgen de la Cinta, a la que durante el transcurso de los tiempos y en todas las vicisitudes históricas se le ha tenido como Patrona de Huelva sin que haya constancia de que dicho patronazgo se haya declarado canónicamente, por unanimidad se acordó: elevar instancia al Obispo de la Diócesis, adjuntándose la certificación del escrito de referencia y del acuerdo adoptado por esta Corporación, en súplica de que se digne elevar a S. S. el Papa Pablo VI las preces oportunas para que conceda su santa y apostólica aprobación e confirmar y declarar principal Patrona celestial ante Dios, en esta ciudad a la Santísima Virgen de la Cinta".
¿Es correcto decir que la Virgen de la Cinta es Patrona solo desde hace cincuenta años? No. Incluso sería contraproducente a su devoción; es reducirla en el tiempo y desposeerla de la importancia que siempre tuvo como abogada y Patrona principal de Huelva.
La bula Preclara Dei Genetrix hay que entenderla como una reafirmación de lo que es la devoción cintera, un primer paso en el expediente abierto de su coronación canónica y una muestra más de afecto a su devoción. Sobre todo lo más importante es que es un patronazgo, como muy pocos, refrendado con el nombramiento de una bula, en un reconocimiento de la iglesia diocesana tras crearse la Diócesis y reafirmada por Roma, como luego lo hará Juan Pablo II al postrarse ante sus plantas, el 14 de junio de 1993. Un afecto y agradecimiento que el pueblo de Huelva ha tenido hacia su santidad en la misa de acción de gracias celebrada el pasado día 14 por su canonización.
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