Pasos para la prevención juvenil en alcohol y drogas

Cárcel | Actividad informativa para los alumnos

La Unidad Terapéutica Educativa (UTE) organiza encuentros dinámicos entre grupos de alumnos e internos del Centro Penitenciario de Huelva

Pasos para la prevención juvenil en alcohol y drogas
Pasos para la prevención juvenil en alcohol y drogas

Huelva/"Mucho cuidado con lo que vais a hacer esta noche. No os fiéis". A simple vista parece la tradicional recomendación de unos padres a sus hijos antes de salir un viernes de fiesta. Pero nada más lejos de la realidad. Es un consejo de un interno del Centro Penitenciario de Huelva a un grupo de alumnos que llevan la adolescencia integrada en su DNI.

Es una vuelta de tuerca a la prevención. Un nuevo giro a la identidad de las charlas informativas. Una experiencia en primera persona que alerta de los pasos que da cada uno en la vida. Una vivencia que centra el peligro real de las drogas y que sirve como el mejor toque de atención a lo que podría estar por venir.

La actividad se centra en los testimonios de los internos sobre su vida pasada

El Centro Penitenciario de Huelva acoge encuentros entre institutos e internos en una actividad que analiza la problemática del consumo del alcohol y drogas, de sus problemas y consecuencias. Un ejercicio organizado por la Unidad Terapéutica y Educativa (UTE) que de una forma silenciosa y constante trabaja en la preparación de los internos para su futura reinserción y a su vez ayuda en la prevención en las edades más jóvenes. Una reconstrucción personal integrada en valores como objetivo de un proceso de cambio interior y exterior en el transcurso de la condena hasta la puesta en libertad.

Un grupo de alumnos del IES Diego Macías (Calañas) de entre 14 y 19 años amanecen a las puertas del Centro Penitenciario de Huelva para realizar la actividad. A la entrada, Mario Hidalgo, trabajador de la UTE, explica los pasos a seguir antes de acceder a la prisión. Móvil fuera, así como todos los objetos y pertenencias deben quedarse en las taquillas. Previa entrega del DNI, los alumnos acceden a través del detector de metales, mientras que el profesor de los alumnos, Fran Romero, que ya ha realizado la actividad anteriormente, señala que el ejercicio que sus alumnos van a experimentar debería ser "obligatorio en todos los centros educativos". Llegan peticiones incluso desde escuelas de Sevilla para ser partícipes de la experiencia.

"Están nerviosos", asegura el profesor, mientras que los alumnos comienzan a acceder por las diferentes compuertas protocolarias. Mario Hidalgo explica y describe las diferentes partes del centro, y además intenta quitar de la cabeza a los alumnos que esto no es como en las películas ni series. Tanto es así, que antes de que ninguno se diera cuenta, Hidalgo señala que "ya nos hemos cruzado con internos y ninguno lleva una bola arrastrando", y es que la sorpresa de los estudiantes recala en que piensan sólo haber visto a trabajadores.

Los alumnos acceden al salón de actos de un edificio del centro. Sobre el escenario se dispone un gran círculo de sillas en el que los internos esperan sentados de manera aleatoria con el fin de que los alumnos se intercalen entre ellos. La luz era muy baja, tanto que cuesta distinguir quién es alumno y quién interno. Una forma certera de dejar a un lado nombres y caras donde lo importante son las vivencias, los sentimientos, las emociones, los testimonios de los reclusos y la abrumadora atención de los alumnos. No se puede considerar una charla más. Es la realidad. En primera persona. Verdades que estremecen con cada intervención y que pone los puntos sobre las íes de los peligros que acechan a la juventud.

Los internos acceden a la UTE de forma voluntaria. Presos que quieren dejar las drogas a través de un tratamiento 24 horas. Seis de cada diez no vuelven a reincidir tras pasar por las manos del equipo terapéutico y educativo. "Con esta actividad le devolvemos algo a la sociedad", afirma Manuel (los nombres utilizados de los reclusos durante el reportaje son ficticios para poder preservar su identidad original). "Los que estamos aquí empezamos con los porritos, alcohol...y todo es una cadena", y en consecuencia y por culpa de la droga "he perdido a mucha gente". En el ejercicio se pone en valor el diálogo y la comunicación verbal ya que con los móviles y las nuevas tecnologías "os estáis perdiendo lo que está pasando alrededor".

De uno en uno, los reclusos de una forma valiente y sincera hacen un recorrido de las causas y hechos que les han llevado hasta cumplir condena en el Centro Penitenciario. Con el corazón en un puño y la verdad sobre la mesa. La realidad frente por frente. No hay mejor informador ni escenario posible que supere la credibilidad de las consecuencias ante los errores en la vida.

En casa de Sergio el tema del maltrato provoca que "al no tener figura paterna" en vez de refugiarse en casa "me refugio en la calle". Y así, la cadena de no asistir a clase, fumar porros, entre otras cuestiones, lo termina por conocer "todo de golpe".

Aunque cada vida es una historia distinta, la desestructuración familiar es el denominador común de la mayoría de los testimonios. Cocaína, pastillas de discoteca... "todo lo que me tiraban a la boca me lo comía". Las drogas tienen varios precios y uno de ellos es el económico, y es que "hacía pequeños robos para costearme las fiestas del fin de semana" hasta que con 23 años entra en prisión. "Yo un día a la droga se lo entregué todo y mirad lo que ella me ha entregado a mi". Tras un aplauso por cada intervención, los internos continúan contando sus vivencias.

"Yo elegí las drogas antes que quedarme en mi casa", explica Diego, que asegura que "lo peor de las drogas son las personas que me han quitado de mi lado". Frases que encogen el corazón. Frases que escuchadas dentro de la cárcel la desgracia cobra más vida que nunca. Frases que son un golpe seco. Frases que irrumpen ante el desconocimiento de los alumnos. Frases que intentan mostrar los peligros de las salidas nocturnas, del botellón y de las drogas. Algo tan simple que se transforma en complejo en cuestión de segundos. "La ironía de la vida es que le tengo que dar las gracias a la juez que me ha metido en prisión" ya que "ahora tengo ilusión por vivir", cuenta Ángela. Por otro lado Javier vive en una localidad con playa y todavía no sabe lo que es "disfrutar de la vida", otro interno se dirige a los estudiantes y señala que "estaría muy feo que perdierais vuestra vida como lo estoy perdiendo yo". Frases reales que intentan revolver la conciencia y prevenir. "Todo lo que hacía mal le echaba la culpa a mi madre", "amigos no tengo ninguno, todos han caído por el camino", o "con 20 años entro en la cárcel y no sabía ni leer". Son sólo algunos de los testimonios que hacen temblar la conciencia y pensar cómo encarar, por ejemplo, un viernes por la noche.

El trabajo en la UTE es algo esencial y fundamental para la recuperación de los internos. Según la propia Unidad, explican que la labor trata de que todo el tiempo de privación de libertad en el espacio físico que representa esta Unidad sea un tiempo terapéutico y educativo, dirigido a personas con unos valores, unas creencias unas actitudes, unos sentimientos; personas vinculadas a una familia, y a un determinado entorno social y que se preparan para integrarse de nuevo en la sociedad cada vez más exigente y compleja. Con la puesta en marcha de un vídeo, la UTE muestra al alumnado un resumen de todas las actividades que se realizan en la Unidad con los integrantes. El resultado está ahí. "Estoy estudiando. He hecho salidas programadas y ya no quiero droga, quiero calle", o gracias a la UTE "he recuperado a mi familia y mi pareja", siguen los testimonios.

A través de diferentes dinámicas los internos hacen ver a los alumnos los diferentes problemas del alcohol y de las drogas, así como sus consecuencias. Un interno pone un ejemplo claro: esta noche salís de fiesta y vuestra mejor amiga os dice que os montéis en un coche con su novio que es mayor de edad. Como es vuestra mejor amiga confiáis en ella. De pronto, un control de la Guardia Civil encuentra en el coche 50 gramos de cocaína, ¿creéis que el novio dirá que la droga es suya?.

La UTE afirma que "no hay campaña más efectiva que esta". Hay luz al final del túnel.

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