Pasión y vocación unidas

Maestra

Pasión y vocación unidas
Javier Ronchel

31 de mayo 2008 - 01:00

Deporte y educación son casi todo para Celes Vizcaíno. Esta valverdeña nacida en Huelva (1975) se mueve desde hace 25 años entre una pasión y una vocación, como las llama ella. Está satisfecha con la vida que tiene. Se siente afortunada por hacer lo que quiere y lo que le gusta. Se le nota hablando de ello, relajada, agradecida...

Esa pasión deportiva le llegó en el colegio, a los 7 años, y sin antecedentes familiares. Entonces ya soñaba con ser maestra. Formó un grupo de doce niñas que pasaban de hacer cursos de costura y guitarra por las tardes para demostrar que el baloncesto también es un deporte para chicas.

En poco tiempo hicieron historia. Tal como suena. Su equipo se proclamó campeón de Andalucía infantil con toda la plantilla procedente de la misma clase de la EGB. Y en categoría cadete fue subcampeón. Así, algunas de ellas fueron incorporadas en edad junior al Gilest, club histórico de la capital.

Deporte y enseñanza se cruzaron después en la vida de Celes. Esa vocación infantil le llevó a la capital para estudiar Magisterio. Agradecida les está a sus padres por el apoyo y la comprensión en ese momento, en el que seguía botando el balón sin dejar de echar horas delante de los libros.

Fue una de las más jóvenes jugadoras en el recordado Gilest que descubrió en Huelva este deporte. Ahora es la última de Filipinas, única jugadora en activo de aquella generación que marcó una época en el deporte onubense. Le ha tocado capitanear otro grupo que está dignificando el deporte femenino. El ascenso a categoría profesional con el CB Conquero es un hito que merece ser reconocido.

Ella se lo toma con calma. Ve que el esfuerzo ha merecido la pena. Porque es un regalo para las más pequeñas, que ven en ella que es posible alcanzar las metas soñadas. Que se lo digan a algunas de sus compañeras, a las que empezó a entrenar ella misma con 18 años desde la edad benjamín.

Celes tiene su plaza de profesora (de Educación Física, por supuesto) en Lepe, desde donde va y viene todos los días, dispuesta a entrenar a sus pequeñas en Palos y en Huelva. Y encima le queda tiempo para entrar en la elite nacional, sacarse el título de Psicopedagogía y hasta prepararse un doctorado en Educación.

Sus amigos la admiran. Cualquiera, ante esa actividad y ese rendimiento. Ella le resta importancia. No busca premios. Le llenan los pequeños detalles. Pero la recompensa es grande cuando ve a las niñas disfrutar con el deporte, conociendo el sentido del compañerismo, del respeto y la honestidad, lejos de la "competitividad mal enfocada", tan dañina.

Fuera de las canchas, Celes Vizcaíno disfruta de la calma de su casa, confortable al calor de una taza de café, cómoda en agradable conversación, o con un buen libro por delante, sabiendo que tiene el abrigo de su familia en sus escapadas valverdeñas. No es una huida, porque no tiene necesidad de evitar una vida que le encanta vivir.

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