Paseo entre esculturas en el botánico

El parque Celestino Mutis cuenta con una colección de 17 obras realizadas con distintos materiales l arte La colección de esculturas al aire libre del Parque Botánico José Celestino Mutis se inició en 1999. La última obra que se incorporó es Espiando Horizontes, en 2011, de Ernesto Walls

Paseo entre esculturas en el botánico
Paseo entre esculturas en el botánico

El Parque Botánico José Celestino Mutis propone una ruta por su colección de esculturas Arte Naturaleza, un conjunto escultural, formado actualmente por diecisiete obras realizadas con distintos materiales (bronce, madera, acero, poliéster, hierro, piedra y mármol), que se une a la riqueza de su flora, procedente de distintos países iberoamericanos.

Se trata de un paseo entre esculturas, la mayoría relacionadas con la naturaleza, de artistas como Rafael Mélida, Mónika Rasco, Francisco Villarán, Abel Justo Olivera, Fernando Martín Rodríguez, Maribel Zoya, Damián Gironés, Olegario Martín, Fernando Bono, Víctor Pulido, Jorge Arévalo, Chata Terrades, Francisco Borja Rivera, Alberto Germán Franco, Zitman, Juan Manuel Seisdedos y Ernesto Walls. La colección se inició en 1999 con obras como Plantas Lacustres, de Rafael Mélida y Mónika Rasco; Mantis, de Rafael Mélida; Águila culebrera, de Francisco Villarán y El mar como paisaje, de Abel Justo Olivera. La última que se incorporó es Espiando Horizontes, en 2011, de Ernesto Walls.

La ruta comienza nada más entrar en el parque, en los caminos en torno al canal procedente de la laguna central, con Ofrenda, de Olegario Martín, una escultura de bronce fundido y mortero, con tintes clásicos. Junto a ella se encuentra El mar como paisaje, en bronce fundido, de Abel Justo Olivera, que recrea peces dentro de una especie de pecera. Frente a ellos se puede apreciar Mujer Caracol, en bronce, de Chata Terrades; Silo para palabras naturales, una composición de hierro y madera de castaño, en la que Fernando Bono quiere representar un silo en el que se pueden guardar los sentimientos que sugiere la naturaleza, y el original Búho totem, de Jorge Arévalo, dibujado mediante piedras calizas de Niebla en el mismo suelo del parque, como si fuese a iniciar el vuelo, y que invita a los visitantes a mirarlo desde la parte alta del parque para poder apreciar su belleza.

La siguiente escultura está ubicada en el mismo lago, entre dos islas presididas por el ciprés de los pantanos. Se trata de Plantas lacustres, de Rafael Mélida y Mónika Rasco, confeccionada en madera, hierro y poliéster, una composición que se mimetiza con el entorno hasta el punto de que dentro de ella han crecido plantas naturales.

La ruta prosigue con temática animal, con la escultura Gato, de Francisco Borja Rivera, un minino de bronce; Territorio, de Víctor Pulido, uno de sus peculiares perros, en bronce, que está marcando su territorio; Saudades de Pegaso, de Alberto Germán Franco, una cabeza de caballo, realizada mediante la técnica de reciclado con piezas de un automóvil; Mantis, de Rafael Mélida, en acero forjado, que muestra a la hembra de este insecto devorando al macho después de la copulación; Águila culebrera, de Francisco Villarán, de acero forjado, y Tortuga, de Maribel Zoya, de piedra arenisca esculpida -una de las obras favoritas del público infantil-.

El paseo se completa con Madre naturaleza, de Damián Gironés, una mujer embarazada realizada en mármol; Emigrantes, de Zitman, que muestra a un grupo en bronce de cinco personas con su equipaje y herramientas de trabajo; Espiando horizontes, de Ernesto Walls, una composición hecha en broce, que gira en torno a una mujer que mira hacia la Ría en la parte superior de una escalera, con diecisiete peldaños -el número que ocupa la escultura en la colección Arte Naturaleza- , y Moldes para un nuevo mundo, de Juan Manuel Seisdedos, una de las obras de mayor dimensión del parque, creada con madera, resina y mármol. Está compuesta por tres piezas geométricas, representando la esfera a la Tierra y al vientre de la mujer.

No está expuesto Quiebro, un galgo de acero, obra de Fernando Martín Rodríguez, ya que tiene que ser restaurado.

El parque, cuya entrada es gratuita, abre sus puertas de martes a domingo, de 10:00 a 19:00 ininterrumpidamente.

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