El paseo de El Conquero es de las grandes actuaciones de esparcimiento realizadas en la ciudad de Huelva. Una idea planteada en 1903 por José García Ramos en una sesión de la junta de la Cámara Agraria, en la que se pretende plantear al Ayuntamiento la idea de que El Conquero se convirtiera en un lugar accesible para los onubenses que gustaban ir de gira a esa zona.

Idea que es bien acogida por el municipio y de la que se encarga el arquitecto Francisco Monís. Las obras se dilatan por un largo periodo de tiempo, ya que se trata de una amplia actuación que se inicia en el punto de unión de la calle San Andrés y la cuesta del Carnicero, la actual rotonda del monumento a Juan Ramón Jiménez.

Un paseo hacia el santuario de la Virgen de la Cinta

De ahí hasta el santuario de Nuestra Señora de la Cinta. Lo que se pretendía era crear un gran paseo de esparcimiento para los onubenses.

Imagen virtual del diseño que ahora se realiza para recuperar el paseo.

Se trata de un proyecto que entusiasma a todos y que se vinculará más tarde en 1910 con el Parque Moret y luego, en época más reciente, con la Ciudad Deportiva.

Con el tiempo el gran paseo de la Cinta se consolidó como un lugar muy especial. Un camino más hacia la casa de la Patrona de Huelva, en un entorno privilegiado. Sin embargo ese sentido de paseo se fue perdiendo con la creación de la barriada de la Orden y se convierte en una carretera que solo busca unirla con el centro.

En las obras del 92 se invierten 500 millones de pesetas en recuperar el paseo, con mejores aceras y actuación en las laderas, creando pasarelas que además de unirlo con la zona baja de las Colonias, también corre por todo el cabezo hacia el santuario, lo que muchos cinteros pretenden poner en valor como camino hacia la casa de la Patrona.

Estamos, por tanto, en un paseo que el tiempo lo convirtió solo en una carretera. Por eso es importante recuperar esa vocación inicial, de paseo. Entonces se proyectó un ancho de calzada de 15 metros, con una carretera central de siete metro y dos paseos laterales de cuatro metro cada uno.

El Ayuntamiento quiere recuperar ahora este camino por los cabezos de El Conquero como el paseo que siempre fue, poniendo en ventaja al peatón sobre el vehículo.

Es el mejor balcón que tiene la ciudad, de las cosas que ofrecer en una conexión visual con las Marismas del Odiel. Recuperando, además, los miradores que el tiempo y el olvido de otros momentos se encargó de su deterioro.