Participación de Huelva en la Guerra de Cuba

Historia menuda

El pueblo onubense supo aunar sus esfuerzos con el del resto del país para tratar de paliar los miles de inconvenientes que había en el bando español · La Guerra de Cuba estalló en febrero de 1895

Insurrectos cubanos.
Insurrectos cubanos.
A. J. Martínez Navarro

22 de diciembre 2008 - 01:00

CUBA, último jirón del antaño vastísimo Imperio español "en el que nunca se ponía el sol", es, quizás por este mismo motivo, el más estrechamente vinculado en el recuerdo y en la nostalgia. El eco de las habaneras antañonas todavía se escucha en numerosos pueblos marineros de España, que aún conservan amarillentas fotografías de marineros y soldados, con traje de rayadillo y barba de collar y bergantines surcando el Mar Caribe. Son imágenes que permanecerán indelebles en la mentalidad hispana.

En esta Historia Menuda vamos a acercarnos, situándonos en la perspectiva huelvana, a aquella contienda que supuso las pérdidas de las últimas colonias y un cambio de mentalidad en los españoles.

Los esfuerzos de la 'Perla de las Antillas' por conquistar su independencia de España duraron casi todo el siglo XIX y sólo la falta de espacio nos prohíbe detenernos en las diversas insurrecciones en la que los españoles impusieron el poder de las armas. Más, como todos los acontecimientos de la metrópoli repercutían en Cuba, la revolución de septiembre de 1869 fue un nuevo revulsivo para el ánimo independentista cubano.

En esos años, Antonio Cánovas del Castillo había elaborado un proyecto de reforma para la isla de Cuba, ya que su sentido político le hacía comprender íntimamente la necesidad de conceder la autonomía a la posesión española en América.

Las leyes que ponían fin a la esclavitud, así como otras que colocaban a Cuba en igualdad con las provincias peninsulares, no lograron contener la marea insurreccional, que desembocó en 1892, con los preparativos de una nueva lucha que tendría como adalides al gran poeta cubano José Martí, hijo de un valenciano y una canaria, nacido en 1853; Máximo Gómez (dominicano), Antonio Maceo, Valdés y otros más.

La guerra estalló el 24 de febrero de 1895. Pero el alzamiento principió con un gran revés militar y sentimental al perder los revolucionarios a José Martí en Dos Ríos durante la batalla habida el día 19 de mayo de ese mismo año. No obstante, continuaron luchando por la causa que defendían Gómez, Maceo y Calixto García, alentados y aplaudidos por los Estados Unidos, mientras los generales españoles Martínez Campos y Valeriano Weyler combatían a los rebeldes. Mientras tanto en España, tras haber caído asesinado Antonio Cánovas del Castillo, ocupó la presidencia Práxedes Mateo Sagasta. La metrópolis entonces decidió ensayar el autonomismo en las Antillas en un tardío intento de concordia; más, para que aquél diera frutos, hubiese sido necesario que los Estados Unidos no hubieran tenido tan grandes intereses en Cuba y los cubanos no hubieran estado tan ilusionados en el logro de su independencia. De repente, sin embargo, el 15 de febrero de 1898, la todavía no explicada voladura del acorazado 'Maine' en el puerto de La Habana a causa de una explosión interna, sirvió de pretexto para la declaración de guerra de los Estados Unidos a España.

En esta guerra se puso de manifiesto la ineptitud militar y política españolas y los inconvenientes añadidos de que el campo de batalla estuviese tan lejos. Faltaba de todo: buques, municiones, camas y mobiliario en los cuarteles, hospitales para el ingreso de los heridos en la contienda, etc. Así, no nos extraña la noticia, aparecida en 'La Provincia' del día 20 de diciembre de 1895, en los inicios de la contienda, en la que un huelvano confirmaba nuestro aserto: "¡Si tendrá afición! Un soldado de Huelva que se encuentra en la campaña de Cuba escribe a un amigo detallándole las peripecias de la campaña y hasta le dice que escribe en espalda de un compañero a falta de mejor escritorio y termina con este excepcional encargo: ¡Mira, cuando toree el 'Litri' me mandas la reseña! ¡Olé por los soldados valientes y aficionados al toreo en todas las circunstancias! Si me encontrase en el destino de Martínez Campos daba a este barbián la Cruz del Mérito Militar. Que valor probado es estar en la Manigua y estar pensando en toreo".

El pueblo onubense decidió, y lo hizo incondicionalmente a lo largo de toda la campaña y aún terminada ésta, aunar sus esfuerzos con el del resto del país para tratar de disminuir los mil y un inconvenientes (entre ellos el problema de los repatriados) que había en el bando español.

En el número 51, y ejemplares siguientes, de la revista onubense 'La Cruz Blanca', fechada el 5 de octubre de 1895, van apareciendo las noticias relacionadas con una función músico-teatral que tuvo lugar en el coliseo 'Colón', situado en el Paseo Santa Fe: "Se sigue trabajando con mucho entusiasmo por varios distinguidos jóvenes de esta capital para la colaboración en nuestro coliseo de una función a beneficio de los repatriados hijos de esta provincia".

Huelva supo responder una vez más a la filantropía de los entusiastas jóvenes, contribuyendo a mejorar la situación de los repatriados. A través del número 49, fechado el 14 de septiembre de 1898, número 49 de la revista 'Cruz Blanca', sabemos que entre las obras que se pusieron en escena figuraba 'La Rebotica'.

Las ayudas que aportó el pueblo onubense constantemente aparecen en las páginas de los diversos diarios onubenses. Así, en "La Provincia" del 10 de octubre de 1898 se dice: "La distinguida profesora del colegio del tercer distrito, doña Ángeles Caravaca, ha donado al digno Gobernador militar Sr. Teijeiro una hermosa cama compuesta por dos mudas de ropas primorosamente bordadas por las alumnas de su colegio. Dicha cama será destinada a uno de los pobres enfermos repatriados. Damos la enhorabuena a la señora Caravaca por los sentimientos filantrópicos demostrados con motivos del regreso de los repatriados y enfermos de Cuba".

Algunos industriales onubenses pusieron todo su patrimonio al servicio de España, como Pío Gutiérrez, el dueño del célebre café 'El Nuevo Mundo', ubicado en La Placeta, cuyo gesto aparecía en las páginas del diario 'La Provincia', del lunes 2 de mayo de 1898: "Durante todo el día de ayer, destinado por el simpático y patriótico dueño del café del Nuevo Mundo, don Pío Gutiérrez, para que todo lo que se consumiese en dicho café vaya a engrosar la suscripción nacional, ha estado aquél concurridísimo.El café estaba adornado con banderas nacionales y con nombres gloriosos de nuestra historia. Muchísimas señoras y señoritas concurrieron también a él".

La prensa establecida en nuestra capital, sobre todo 'La Provincia' y el semanario 'La Cruz Blanca', antepusieron cualquier noticia llegada de Cuba, Puerto Rico o Filipinas, a las surgidas que no tuvieran la vitola bélica, informando de cualquier circunstancia: 'La Cruz Blanca', número 40, fechada el 13 de julio de 1898: "Hoy se incorporan a las filas los soldados que disfrutan licencias trimestrales y los que procedentes del ejército de Cuba se hallan comprendidos en las disposiciones dictadas por el Ministerio de Guerra. El día 15 se incorporarán los excedentes de cupo del reemplazo de 1897".

'La Cruz Blanca', número 41, fechada el 20 de julio de 1898: "De un día a otro aparecerá en la Gaceta de Madrid un Real Decreto dando licencia absoluta a los soldados de Cuba y Puerto Rico que lleven cuatro años de servicio".

Fueron muchos los onubenses que sufrieron los mil y un inconvenientes de la guerra en la Manigua y ofrecieron su salud e incluso sus vidas en holocausto a su Patria. De todas sus vicisitudes daba cuenta la prensa local: 'La Provincia', del 28 de marzo de 1896: "Entre los heridos en el desgraciado encuentro de las dos columnas de nuestro ejército se halla el capitán Battle, del Regimiento de Soria, muy conocido y apreciado en Huelva donde estuvo mucho tiempo de guarnición con su compañía". 'La Provincia', del 29 de octubre de 1897: "Anteayer presenciamos la llegada de un repatriado por el tren mixto de Sevilla. Procede del Regimiento de Tarragona, viste el traje de rayadillo y anda merced a una muleta. Un balazo le ha dejado cojo y causa lástima esta desgracia, tanto más cuanto que es muy joven el soldado a que nos referimos". 'La Provincia', del 18 de octubre de 1898: "Por noticias recibidas hace pocos días en esta capital hemos sabido que el día 15 del pasado mes de julio murió en los arrabales de Manila de un balazo en la cabeza el soldado Nicolás Carrión García, hijo de Huelva. Este desgraciado joven era recluta excedente de cupo del reemplazo de 1895 y había trabajado muchos años en los talleres de nuestra imprenta, donde era muy apreciado por sus excelentes condiciones de donde marchó cuando recibió la orden de incorporarse a filas". 'La Provincia', del 20 de octubre de 1896: "Han llegado a La Habana los heridos de la columna Chagüe. La tardanza ha consistido en que la lluvia lo invadió todo y la marcha de los militares se hizo difícil. Entre los heridos llegó un soldado del Batallón de Aragón, el cual fue herido, y cuando varios camaradas lo retiraban del lugar del combate, recibió otro balazo. Estaban curándole de la segunda lesión, cuando otra nueva bala dio en el cuerpo del infeliz muchacho. Éste, en vez de quejarse, exclamó riéndose y como dirigiéndose al enemigo: "¿Se 'pue viví', caballeros?".

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