Elecciones al Colegio de Médicos de Huelva

Julia Paloma Hergueta: “Los onubenses deben tener un Colegio de Médicos del siglo XXI”

  • Su propuesta se fundamenta en conseguir el “represtigio” de la figura del médico y en “reilusionar” a los colegiados con la idea de pertenencia a una corporación profesional

Julia Paloma Hergueta junto al monumento a Antonio Mora Claros.

Julia Paloma Hergueta junto al monumento a Antonio Mora Claros. / Josué Correa (Huelva)

Bajo los lemas Por el prestigio de la profesión y Un Colegio para sus colegiados, presenta su candidatura para presidir el Colegio de Médicos de Huelva la especialista en Dermatología M-Q y Venereología, Julia Paloma Hergueta Sánchez. Incapaz de disimular el “orgullo” que para ella supone el sentimiento de pertenencia a un colegio profesional, explica en Huelva Información su percepción de la institución onubense en la actualidad, la cual define “como ajena, caduca, impuesta y alejada”. Asegura que ansía un “profundo cambio” y pide la confianza de sus compañeros sanitarios para que apoyen una propuesta vertebrada en dos ejes fundamentales, el “represtigio” de la profesión y la “unión” de todos bajo un colegio “que nos represente y nos defienda”.

–Usted ya se presentó a las elecciones al Colegio de Médicos de Huelva en 2017, ¿por qué motivo decide emprender nuevamente este camino?

–Mi candidatura vuelve a ser una realidad por dos razones diferentes. Por una parte, quiero recuperar el sentimiento de pertenencia al Colegio, dado que en los últimos años los médicos nos hemos dado cuenta de que, si bien es cierto que los problemas en la profesión han ido aumentando de forma progresiva, también lo es que cada vez nos sentimos más alejados de una corporación profesional que debería estar para corregirlos. Quiero volver a la base de lo que deberían ser los colegios, la casa de los colegiados, un lugar donde se les acoja, se les cuide y se intente poner una solución a sus problemas. Tenemos que ser conscientes de que hay miles de situaciones muy diferentes en la medicina (médicos en sanidad privada, en la pública, en atención primaria, en hospitales, residentes, jubilados, propietarios etc.), por lo que hay que trabajar por los problemas particulares de todos estos colectivos. Es la obligación deontológica del Colegio. Por otro lado, he observado que ha cambiado bastante la percepción de la figura del médico. Tenemos que represtigiar al profesional, pues, aunque la sociedad admite su labor, ni los políticos ni los gestores sanitarios reconocen su valor. Es una profesión que exige un esfuerzo formativo increíble, en tanto que requiere de una nota excelente para entrar en la carrera, seis años de grado, un examen MIR y una especialidad que oscila entre los cuatro y cinco años y, tras ello, nos encontramos con contratos basura. La sociedad demanda una sanidad de calidad, pero a nuestros profesionales no se les trata lo suficientemente bien y, por ello, en los últimos 15 años se contabilizan más de 15.000 especialistas españoles que han preferido emigrar a otros países.

–¿Está deteriorada la imagen de la profesión?

–Totalmente. Se debe, fundamentalmente, a los problemas del sistema sanitario público, véase el alto número de pacientes a atender en un escaso período de tiempo, la saturación en Urgencias o las largas listas de espera. Todo ello también ha perjudicado la relación médico-paciente, lo que implica un daño a la confianza mutua e, incluso, un aumento de las injustificables agresiones. Frente a este escenario, tenemos que ser la voz ante los políticos y la sociedad. Los médicos somos profesionales acostumbrados a enfrentarnos diariamente al dolor y a la enfermedad, a compartir el sufrimiento con pacientes y familias, a invertir nuestros conocimientos y voluntad en el trabajo, así como a asumir responsabilidades que no son las nuestras. Hay que valorar la figura del médico, darle su sitio y, por consiguiente, recuperar la confianza del paciente. No puede ser que una persona tenga un médico diferente cada día por los contratos precarios que hay o, por ejemplo, que no haya una continuidad asistencial entre la Atención Primaria y el hospital, o a la inversa.

–¿Qué puntos fuertes tiene Paloma Hergueta como candidata?

–Una de las fortalezas de mi candidatura es que estoy en activo, tanto en la sanidad pública como en la privada. Es positivo conocer ambos ámbitos. De este modo, nos estaríamos acercando a todos los colegiados, pertenezcan al colectivo que pertenezcan. Deben saber que cuando tengan un problema, el Colegio está ahí para resolverlo, pues queremos ser útiles con ellos y con la sociedad.

–Habla de ser útil con la sociedad, ¿cómo espera potenciar este aspecto?

–Precisamente, en el momento en el que nos encontramos sería muy necesario ser una voz contra las fake news que, con motivo de la pandemia, han aumentado considerablemente. El Colegio debe ser el que disipe todas las dudas respecto a la sanidad y, por ende, los pacientes estarán mejor tratados.

–Su programa se basa en la importancia de un profundo cambio, pero ¿mantendría algo del actual Colegio?

–Uno de los planes que sí funciona bien es el Paime (Plan de Atención Integral al Médico Enfermo). No obstante, mi idea pasa por una renovación, pues quiero convertir el Colegio en una institución del siglo XXI. El mismo está muy anclado en la forma clásica de funcionamiento y eso no es lo que demandan los colegiados. Por ello, quiero que sea un instrumento en manos de todos, no una figura decorativa, de modo que su existencia tenga sentido y responda a las necesidades y problemáticas actuales de nuestro colectivo.

–¿Qué otros compromisos adquiere?

–En mi programa incluyo la propuesta de una formación continuada reglada, planificada y de calidad, al tiempo que abogo por una gestión transparente, con un Colegio sometido a auditoría e implicado en los controles derivados de las buenas prácticas de gobierno, que apueste por la generación de ingresos externos, que permita mejores servicios y que posibilite cuotas colegiales menores. Del mismo modo, promoveremos actividades que favorezcan y fomenten las relaciones entre los compañeros, véase comidas, deportes o rutas de senderismo, una vez que la pandemia lo permita. A su vez, asumimos el compromiso de colaborar con la Administración en corregir la discriminación que ha sufrido históricamente Huelva con respecto a otras provincias andaluzas, pues hay muchas decisiones que se toman con criterios políticos, en vez de bajo criterios técnicos.

Paloma Hergueta en una calle céntrica de la capital onubense. Paloma Hergueta en una calle céntrica de la capital onubense.

Paloma Hergueta en una calle céntrica de la capital onubense. / Josué Correa (Huelva)

–¿Cómo valora la sanidad onubense?

–Va justa y la pandemia lo ha puesto de relieve, más aún si cabe. Tenemos problemas concretos en Huelva que siguen sin solucionarse, como el éxodo de profesionales y la falta de facultativos, recursos materiales, unidades acreditadas o la existencia de áreas y especialidades de muy difícil cobertura que se deben incentivar. La Covid-19 ha demostrado que la joya de la corona no es tan joya de la corona, pese a que hemos tenido suerte de ser una de las provincias andaluzas con menor incidencia, pues nuestros recursos hubieran sido insuficientes si el virus hubiese tenido una propagación mayor. Por tanto, el papel del Colegio es muy importante, sobre todo ahora. Es la voz para acabar con toda la desinformación que se ha generado, la voz para poner en valor el trabajo oculto de los sanitarios y la voz para demandar los recursos necesarios.

–El número de agresiones sigue siendo elevado, ¿en qué medida se relaciona con la compleja situación de la sanidad?

–Creo que la falta de recursos en la sanidad conlleva una mayor angustia y un mayor miedo en los pacientes y, por ende, las personas lo pagan con el médico, el profesional que tienen enfrente y que no tiene nada de culpa. Tenemos que actuar de oficio frente a cualquier agresión que sufran los colegiados por particulares, empresas, instituciones, administración o medios de comunicación, protegiendo su honor, profesionalidad y prestigio.

–¿Hay suficientes médicos en Huelva?

–No lo creo. Primeramente, porque no hay una facultad de Medicina y, por consiguiente, los onubenses salen a otras provincias a estudiar, siendo más difícil que regresen después. Del mismo modo, hay especialidades que no se ofertan aquí y otras que, aunque existen, no forman residentes, por lo que los profesionales no terminan en Huelva. A ello se le suma que no se hacen contratos atractivos a las personas que vienen de fuera, por lo que somos una provincia de difícil cobertura. Conviene recordar que Andalucía ha estado históricamente por debajo de otras comunidades en términos de contratos o retribuciones, por lo que la opción de venir aquí pasa a un segundo plano. Lo que tenemos que hacer es invertir un esfuerzo económico y personal en que se queden con nosotros.

–¿Qué tan importante es la cercanía con los colegiados?

–Es fundamental. El problema actual es que los médicos entienden la colegiación como una obligación, un pago sin más. Queremos que se sientan orgullosos de pertenecer a la asociación y que les sea útil, es decir, un colegio sin complejos, que recupere el orgullo y la ilusión de pertenencia al colectivo. Para ello es vital conocer la opinión de los profesionales, algo que es muy sencillo a través de las encuestas y conversaciones.

–¿Cómo valora el papel de la mujer en la medicina?

–La profesión se ha feminizado y, de hecho, yo podría ser la primera mujer en presidir el Colegio de Médicos. Tradicionalmente, era una profesión de hombres y ahora esa tendencia se ha invertido, aunque no tanto en los cargos de responsabilidad y creo que esto se debe, en muchos casos, a nosotras mismas, que damos un paso atrás cuando tenemos hijos y optamos por unas prioridades diferentes a las profesionales. En cualquier caso, creo que el progreso es importante porque, aunque la conciliación de la vida familiar es difícil por la dedicación que conlleva la profesión, se ha mejorado en las bajas maternales, en la protección del embarazo o en la exención de las guardias durante el período en el que los hijos son pequeños.

–¿Qué contempla su programa para la sanidad privada?

–En este ámbito encontramos varios problemas y debemos tener en cuenta la diversidad de profesionales que hay, dado que tenemos médicos en hospitales o clínicas, profesionales con consulta propia o sanitarios en centros de especialidades, entre otros. Una de las medidas que queremos poner en marcha pasa por facilitar los trámites de aquellos que quieran abrir una consulta privada, un paso que conlleva una compleja burocracia.

–¿Qué sensación tiene respecto a los comicios?

–Yo estoy contenta. Lógicamente, no podemos predecir el resultado, pero estoy contenta con el trabajo desarrollado. En estos momentos me hallo inmersa en una ronda de visitas a centros de salud y entablo contacto con otros colegiados con el objetivo de reilusionarlos con el Colegio. El problema es, precisamente, que mucha gente no vota porque piensa que su voto no va a cambiar nada. Asimismo, como parte de la campaña, además de dichos encuentros, me gustaría proponer al actual presidente un debate público en el que contrastar nuestras ideas.

–¿Contempla trabajar con otros colegios codo con codo?

–Es vital. Somos un Colegio pequeño, por lo que a la hora de crear cursos es difícil, por ejemplo, cuando trata sobre una especialidad en la que únicamente tenemos cinco o seis especialistas. Por ello, es fundamental aprovechar las iniciativas de otros colegios y ayudar al desarrollo integral de los colegiados favoreciendo el impulso de formación.

–Si no sale elegida, ¿cuál será su futuro?

–Mi futuro no cambiará. Seguiré con mi trabajo. Aun así, me gustaría ser elegida porque creo que puedo aportar cosas y porque creo que es el momento de un cambio. El Colegio actual va por un camino que yo no comparto y no soy de dar mi opinión en el bar, sino de asumir el mando y volcarme en hacer todo lo posible para tomar un nuevo rumbo. Lo que ofrece el otro candidato ya se conoce y si hay gente que quiere un cambio, estoy yo para acometerlo.

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