El PSOE aguanta el tsunami del PP en la Sierra, Andévalo y en medio litoral

El PSOE se ha agarrado como un clavo ardiendo a las comarcas de la Sierra, el Andévalo y medio litoral (Isla Cristina, Ayamonte y Punta Umbría) para aguantar la arremetida popular en la provincia de Huelva, que no ha dejado títere con cabeza. No sólo les ha arrebatado las banderas de la izquierda medioambiental en Doñana (Almonte) o la marca obrera de Riotinto, sino que el PP ha puestos sus insignias en varios puntos estratégicos para la confrontación electoral autonómica que se avecina. Son las puntas de lanza de Cortegana, Valverde, Villablanca, Aljaraque o Niebla. Eso por no hablar de la entrada en los gobiernos de San Juan del Puerto, Alosno o Villanueva de las Cruces.

Muchas son las voces de alcaldes victoriosos y derrotados en el PSOE que echan ya en cara (en privado, claro) a la dirección provincial de Mario Jiménez que se gastara la mayor parte del dinero de la campaña en promocionar a la candidata de Huelva y aspirante a presidir la Diputación, Petronila Guerrero. Y total para nada, pues no se consiguió ni romper la mayoría absoluta al PP de Pedro Rodríguez. Pero, por ejemplo, se echó de menos más apoyo económico y de los líderes socialistas en la Sierra, donde se perdió un diputado provincial por 200 votos, justo el de la mayoría absoluta en la Diputación Provincial de Huelva, convertida ahora en una caja de truenos, visto el comportamiento que ha tenido IU en muchos municipios.

Cada vez está más claro que IU no quiere ir de muleta del PSOE y luchará hasta por el último voto que pueda ir a la izquierda, real o liberal, según se mire.

Estando pendiente como está el gobierno de la Diputación no le conviene al PSOE remover las brasas de los pactos. Aunque parece que Mario Jiménez sigue al pie de la letra la llamada Hipótesis Bono, lanzada contra IU por el presidente del Congreso y que dice en tono jocoso que el coordinador de la coalición de izquierdas, Cayo Lara, manda menos que una tal Cipriana. Que será algo así como la Blasa del José Mota en el Tío de la Vara.

El pupilo de José Bono se apresuró a lamentar el sábado "la incapacidad" de la dirección provincial de IU, que dirige en Huelva Pedro Jiménez, para frenar los pactos de sus compañeros en Almonte, Minas de Riotinto o Gibraleón, que por acción u omisión han dejado la puerta abierta para que se cuele el PP hasta la cocina.

Los pactos de las municipales debilitan al PSOE de cara a las elecciones autonómicas que está previsto celebrar el año próximo, sino es que se adelantan al próximo otoño junto con las generales.

Pero también dejan un panorama muy arriesgado en la Mancomunidad Provincial (MAS) y Giahsa, su empresa instrumental. La suma de votos ponderados, a falta de concretar las cifras oficiales, dejan al PSOE con 195, al PP con 134, a Izquierda Unida con 33 y a los Independientes y PA con 41. Es decir, que el PSOE vuelve a sentirse en minoría y tendrá que repartir cargos y apoyarse en otros grupos políticos ajenos a su disciplina para aprobar un presupuesto de 65 millones de euros, amén de una amplio listado de cargos de confianza. En las cuentas de MAS y Giahsa no se incluyen los municipios de Bollullos (15 votos), en manos de los Independientes y el PP; Moguer (22 votos) ahora del PSOE y Lepe (28 votos), del PP. El servicio integral del agua en esos tres pueblos está en manos de Aqualia.

Los desconchones en la decena de mancomunidades de la provincia, Sierra, Condado, Costa, Andévalo, Campiña, Islantilla o Palos-Moguer van a ser también de campeonato.

Diseñado y cerrado el nuevo mapa político municipal llega ahora el momento de designar diputados provinciales. El PSOE tendrá que asegurarse el nombramiento y la elección de trece pata negra si no quiere sorpresas. Al igual que el PP. Cualquier desliz puede complicar mucho el mandato de la Diputación y animar experimentos. 13 diputados para el PSOE, 13 para el PP y 1 de IU auguran muchos sustos, sorpresas y marchas atrás en proyectos como el Hotel París o el aeropuerto. La situación se quedará así al negarse las direcciones de IU y el PSOE a suscribir un pacto formal. Y la guerra ya ha estallado.