20-N: el día que el PP ganó a Perico y el PSOE se quedó en casa
La marca de la gaviota supera en voto en la capital a su alcalde estrella, Pedro Rodríguez · El Centro, El Matadero y Viaplana son de nuevo bastiones populares · Los tradicionales feudos socialistas registran una fuerte abstención.
La marea azul del 20-N arrasa con todo. El auge del PP logró el pasado 20 de noviembre algo que parecía imposible hasta no hace mucho: su victoria en una convocatoria electoral en la provincia de Huelva. Tradicionales bastiones socialistas como Punta Umbría o Isla Cristina cayeron en manos populares e incluso localidades de la Cuenca Minera, el corazón del socialismo onubense, vieron crecer el voto azul después de haber visto meses antes a alcaldes del PP llegar a sus ayuntamientos. Y en la capital, la marca PP batió su propio récord: ganó por 14 puntos al PSOE, pero además superó el apoyo logrado por su alcalde, Pedro Rodríguez, en las elecciones municipales, algo que no sucedía desde que el regidor se abonó a la mayoría absoluta en Huelva.
La figura de Rodríguez ha sido siempre punta de lanza en la capital, marca estrella de un PP que veía cómo el alcalde popular (que al principio se vendía como independiente) lograba el apoyo de votantes socialistas que en las generales depositaban sus papeletas a favor del puño y la rosa.
Así, en los sucesivos comicios celebrados a partir del 96, el equipo de Rodríguez lograba invariablemente más votos en las elecciones municipales de los que su partido alcanzaba un año después para el Congreso. Incluso en el año 2000, cuando el PP de José María Aznar logró vencer por primera y única vez en unos comicios generales en la capital: entonces, el PP sumó 36.600 votos, el 49,4% del total. Pero ni siquiera con esa cifra superó la lograda por Rodríguez un año antes: más de 40.000 papeletas que lo convirtieron en uno de los alcaldes más votados del país.
Esta tendencia se rompía el pasado 20 de noviembre, cuando la marea azul sobrepasaba incluso a la marca Perico de la mano de la crisis económica y el voto de castigo al PSOE. En los pasados comicios municipales el desgaste de los años al frente del Ayuntamiento y los problemas económicos (impagos, manifestaciones, la oposición haciendo bandera de la deuda) provocaron una caída del apoyo de la ciudadanía al PP de la capital, que se quedó con 28.400 votos en unas elecciones en las que además hubo una baja participación.
Seis meses después, la marca PP ha logrado superar notablemente esa cifra, con 35.137 votos en las urnas, un 47,6% del total. Y saca al PSOE casi 14 puntos, mientras que en 2008 fueron los socialistas los que adelantaron al PP en más de 9. La debacle dejó al PSOE de la capital (al igual que al del resto de la provincia) en su peor registro desde que Felipe González llegó a La Moncloa: 24.734 apoyos, el 33,5% del total. Pese a ello, en la traslación de resultados del 20-N a unas hipotéticas elecciones municipales, el PP seguiría sacando 14 concejales, mientras que el PSOE recuperaría el que perdió en mayo, quedando con 10.
Detrás de este vuelco capitalino está el apoyo en los tradicionales feudos periquistas, con el centro, El Matadero y el Huerto Paco y Viaplana como puntales de la marea azul en la capital. También la abstención en los tradicionales epicentros socialistas de La Orden, La Hispanidad o Los Rosales. Pero hay otro factor: parte de los votantes del PSOE se quedaron en casa, pero otra parte del tradicional voto socialista se decidió a votar al PP, IU o incluso UPyD o el PA, un voto de castigo al aumento del paro, al empeoramiento de la economía y la actuación del ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y el PP movilizó al electorado que el 22 de mayo se había quedado sin depositar la papeleta, aquel que entonces no se decidió a apoyar a Pedro Rodríguez.
Así se refleja en las cifras de participación: los feudos populares que registraron cifras por encima de la media, mientras que la zona con menor número de votantes respecto al censo fue el distrito VIII, el fortín socialista de La Orden.
En el distrito I (Centro, Pescadería, La Merced), el bastión popular por excelencia, más de un 76% del electorado ejerció su derecho al voto (en mayo sólo votó un 66,8%). De nuevo este distrito resultó clave en los resultados: el PP sacó al PSOE más de 6.000 papeletas de diferencia, más de la mitad de las 12.000 de distancia con el PSOE en la capital.
El perfil del votante de la zona centro es tradicionalmente popular y así lo ha cumplido en esta ocasión: un 68,26% de sus vecinos se decantaron por el PP, más incluso que los que apoyaron a Pedro Rodríguez en mayo (un 62,91%). El resultado entonces vino matizado por el importante apoyo recibido por la Mesa de la Ría, que concurrió a las municipales (y logró situar a José Pablo Vázquez en el Ayuntamiento gracias al respaldo de la clase media-alta y profesionales del Centro) pero no a las generales. En el caso del PSOE, el apoyo de los ciudadanos se quedó el 20-N en el 18,8% del total en sus horas más bajas, aunque aún así también fue mayor que el que obtenido por su candidata en las municipales, Petronila Guerrero (16,53%).
También ganó el PP en otros cuatro distritos de la capital, conquistando incluso terrenos que le parecían vedados más allá de las elecciones locales como el Molino de la Vega y Las Colonias o Isla Chica (ambas zonas votaron PSOE en los anteriores comicios andaluces de 2008). El escenario del Centro se repite en los distritos III (El Matadero, Barrio Obrero, Huerta Mena) y IV (Huerto Paco, Tres Ventanas, Cantero Cuadrado, Viaplana), ambos con una importante movilización del electorado y una participación por encima del 70%.
En el primero de los casos, el apoyo fue del 54,44% del electorado, el doble que el 27,12% obtenido por el PSOE, y en el distrito IV la candidatura encabezada por Fátima Báñez sobrepasó la mitad de los votos, 20 puntos por delante de la lista de Javier Barrero. Y en ambos casos, el PP superó el apoyo obtenido en las elecciones municipales.
Menos diferencia hubo en los otros dos distritos ganados por el PP, los conquistados al PSOE respecto a comicios anteriores, que registraron una participación en la media del 65%.
En el otro lado, el desencanto general con la situación económica y particular del votante socialista con las políticas adoptadas por Zapatero provocó unos porcentajes de abstención de más del 40% en los distritos de mayor raigambre socialista. Con el paradigma del distrito VIII (La Orden, Santa Marta, El Carmen), donde sólo el 56,2% de los electores acudieron a depositar su papeleta. Pero además, mientras que en las andaluzas de 2008 los votos al PSOE habían casi duplicado los recibidos por el PP, en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre la diferencia se quedó en 700 votos: 4.141 papeletas para el PSOE frente a 3.434 para el Partido Popular.
En el caso del distrito VI (Los Rosales, Barriada José Antonio, Nuevo Parque y parte de Pérez Cubillas) la participación fue del 60,90% y el PSOE ganó con holgura. En cambio, en el distrito VII (Nueva Huelva, La Hispanidad, Verdeluz y El Torrejón) hubo victoria socialista pero más ajustada, por menos de un punto; de hecho, en las elecciones municipales este distrito se había inclinado del lado de Pedro Rodríguez. Y de nuevo la participación fue baja: más de un 40% de los electores se quedó en su casa.
Además del PP, Izquierda Unida se vio claramente beneficiada de la debacle socialista, rompiendo con la maldición del voto útil pese a la campaña del PSOE, que en numerosas ocasiones ha insistido en que sólo había dos candidatos a presidente. Así, el pasado 20 de noviembre parte del desencanto socialista acabó en el lado de la coalición, que pasó de los menos de 3.500 votos logrados en 2008 (el 4,58% del total) a los 5.839 de esta ocasión, un 7,91% de los votos válidos.
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