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LA PLACETA, kilómetro 0

  • Eje de la vida comercial Hasta finales del siglo XIX La Placeta se encontraba repleta de puestos ambulantes, es cuando todo se traslada a la plaza de abastos del Carmen

La Placeta, donde está el tráfico principal de tiendas, y mesones, y paso por dentro del Pueblo, para la Calzada". Esta es la descripción que Juan Agustín de Mora realiza en 1762 de este lugar clave en el comercio de la ciudad. Es, de alguna forma, el punto neurálgico de la ciudad, su kilómetro 0. Aquí estuvo siempre el centro de la actividad comercial; le daba vida su cercanía al puerto, como entrada al mismo por la Calzada, más tarde la calle Marina de hoy.

La Placeta de los Mercaderes, La Placeta del Rastro o La Placeta de la Cruz, como así se le llamó en distintos momentos, era hasta finales del siglo XIX el punto al que acudía la ciudad para el abastecimiento diario de los productos de primera necesidad hasta que se inaugura el primer mercado de abastos, el del Carmen en el barrio de este nombre. Ofrecía un lugar diáfano en el que los vendedores pueden realizar sus ventas en los puestos, ya no ambulantes, y evitar así el mal aspecto que daban a una de las zonas de más interés de la ciudad. Aunque se pierde todo el trasiego de tenderetes, que estuvieron aquí hasta finales del siglo XIX, la vida de la ciudad continúa latiendo aquí con importantes comercios.

La encrucijada de calles dio lugar a un espacio más abierto, a un punto de encuentro que al menos desde el siglo XVI se le conocía como La Placeta. Hasta allí concurrían las calles de las Bocas, Gravina, José Nogales, la llamada de la Placeta, que partía de la iglesia de la Concepción, y la de la Calzada que era continuación de esta y llevaba por aquí hasta el puerto, lugar de entrada de los productos del mar. El nombre de calle de La Placeta ya se cita en testamentos del 1578, la actual Plus Ultra. Aquí era el lugar desde donde partían las diligencias.

Como punto de entrada y salida de la ciudad, con la presencia en ella de los carruajes de las diligencias, con numeroso trasiego de personas, fue también lugar para mesones y posadas. Se ubicaron los de la Cruz, de la Estrella, de las Bocas, entre otros.

Se fue recogiendo en este entorno todo el trasiego de la ciudad, cercano al puerto, a la salida de las diligencias, más tarde camino de la estación de Zafra e incluso a la de autobuses de Damas. Y todo esto ha contribuido a que aunque trasladados los puestos de los mercaderes de esta zona, quedarán importantes comercios, hoteles y establecimientos bancarios que le imprimieron hasta hoy esa vitola de zona comercial por excelencia de la ciudad.

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