Huelva paranormal

El ovni 'ladrón de electricidad' de Huelva

  • Dirán que "como están las cosas y el precio de la luz" que no es para menos, pero lo que les voy a narrar es un hecho verídico

Los hechos sucedieron en el Condado de Huelva en julio de 1975.

Los hechos sucedieron en el Condado de Huelva en julio de 1975. / H. Información

Sucedió un 13 de julio de 1975 sobre las 23:00 en la localidad onubense de Bollullos del Condado. A esa hora, ese día, se produjo un extraño y misterioso apagón que afectó a todas las localidades cercanas: Bollullos del Condado, La Palma del Condado y Almonte.

El suceso fue muy impactante y uno de sus vecinos –Lucrecio Camacho- lo narraba así a los investigadores de la Red Nacional de Corresponsales y en el diario ABC en su día, siendo como lo recojo en mi obra “OVNIs en Andalucía” (Almuzara):

-Tres amigos de la mencionada localidad de Bollullos, que se habían desplazado aquella noche a Almonte para asistir a uno de los cines de verano, se vieron obligados a abandonar el local, retornando a Bollullos en el Seat 124 LS, que conducía Francisco Esquivel, de 23 años, soltero y agricultor de profesión. Junto a Francisco, los también vecinos de Bollullos Diego Sánchez Matamoros, de 22 años, también soltero e impresor, y Diego Salar Campo, de 21 años, igualmente agricultor y soltero.

-Ya al descender la cuesta existente en la salida del pueblo vimos una luz… Parecía estar sobre los campos, era muy rara. Con un color amarillento, con destellos intermitentes. Y parecía estar quieta.

-Desde el coche, y conforme se iban aproximando donde había divisado la luz, los tres amigos comprobaron también que aquel fenómeno tenía una curiosa forma ovoide. Y surgieron los más encendidos comentarios. Algunos no parecían muy dispuestos a detener el coche para examinar de cerca el objeto. La palabra ovni había surgido ya en el vehículo y el hecho de que el '124' tuviera necesariamente que pasar a escasa distancia del punto donde parecía estar situado el objeto, les infundía un más que respetable recelo. Pero los jóvenes residían en Bollullos y se veían obligados a seguir hacia dicha localidad.

-De pronto, al salir de una curva, los ocupantes del coche se encontraron con un espectáculo que difícilmente olvidarían en el resto de sus días: a unos 40 o 50 metros de la carretera, a la derecha, e inmóvil, a escasa altura sobre los postes del tendido eléctrico, que parte de La Palma y que abastece a Bollullos y Almonte, aparecía un ovni de unos cinco metros de diámetro y de forma claramente ovoide. Aquel objeto despedía unas ráfagas de luz que eran muy potentes y cegadoras. La luz era amarillenta y a veces se tornaba de un color blanco intenso.

-Los testigos quedaron petrificados y el conductor, sin quitar la vista de aquel resplandeciente aparato, aminoró la velocidad. Pasaron frente al ovni muy lentamente y a la luz de aquella nave iluminaba un amplio radio de la finca “Ballesteres” –donde se levanta el citado tendido eléctrico-, así como parte de la carretera que une ambas localidades.

-Los amigos de Francisco Esquivel le indicaban que siguiese a toda velocidad hacia el pueblo pero él, picado por la curiosidad, paró el coche a 100 metros, y retrocedió hasta la altura del poste, donde seguía el ovni a 30 metros de altura sobre éste. Desde el interior del coche contemplaron aquel aparato.

-El fuselaje brillaba con una luz muy blanca y muy potente. Se veía con claridad que era metálico. Pero por más que nos fijamos no vimos ventanillas.

-Cuando pasamos la primera vez en el coche, el ovni mandaba unas ráfagas de luz hacia el mismo y la segunda vez que retrocedimos, volvió a repetir la misma operación, enviando aquellos destellos o rayos hacia el coche. Esta luz no nos ocasionó ningún daño. Quizá sólo era para que nos alejásemos.

-Francisco Esquivel se bajó del coche y así lo vio a placer durante 10 o 15 minutos. Los grillos no se oían. Al momento de bajarse del coche vieron cómo los cables del poste empezaban a despedir numerosas chispas.

-El ovni siguió lanzando destellos. Quizás se repetían cada 10 o 15 segundos. Era una luz giratoria, igual que las que suelen llevar las ambulancias en su parte superior. Aunque a veces cambiaban del amarillo al blanco, el color predominante era el blanco. Según los testigos, el ovni era circular, con un gran ensanchamiento en el centro.

-Al cabo de un cuarto de hora de observación, prosiguieron el viaje a Bollullos del Condado. En ese momento, la nave comenzó a elevarse lentamente y el coche, que hasta este instante no había experimentado el menor trastorno, empezó a fallar.

-El ovni se había elevado y seguía al vehículo a cierta distancia. Por fin, el coche recobró la normalidad, llegando a Bollullos a eso de la una de la madrugada.

-Al producirse el apagón simultáneo, con el salto automático general en La Palma, los técnicos de la Compañía Sevillana de Electricidad se preocuparon, lógicamente, por averiguar las causas de aquella avería. Y al día siguiente, 14 de julio de 1975, un perito de la citada Compañía, al que acompañaban Manuel Domínguez y Andrés Ortas, encargados de la Compañía en Almonte y Bollullos, respectivamente, iniciaron una sistemática investigación.

-Lo extraño era que, al cabo de los cuarenta y cinco minutos que había durado el apagón, la corriente había vuelto a las dos poblaciones, restableciéndose con toda normalidad los servicios de las mismas. Esa misma mañana, según pudieron comprobar los técnicos, la corriente eléctrica funcionaba con toda normalidad en Almonte y Bollullos.

-Puesto que la fuerza llegaba con toda potencia, los expertos de la Compañía no tuvieron más remedio que empezar una larga y concienzuda inspección del tendido eléctrico.

-Al cabo de varias horas de inspección, los tres especialistas llegaban hasta el poste sobre el que –sin ellos saberlo- se había situado el extraño objeto volador no identificado en la noche anterior. Los que allí vieron les llenó de perplejidad: el cable que formaba un 'puente' en uno de los tres hilos de 15.000 voltios se encontraba seccionado. Y, sin embargo, por allí seguía pasando fluido eléctrico.

Los técnicos de la Compañía decían: “es imposible”, era un hecho que nadie sabía explicar.

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