Optimismo sano en el Agromán
La comparsa isleña, La charanga del mamarracho, fue la agrupación más critica de la noche y la más carnavalera · La murga gaditana de Sanlúcar no se presentó y la Fopac anuncia sanciones
El Carnaval Colombino estuvo movidito anoche. De las seis agrupaciones que tenían que salir al escenario del Gran Teatro, sólo llegaron cinco pues la murga gaditana de Sanlúcar de Barrameda, Los supervivientes del vaporcito, que tenía que salir tras el descanso no se presentó. La organización, la Federación Onubense de Peñas y Agrupaciones de Carnaval (Fopac), se enteró apenas unas horas antes y porque alguien se puso en contacto con el representante del grupo gaditano. Al conocer las intenciones de los carnavaleros de Cádiz, la Fopac emitió un comunicado en el que consideró "un desplante" al Carnaval Colombino y una "falta de consideración" el comportamiento de los gaditanos, así que tomará las medidas sancionadoras correspondientes y de acuerdo a lo establecido en los estatutos del concurso. Salvo este revés la noche discurrió con normalidad y con un buen ambiente carnavalero de la mano de la comparsa de Isla Cristina, La charanga del mamarracho, y de la murga de la capital, La pandilla del Agromán (empresa que construyó el hospital Manuel Lois y nombre con el que se conoce popularmente a este centro sanitario). Este grupo era uno de las más esperados de la noche pues ganó el segundo premio de su modalidad el año pasado con Marina Dó. No defraudó al público, que despidió la actuación con un largo aplauso y en pie. La pandilla del Agromán, usuarios de un centro de salud cualquiera, parodió los abusos y las trifulcas que se forman en las salas de espera. También criticó los recortes sanitarios y reivindicó la representatividad del Monumento a Colón en la Punta del Sebo frente a la nueva estatua que se levanta desde mayo en la plaza de las Monjas. Todo su repertorio aportó un matiz positivo a la difícil situación actual.
Los isleños crearon ambiente de carnaval con una puesta en escena animada y recursos como una pareja bailando un tango. Este grupo que dirige Rafael Rodríguez, Fae, cambia de modalidad este año tras un largo recorrido como chirigota, esencia que se aprecia en su actuación. Fue la agrupación más crítica de la noche, con letras que no desaprovecharon ninguna ocasión para lanzar pildorazos a corruptos y políticos, que fueron los que salieron peor parados, al final les metieron en un mismo saco, "mamarrachos de corbata", e hicieron un llamamiento a la rebelión desde el lado de los indignados. También cantaron a la provincia de Huelva, criticaron el paro, la boda de la duquesa de Alba y a los dos yernos del Rey.
La primera comparsa que subió anoche al escenario del Gran Teatro fue la olontense Los ilusos, que van de paracas. El grupo dedicó uno de los temas a un compañero que no pudo acompañarles ayer por la enfermedad de su madre. Este grupo que dirige Juan José Tocino también fue muy crítico con las penurias económicas de las clases más desfavorecidas y culpó a todos los que tienen responsabilidades económicas, políticas o sindicales por ello. Tras el descanso actuaron dos comparsas sevillanas, una de La Rinconada y otra de Las Cabezas. La comparsa El marqués de pacotilla de La Rinconada llegó al Colombino bajo la dirección de Francisco Seco. Las letras y la música son obra de David Ruíz Félix. El año pasado quedaron en semifinales con El Sevillano. La última en actuar anoche fue la comparsa sevillana de Las Cabezas de San Juan La inspiración, que también debutó en el concurso onubense. El director es Domingo Hernández y Raúl Sánchez se encarga de las letras y la música.
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