Oposición a la reforma de las cajas rurales
Caja Rural del Sur, PSOE y UGT rechazan razones económicas para un cambio en la naturaleza jurídica de las entidades


La reforma que prepara Luis de Guindos para regular las cooperativas de crédito llegará al Consejo de Ministros en unas semanas para después pasar por la negociación parlamentaria. El temor ante una posible o forzada fusión y el anuncio de que la futura regulación habilitará al Banco de España para poder exigir la transformación de estas cajas en bancos genera críticas en el sector, en sindicatos y en el PSOE.
Así se hizo palpable ayer en la Facultad de Ciencias Experimentales, donde una jornada abordó Las perspectivas de futuro de las cajas rurales y su continuidad en el sector agrario, con arreglo al nuevo marco normativo. La Universidad de Huelva y la Federación de Servicios de UGT Andalucía-Huelva, con el patrocinio de Caja Rural del Sur y la colaboración de la Diputación organizaron el congreso, en el que los intervinientes abogaron por mantener la identidad de las cajas rurales.
Durante la celebración de la mesa de conclusiones, la secretaria general de Finanzas y Patrimonio de la Consejería de Hacienda, Julia Núñez Castillo, animó a las cajas rurales a luchar por mantener la solvencia, mejorar la eficacia en la gestión y en la gobernanza y mantener el sector: "Trabajemos juntos, el sector privado y las administraciones públicas, para conseguir este objetivo".
A su juicio, los bancos cooperativos son estables y están orientados a largo plazo, en contraste con la "volatilidad" y el "cortoplacismo" de otros modelos, estimulando de forma intensa la economía local. Tras valorar que "dimensiones reducidas no significan insolvencia", abundó en la dificultad de compatibilizar la asunción de responsabilidades de forma centralizada con una gestión de clientes y de riesgos descentralizada, que es "lo que se necesita para una banca de proximidad".
Los supervisores, bajo su punto de vista, deben actuar para reducir los riesgos sistémicos, absteniéndose de promover una excesiva concentración en el mercado bancario, en aras de alcanzar un desarrollo económico armónico en el territorio y, a su vez, "deben crear sistemas de alerta temprana para detectar riesgos y tienen que desarrollar mecanismos de prevención".
En cualquier caso, Núñez Castillo recordó que para los bancos la rentabilidad es su cuenta de resultados, ya que se deben a sus accionistas, mientras que las cooperativas de crédito se relacionan con sus socios "a largo plazo" y basándose en la "fidelidad".
Durante su intervención, el portavoz socialista en la Comisión de Economía del Congreso, Valeriano Gómez, aseguró que las prisas son malas consejeras, por lo que no le gustaría que en 2014, de cara a las elecciones, se reformara el sector. En su lugar, apostó por abrir un debate que permita abordar cambios, "pero no de forma urgente, ya que estos no son prioritarios a corto plazo".
El ex ministro de Empleo cree que el sector tiene recorrido y puede ganar cuota de mercado, si bien debe esta atento para presentar "modelos creíbles de transformación". En su opinión, la fortaleza se alcanza con flexibilidad, aunque esto no supone "reconocer lo que no ha sucedido". Y esta es, según destacó, la gran ventaja que tiene el sector del cooperativismo de crédito: "El haber podido mantenerse al margen de este inmenso despropósito que ha sido la evolución reciente de nuestro sistema financiero".
Desde esa perspectiva, apostó por "no tener miedo" y por "tomar fuerza, estudiar dónde están los defectos y virtudes, qué pueden y deben corregir las cajas rurales y cómo hacerlo "en la perspectiva de mantener lo que son".
El moderador de la mesa, Mario Jiménez, apuntó que los indicativos que se aplican al sector financiero prueban la "estabilidad, confianza, solvencia, capacidad de negocio y de crecimiento" de las cajas rurales. Por ello, el portavoz parlamentario del PSOE en Andalucía abogó por "cambiar sólo lo que no funciona" y por la coexistencia de las cooperativas de crédito con el sector financiero privado, complementándolo, "jugando sus cartas" y ocupando otros nichos de mercado.
Alberto Sainz de los Terreros, de la Asociación Española de Cajas Rurales y director de la asesoría jurídica del grupo Caja Rural, incidió en el "muy buen estado" del sector y de la Caja Rural en particular. Por ello, el experto no ve razones económicas para una reforma, lo que no quiere decir, según concretó, que no se puedan mejorar y reformar algunos aspectos del sector. No obstante, este ya sufre, en su opinión, la reforma que se ha producida en el sector financiero porque las cajas rurales son entidades de crédito a efectos regulatorios.
"Es un modelo de éxito comprobado en Europa y no vemos una necesidad de que no se pueda respetar nuestro modelo de cooperativa. Queremos que se nos haga partícipes a la hora de elaborar la reforma y que se respete nuestro modelo de cooperativa", exigió.
Tras la mesa de conclusiones, el presidente de la Caja Rural del Sur, José Luis García Palacios, aseguró que su entidad está "relativamente bien" porque supo echar el freno y no se introdujo de lleno en el sector inmobiliario, comenzando a otorgar en agosto de 2006 "la mitad de créditos que en 2005".
En estos momentos, aseguró que la Rural tiene "tesorería suficiente", aunque no tiene garantía de que devuelvan los préstamos porque a la caja no les sirven "ni los pisos ni lo solares". Sin embargo, mostró su confianza en que el crédito se repondrá en cuanto mejore la economía y cuando los pisos se vuelvan a valorar.
En la inauguración de las jornadas, el presidente de la Diputación, Ignacio Caraballo, advirtió que, una vez que se lleve a cabo la reforma, "no habrá marcha atrás, recordando la "repercusión negativa" de la reforma de las cajas de ahorro, mientras que, tras la clausura del congreso, la secretaria general de UGT en Andalucía, Carmen Castilla, destacó la "cercanía" de las cajas rurales con su entorno y con los ciudadanos, rechazando una reforma que vaya en la línea de una única caja a nivel nacional.
Tras remarcar que este tipo de cajas "compatibilizan" la vertiente económica con la social, resaltó que "este tipo de banca evita la exclusión financiera de muchas personas", por lo que defendió la labor de las cajas rurales por "su solidaridad, proximidad y flexibilidad".
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