Entrevista al presidente de Apromabi

Óliver Camacho: “La falta de aprovechamientos forestales condena a la provincia a sufrir incendios”

  • Las empresas del sector forestal reivindican su papel como generadoras de riqueza y la labor de prevención ante el fuego que cada verano arrasa los montes de Huelva

Oliver Camacho Avilés, junto a las máquinas utilizadas para las labores de limpieza en el monte.

Oliver Camacho Avilés, junto a las máquinas utilizadas para las labores de limpieza en el monte. / Alberto Domínguez (Huelva)

El sector del aprovechamiento forestal onubense se une para reivindicar oportunidades de negocio en un ámbito en el que la provincia tiene un enorme potencial. El suyo es además un trabajo clave para prevenir los incendios que azotan Huelva de forma periódica desde hace años. Las empresas se han unido en Apromabi, una entidad desde la que preservar el futuro. Tienden la mano para garantizar empleo y sostenibilidad.

–¿Por qué nace Apromabi?

 –La asociación como tal tiene dos meses de constitución de forma oficial, pero trabajando llevamos algo más. Nace por la inquietud de los empresarios de aprovechamiento de madera y biomasa al ver como en los últimos tres años los montes onubenses se están quemando por la falta de licitaciones por parte de la administración autonómica para su aprovechamiento forestal. Vemos como nuestro nicho de trabajo se está viendo bastante reducido, además de los enormes daños ambientales y la pérdida de mano de obra por un problema de carácter administrativo que la provincia de Huelva lleva más de cuatro años sufriendo. Veíamos como el resto de aprovechamientos forestales (piña, corcho, caza, pastos, etc) de nuestros montes salían a licitación y se ejecutaban mientras que lo más sustancial que es la madera y biomasa no se licitan, que además es lo más importante a nivel medioambiental como mecanismo de defensa contra los incendios forestales.  

–¿En qué medida influye el aprovechamiento forestal ante un incendio?

 –Es la mejor forma de evitarlo de forma natural. Un fuego no se propaga porque haya más o menos piñas o porque se hayan cogido las setas del monte. El combustible de un incendio es el material forestal, en este caso la madera y la biomasa. Si no disminuimos su cantidad por hectárea, seguirán ardiendo nuestros campos. Llevamos más de cuatro años pidiendo a la Junta de Andalucía que saque el aprovechamiento de sus montes y no lo hace. Es algo que no entendemos porque nosotros pagamos a la administración por su madera y biomasa y encima ayudamos a evitar incendios.  Afortunadamente, desde la creación de Apromabi, estamos trabajando con la Junta de Andalucía para que se activen las licitaciones.

–¿Por qué la Junta?

 –Porque es propietaria de la mayor superficie forestal de la provincia de Huelva. Los ayuntamientos y los privados sacan a concurso los suyos, mientras que el monte andaluz no sale. Hace unos años se sacó un plan de gestión integral en El Mustio. Iba a ser la panacea. ¿Y el resto de la provincia? Desde que se firmó el plan han salido adelante dos expedientes de aprovechamiento en cuatro años. Uno en 2018 con cuatro lotes de montes que se adjudicaron y otro en 2020 con diez lotes de los que seis quedaron desiertos.De los cuatro que se aprobaron hay dos que se quemaron en el incendio de Almonaster. Al final se ejecutaron dos de diez.  

"Nuestro nicho de trabajo se reduce desde hace más de cuatro años por problemas administrativos"

–¿Por qué no adjudican esos lotes de explotación forestal?

 –Porque salen a unos precios altos, con exigencias técnicas importantes y a largo plazo (tres años) que unido a la situación de pandemia por el Covid-19, crea una inseguridad económica que hace que la empresas no oferten. La madera sale muy cara y encima obligan al pago de la biomasa, que ha bajado su cotización, que nunca se ha pagado como subproducto del desbroce. Al final nadie es valiente para ofertar y ahí se queda en el monte.  

–¿Qué consecuencias tiene la falta de aprovechamiento forestal?

–Las consecuencias las podemos dividir en tres grupos: medioambientales porque se está almacenando una gran cantidad de material vegetal en el monte, susceptible de quemarse. Al no aprovecharse, los montes no se están desarrollando como deberían desde un punto de vista técnico. Cuando se entresaca un pinar, se eliminan los pinos dominados, los enfermos y los muertos, favoreciendo el crecimiento y desarrollo de los pinos que se quedan en pie, se abren sus copas al tener menos competencia por la luz y se producen más piñas que favorecen la regeneración natural del pinar. Socialmente se genera mano de obra muy cualificada, procediendo la mayoría de ellos de zonas rurales, por lo que se contribuye a la fijación de la población rural. Desde el punto de vista económico, siempre que vamos a cortar un monte, pagamos a su propietario, ya sea privado o público, además de los beneficios económicos que deja la propia generación de mano de obra. Este punto es muy importante que lo sepa la sociedad, pagamos para poder trabajar. Las empresas de aprovechamiento de madera y biomasa somos la mejor herramienta de gestión para conseguir los objetivos del Plan Forestal Andaluz en el horizonte 2030 (fomento del aprovechamiento de recursos naturales y económicos de forma sostenible; mejora de la calidad de vida de la población mediante la protección de la naturaleza y la modernización, planificación y desarrollo integral del medio rural).

"Pagamos por trabajar y aportamos recursos económicos que luego revierten en la conservación"

–¿Qué es lo que reclama Apromabi?

–Vemos un enorme futuro de trabajo, con una gran cantidad de monte por aprovechar, con madera y biomasa que podrían estar generando puestos de trabajo pero que no se aprovechan. Por ello decidimos agruparnos y tratar de encontrar la fórmula con la administración para el uso del monte igual que sucede con el resto de aprovechamientos. Pensamos que solo hay que aplicar la misma ley a todo para permitir la contratación. Queremos trabajar de la mano de la Consejería para generar mano de obra, beneficios medioambientales y que nuestro sector tenga futuro. Actualmente tenemos muy limitada la exportación porque vamos trabajando a corto plazo, sin poder planificar qué madera vamos a poder cortar en 2021, 2022 o 2023 para poder cerrar contratos de exportación. Estamos perdiendo muchas oportunidades para la provincia.  

–¿Es un problema general?

–En otras provincias no pasa, lo cual todavía nos sorprende más. En Almería, Córdoba, en Málaga o Jaén se licita el aprovechamiento forestal con una superficie mucho menor que la nuestra. Huelva, que es la provincia más importante de Andalucía y segunda de España desde el punto de vista forestal, no saca el aprovechamiento de sus montes, con la pérdida de oportunidades económicas y el riesgo medioambiental que supone.  

"Habrá viento o no lo habrá, pero lo que prende es el material vegetal que no se ha retirado del monte"

–¿Cuántos puestos de trabajo genera el sector?

–Sólo con las empresas que hay en la asociación generamos 15.000 jornales mensuales de media. Son 180.000 jornales directos al año. Ahora hay que sumar todo los puestos indirectos entre transportistas, materiales, combustible, alimentación, alojamiento, mantenimiento de la maquinaria…  

–¿Por qué habla de riesgo medioambiental?

 –Porque esa madera es material combustible que está en nuestros montes. En cuanto salta una chispa vemos las consecuencias, como este verano en Almonaster o anteriormente en Doñana o en La Granada de Riotinto. Luego vienen y nos hablan de fuegos de sexta generación por las circunstancias especiales. Nada de eso. Habrá viento o no lo habrá, pero lo que prende es el material vegetal que no se ha retirado cuando se pudo. ¿Por qué ardió Doñana con la dureza que lo hizo? Porque los pinos no estaban tratados selvícolamente. No se había hecho aprovechamiento. El fuego salta en Las Peñuelas, pasa por un monte del Ayuntamiento de Moguer que se había trabajado y que prácticamente sobrevive sin problemas, pero entra en otros montes no aprovechados y vuela. Pasamos de un monte que se ha cortado y tratado donde el daño del fuego es menor a otro que no se ha cortado en años o nunca y donde las llamas arrasan con todo. Mientras no se ejecute un plan general de aprovechamiento forestal de la provincia de Huelva estaremos condenados a sufrir un incendio grave detrás de otro.  

–¿Qué papel reclaman las empresas de Apromabi?  

–Queremos que se activen los aprovechamientos forestales y para ello queremos trabajar en consonancia con la Administración andaluza, para que exista un plan de aprovechamiento a corto y medio plazo donde se planifiquen las cortas de los montes que más lo necesitan. Con ello aseguramos la correcta gestión del monte, damos futuro a las nuevas generaciones con el empleo y aportamos económicamente recursos que deben de invertirse nuevamente en el monte para que sea sostenible desde un punto de vista ambiental, social y económico.

"La gente nos ve cortar un pino y nos llama terroristas sin saber que es la forma de mantener sano el pinar"

–¿La mejor forma evitar un incendio es el cuidado del monte?  

–La mejor manera de evitar el fuego es tener el monte gestionado, ordenado de verdad y no en un papel. Si hay una programación de actuación hay que ejecutarlo. Siempre se ha dicho que los incendios de verano se evitan en invierno. No tiene sentido que en la provincia desde 2016 no salgan aprovechamientos forestales en montes de la Junta. El año que viene si seguimos en esta situación volveremos a sufrir otro gran incendio. Existe el triángulo del fuego, que son los tres elementos que provocan el desastre. Una chispa para que prenda, oxígeno y material que lo alimente. De los tres elementos hay uno sobre el que debemos tomar todas las medidas preventivas que es la chispa inicial, sin que garantice que de forma accidental pueda surgir. ¿Dónde tenemos la mayor capacidad de actuación? En la disminución del material vegetal y eso se consigue aprovechando la madera y biomasa de nuestros montes.

–¿Cómo cree que se percibe el trabajo de las empresas forestales?  

–De cara a la sociedad, hay mucho desconocimiento. La gente ve que cortamos un pino y nos llaman terroristas medioambientales, sin saber que es una forma de sanear el pinar, de garantizar su futuro y favorecer la propia biodiversidad, además de ser una herramienta de prevención de incendios forestales. No vamos por el campo cortando árboles sin sentido. Todo está regulado, controlado y debidamente gestionado por la autoridad competente.  

"El aprovechamiento y la conservación son compatibles si hace de forma regulada y con todos los controles"

–¿Que el 45% de la superficie de la provincia de Huelva tenga algún grado de protección medioambiental supone un problema para el aprovechamiento forestal?  

–Ninguno, solo hay que llevar una buena programación. Antes hablábamos de El Mustio que está dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde habita la colonia de buitre negro más importante de Europa. Allí se corta madera. Solo hay que programarse, conocer la época de celo del buitre o de la puesta. De los 12 meses solo se puede trabajar de septiembre a diciembre. No hay problemas, lo sabemos y planificamos nuestro trabajo al calendario que nos indiquen. El problema es no tener un plan que permita organizar el trabajo.  

–¿Es compatible el aprovechamiento forestal con la conservación?  

–Hay muchos tópicos sobre nuestro trabajo. Ni desforestamos ni favorecemos el cambio climático. ¿Qué es más importante? Tener un pinar ordenado que pueda defenderse de un fuego o un pinar donde no se actúa y que cuando salte una llama lo perdamos. Es absolutamente compatible siempre que se haga de forma regulada y con todos los controles. No se corta un árbol sin permiso. Hay que cambiar la imagen ante la sociedad. Una gestión forestal sostenible del monte es imprescindible para el medio ambiente, prevenir incendios, generar mano de obra y obtener una rentabilidad económica y eso sólo puede conseguirse con los aprovechamientos forestales de madera y biomasa.

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