Huelva

Ocho años de prisión por amenazar, maltratar e intentar degollar a su novia con un cristal

  • La víctima tuvo que ser operada tras sufrir un corte de 15 centímetros en el antebrazo

La sala de vistas de la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva.

La sala de vistas de la Sección Tercera de la Audiencia de Huelva. / Canterla (Huelva)

La Audiencia Provincial de Huelva ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por un hombre condenado a ocho años de prisión por maltratar habitualmente y amenazar a su pareja sentimental, a la que intentó degollar con un trozo de cristal en 2017.

La Sección Tercera confirma así la resolución del Juzgado de lo Penal 3 en una sentencia a la que ha tenido acceso Huelva Información y en la que consta que este individuo inició el noviazgo con la víctima en 2016, sin convivencia. La acabó convenciendo para que en enero de 2017 se fuera –con su hijo de tres años– a vivir con él. "La relación, que antes de la convivencia no planteaba problemas, cambió radicalmente". Entonces el acusado empezó a mostrarse "posesivo, celoso, controlador, ejerciendo su voluntad e imponiéndola sobre la víctima, a la que no permitía la relación con otras personas, ni con sus amigas".

En los primeros compases de la relación, si él se enfadaba o ella le llevaba la contraria "la insultaba llamándola puta, perra, y amenazándola con que podía denunciarla ante la Policía, ya que estaba en situación de irregularidad". Era "frecuente" que le dijera que "podía provocar un accidente de coche yendo ella y el niño en él".

Cuando el jefe del acusado los echó de la vivienda donde residían, se instalaron en un almacén. Allí a la violencia "verbal y psíquica se le unieron los golpes, que se concretaban en empujones y bofetadas". Ella no denunciaba por temor a que la expulsaran a su país, Marruecos; el maltratador le decía que "podría matarla porque nadie se iba a enterar".

En mayo de 2017 los malos tratos continuaron "casi a diario". El condenado solo permitía que la mujer "saliera a la calle si iba acompañada por él". La víctima propuso que durmieran en habitaciones separadas "al no querer llevar a cabo prácticas sexuales no deseadas por ella". Pero el acusado "seguía sometiéndola más que habitualmente a exigencias de sexo, yendo varias veces por la noche a su habitación y exigiéndole que dejara la puerta abierta".

La Audiencia desestima el recurso de apelación del acusado y confirma la condena del Penal 3

Después de una de estas noches, el 26 junio de 2017, viajaban en el coche del encausado un compañero de piso de la pareja, que solo llevaba unos días instalado con ellos, otra mujer, el condenado y la víctima con su hijo en brazos. Este comenzó a recriminar a la perjudicada "que no tuviera relaciones sexuales con él, insultándola" delante de todos. En un momento dado, "el acusado tiró su brazo derecho hacia atrás, alcanzando" a la mujer que estaba en el asiento trasero y comenzó a bandear el coche, actitud que le pidió que depusiera el compañero de piso "porque se iban a salir de la carretera".

Un día más tarde, el 27 de junio, la pareja tomaba un té en casa cuando el procesado "se levantó, se fue a la cocina y, agarrando a la víctima por detrás, le pasó un cuchillo suavemente por la garganta, causando terror" en ella, "lo que provocó una sonrisa en el acusado al comprobar que había logrado atemorizarla".

Fue el preludio de la jornada más peligrosa. El 28 de junio, sobre las 14:00 y en el domicilio que compartían, se inició una discusión que pudo acabar en tragedia. El origen de la pelea estuvo en que la mujer había comprado unas cervezas. Cuando descubrió que las bebidas estaban en el frigorífico, este individuo "enfureció, diciéndole que eso era pecado y que tenía que sacarlas de allí".

Sin darle tiempo a reaccionar, empezó a empujar a la víctima contra la pared al tiempo que vociferaba "eres una puta, te mato, te mato, te van a mandar a Marruecos". En ese momento el hombre estrelló las botellas contra el suelo y, al romperse, "cogió un cristal y comenzó a tratar de agredir a la perjudicada cortándole el cuello", reza en la sentencia.

Ella se protegió como pudo con los brazos. En una de las acometidas, "el acusado le provocó un corte en el brazo izquierdo, comenzando a sangrar abundantemente". Se quedó "paralizada" pero empezó a pedir auxilio. Esto fue escuchado por el compañero de piso de la pareja, que estaba en la planta superior. Antes de darse a la fuga, empujó a la víctima, que quedó tirada en el suelo hasta que la auxiliaron el compañero de piso y unos vecinos. La mujer fue trasladada al hospital en estado grave, donde tuvo que ser operada del corte de 15 centímetros en el antebrazo izquierdo.

La Audiencia ratifica ahora los ocho años de condena impuestos: cuatro por el delito de lesiones, uno por el delito de amenazas leves, otro año por un delito de maltrato de obra y dos por el delito de violencia física y psíquica habitual. No podrá acercarse a menos de 500 metros de la víctima y tendrá que indemnizarla con 18.887 euros.

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