Obras cúlmenes del repertorio sinfónico

EL próximo sábado día 28 de febrero, a las 21 horas, como conmemoración del Día de Andalucía, la Orquesta Sinfónica de Huelva ofrecerá a los onubenses un magnífico concierto en la Casa Colón.

En esta ocasión se interpretarán dos de las obras más interesantes del repertorio sinfónico: en la primera parte el Concierto en La para Clarinete y Orquesta de Mozart, y en la segunda parte la Sinfonía nº 2 de Brahms.

El periódico Huelva Información ha tenido a bien concederme la publicación de varios artículos en los que me propongo hacerles partícipes de las experiencias, anécdotas y demás datos de interés que como director de orquesta estoy experimentando en mi preparación para este concierto.

El concierto en La para Clarinete y Orquesta de Mozart es una de las obras más conocidas y bellas del Repertorio Sinfónico Clásico; tanto es así que se ha utilizado en innumerables ocasiones para anuncios de radio y televisión, así como también para la Banda Sonora de la película Memorias de África del cineasta Sydney Pollack.

Creo que sería conveniente explicar que un concierto para solista y orquesta, como es el caso, es una obra musical que está integrada habitualmente por tres piezas o movimientos independientes entre sí pero que guardan una estructura común, de forma que si es el deseo del público aplaudir, no debe de hacerlo hasta que las tres piezas finalicen, omitiendo aplaudir entre pieza y pieza. De esta forma los intérpretes guardan su concentración hasta que la obra concluya en su totalidad. Los movimientos de este Concierto son los siguientes: Allegro -Adagio- Rondó Allegro.

El primer movimiento, allegro, posee la frescura característica de un joven Mozart donde se entremezclan los dos temas fundamentales de la pieza, el primero más alegre y desenfadado y el segundo más expresivo y dramático.

El segundo movimiento de este concierto, adagio, es de una belleza sublime donde el sensual timbre (sonido) del clarinete en La nos sugiere, como un buen vino, todo tipo de sensaciones para nuestros sentidos: pureza, sensibilidad, colorido, ingenuidad, ... y la certeza de un espíritu sosegado que sabe a ciencia cierta que este mundo es sólo un camino hacia la trascendencia del ser humano.

El tercer y último movimiento, rondó allegro, es una pieza a modo de danza que todo lo supera y lo vence; es la alegría inocente de un niño que canta feliz y agradecido ante todos los regalos que la vida le ha proporcionado.

La segunda obra que se va a interpretar es la Sinfonía nº 2 de Brahms. Una sinfonía es una pieza musical habitualmente dividida en cuatro movimientos: Allegro non troppo - adagio non troppo - allegretto gracioso - allegro con spirito. El primer movimiento (allegro non troppo) simboliza la cabeza, esto es, el intelecto, la perfección de la razón, y suele responder a una estructura musical denominada forma sonata (exposición, desarrollo, reexposición y coda). El segundo movimiento (adagio non troppo) simboliza el corazón, lo más sensible de nuestro ser. El tercer movimiento (allegretto gracioso) es un movimiento jocoso que simboliza la alegría que todo lo vence. El cuarto y último movimiento (allegro con spirito) simboliza el cúlmen de la existencia expresiva humana de forma desenfadada y cierta.

La Segunda Sinfonía de Brahms es quizá la más poética de todas sus sinfonías, y que contrasta radicalmente con su Sinfonía nº 1 mucho más rítmica y dramática.

Esta obra ha sido comparada en su expresividad y poética sensibilidad con la Sinfonía Pastoral de Beethoven, donde el lirismo y la melodía sugerente son las herramientas principales que la fundamentan.

Tanto el Concierto de Mozart como la Sinfonía de Brahms son dos obras cúlmen del repertorio sinfónico, dos obras de gran dificultad técnica y expresiva donde nuestra Orquesta Sinfónica de Huelva dedicará al público onubense su más cuidada interpretación a modo de regalo musical y agradecimiento a Huelva en el segundo aniversario de su creación.