Objetivos mundiales para un problema mundial
Respons(H)abilidades
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU han enfermado de coronavirus y los retos mundiales se preparan para su necesaria reinvención

Huelva/Desde la primera vez que en esta cuarentena llegó a mi casa un pedido del supermercado, y desechar de una vez diez o doce bolsas de plástico al contenedor amarillo fue la mejor decisión que pudimos tomar, me dije: ¡Ay! Esta misma interjección es la que me ha vuelto a surgir al leer algunos de los efectos de la Covid-19 en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, hechos públicos por la Red Española de Pacto Mundial.
Espero que sigan leyendo para poder resolver las dudas que les haya podido generar el primer párrafo, y porque espero que podamos volver a constatar la certeza de siempre: sepamos o no lo que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o qué es la Agenda 2030 o el Pacto Mundial, sus resultados nos afectan directamente. Esta pandemia está alterando el orden y las prioridades de todo, algo que puede ser un trampolín al vacío o un impulso hacia la solución.
Conocer es poder para decidir
El conocimiento nos da el poder de la decisión, y necesitamos decisiones contundentes y transformadoras. Por eso no hay que cansarse de repetir que los Objetivos de Desarrollo Sostenible son los 17 retos mundiales definidos en 2016 por la ONU para reducir las desigualdades sociales, económicas y ambientales en quince años. Esa es la Agenda 2030, en la que Europa, y por supuesto España, se habían marcado importantes metas y planes de acción que han pasado, necesariamente, a un plano muy inferior de la prioridad.
Pacto Mundial es el instrumento de las Naciones Unidas para involucrar a las empresas a través de su Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y canalizar así el esfuerzo privado hacia los 17 ODS. Ese esfuerzo del sector empresarial de todo tamaño es el que ahora está más centrado en subsistir en el presente que en pensar en el futuro.
Por tanto, todo está en un punto de inflexión decisivo. Se ha producido un reseteo impuesto por un virus que podemos afrontar de dos formas: resignándonos para no hacer nada, o aceptándolo para aprovechar la situación, por fea que sea, y hacer algo
Tocar fondo para coger impulso
Haber caído en el abismo mundial que ha abierto el coronavirus tiene una interesante lectura en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por un lado, las desigualdades se han agudizado en extremo, pero también hemos tomado mucha más conciencia de la necesidad de resolver todos los ODS. Además, lamentablemente ahora hay más víctimas que sufren las consecuencias de no haberlos atendido con más ahínco en el pasado. La Covid-19 no diferencia clases sociales, ni puestos ordinales en el ranking de los mal llamados primer, segundo o tercer mundo.
El ODS 3 por la Salud y el Bienestar mundial ha pasado a ser la primera preocupación de todos los gobiernos del mundo, tengan o no compromiso con la Agenda 2030. Y nos hemos dado cuenta de la extrema vulnerabilidad que nos iguala, y de lo ridículas que son en estos casos las fronteras. A ver si eso por fin nos invita a llegar a un pacto efectivo y global por la salud.
Al tercer ODS le sigue, en interés de gobiernos e instituciones, el ODS 8 por el Trabajo decente y el crecimiento económico, un objetivo en el que también se concentran los esfuerzos mundiales sin necesidad de compromisos previos. Y es que, según datos de la ONU, 25 millones de personas podrían perder su empleo a causa de la Covid-19. Eso también necesitará una respuesta global.
Con los centros educativos cerrados, enfrentándose a la falta de herramientas y a las desigualdades tecnológicas del alumnado y las familias en plena era digital, el ODS 4 por la Educación de Calidad también está en plena revisión se tenga o no interés en la Agenda 2030.
Por culpa del coronavirus, el ODS 5 por la Igualdad vive momentos dramáticos con el terrible aumento de las denuncias por violencia de género por parte de mujeres confinadas con sus supuestos maltratadores. También se visibiliza y se toma el pulso a la situación de otros colectivos vulnerables que necesitan más apoyo para afrontar la pandemia y cuyas necesidades ya estaban descritas en el ODS 10 por la Reducción de las desigualdades, en el ODS 1 por el Fin de la pobreza y en el ODS 2 que persigue lograr el Hambre cero.
El ODS 13 enfocado en la Acción por el clima se enfrenta al problema que supone perder el peso específico que había adquirido en los últimos meses. Tener otras prioridades que atender para superar la pandemia, tampoco favorece al ODS 6 por el Agua limpia, ni al ODS 7 por la Energía sostenible y mucho menos al ODS 12 por la Producción y el consumo responsable. Sin embargo, de mantener la visión clara en esos objetivos, a pesar de todo, dependerá el futuro después del coronavirus.
Dos conclusiones de sentido común
Una primera conclusión inmediata es obvia: si hubiéramos avanzando más en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hoy quizás estaríamos enfrentando mejor la pandemia. Y tampoco es difícil llegar a una segunda conclusión: si los 17 retos están identificados, los planes de acción elaborados y el interés mundial se ha elevado por pura necesidad, ahora es el momento de actuar.
Tenemos una guía perfecta en el ODS 17, el que se concentra en las Alianzas para conseguir todos los objetivos. Porque si algo está quedando claro es la importancia de la solidaridad, la unión de la humanidad y los pactos globales. A ver si se enteran los que gobiernan.
La Covid-19 está siendo para el mundo un reseteo en caliente, como dicen los informáticos. Y resetear, a veces, es el primer paso de la solución.
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