Crónica urbana

Nuevos hallazgos en el Seminario

  • El yacimiento del Norte sigue reescribiendo la Protohistoria con evidencias de un poblado parejo a cultivos de vides l Los ídolos encontrados el año pasado, objeto de unas jornadas del Museo Arqueológico Nacional

SIGUE fascinando Tartessos en la máquina del tiempo: desde que se construyera en los setenta la Ronda Norte de la ciudad, se sabe que Huelva no sólo incubó su estructura urbana en el Cabezo de San Pedro y el entorno portuario, sino que en la zona de la Orden y el Seminario existía en paralelo una agricultura protohistórica, asociada a un poblado. Este yacimiento septentrional da cuenta de una ocupación humana continua desde el Neolítico, hace 5.500 años, hasta nuestros días.

El subsuelo del Seminario (Plan Parcial 8 del PGOU) sigue abriendo las puertas de una revolución arqueológica de trascendencia a nivel europeo. La última campaña realizada en una de las parcelas de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (Epsa), donde próximamente se construirán edificios de VPO, se ha saldado con interesantes hallazgos que datan del Bronce Pleno, entre ellos los restos óseos de un adulto enterrado en posición fetal con una concha de pecten en su ajuar funerario, cuencos cerámicos y un objeto metálico (tumbas similares se encontraron en necrópolis de cistas del Andévalo y la Sierra y en la zona de Costa Esuri de Ayamonte, y en el mismo sector del Seminario han aparecido una decena de enterramientos de este tipo). La fosa corta una estructura siliforme calcolítica, que ha podido ser empleada como almacén.

En esta parcela se han encontrado huellas de árboles del Medievo y alcorques de época islámica, pero lo más importante a nivel historiográfico son las evidencias de sistemas de cultivos de vides fechados en época tartéssica. Una agricultura intensiva que casa ahora con la evidencia de que más hacia el hospital Juan Ramón Jiménez -en el cuarto Sureste de la finca- se localizaba entonces un poblado de gran extensión.

Hace ya diez años que la Universidad de Huelva descubrió en una intervención que había silos islámicos en el extremo Noroeste de esta finca, pero a partir de 2005, las campañas arqueológicas puestas en marcha con el desarrollo de la nueva urbanización del PGOU hicieron comprobar que existen restos de enorme valor patrimonial en la totalidad del sector del Seminario -que podrían extenderse incluso hasta el Cementerio de la Soledad-, con un hito fundamental en el hallazgo de los más de 30 ídolos cilíndricos prehistóricos que se encontraron y se expusieron en el Museo Provincial hace un año y que se vinculan, como elementos votivos, a los rituales comunitarios. Estas figuras provienen del Calcolítico (3.000-2.500 a. C.), un periodo en el que esta zona albergaba poblaciones seminómadas que venían a explotar los recursos de las marismas en determinadas épocas del año.

La excavación y los resultados ha tenido tal relevancia científica que el Museo Arqueológico Nacional dedica al caso unas jornadas monográficas el próximo 16 de diciembre, en una cumbre de expertos que se celebrará bajo el título Los ojos que nunca se cierran. Ídolos en las primeras sociedades campesinas. Está previsto que el profesor Juan Carlos Vera de la Universidad de Huelva cuente el caso del poblado la Orden-Seminario para hablar de los espacios rituales en contexto habitacional.

No hay ningún precedente de una cantidad tan ingente de objetos de este tipo -máxime en su contexto primario, su ámbito original-, de la misma manera que entre los hallazgos de la zona Norte de Huelva hay elementos que abundan en lo ya conocido -por ejemplo, en la existencia de una necrópolis islámica- pero hay otros que son totalmente innovadores a escala regional e incluso europea, y que reescriben parcelas de Historia: los dos depósitos encontrados de ídolos cilíndricos forman parte de este segundo grupo, como también los mencionados sistemas de cultivos de vides para la producción de vino con fines comerciales. Existen pruebas documentales en Grecia de este tipo de agricultura protohistórica, pero nunca antes se habían podido documentar sobre el terreno con una extensión significativa y una distribución espacial clara y definida.

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