Noche contra el cáncer en Islantilla
espectáculo artistas de distintos estilos participan en la iniciativa
La gala musical a beneficio de la AECC reúne a cerca de quinientas personas en el hotel Islantilla Golf Resort



Una noche mágica, sin duda. A pesar de llevar ya catorce ediciones, la gala a favor de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) se supera cada año. La Casa Club de Islantilla Golf Resort reunió en esta ocasión a casi quinientas personas, que acudieron a disfrutar de un cartel de artistas de lujo mientras apoyaban una causa tan importante como es la batalla contra el cáncer.
La actriz Eloína Marcos condujo brillantemente un evento al que acudía por primera vez. Acostumbrados a verla en series televisivas como El Príncipe o Allí abajo, los asistentes disfrutaron de su frescura y su sentido del humor, e incluso demostró que como cantante también podría ganarse la vida.
Las actuaciones empezaron con un grande de las sevillanas: El Mani. Temas míticos como Ay que te como o Candela levantaron al personal de su silla, formándose numerosas parejas de baile; la segunda en subir al escenario fue Marina, un torbellino de arte jerezano que a pesar de sus veinte años tiene tablas de sobra en este disputado mundo.
Tras ella, actuó Consuelo Barroso, la elegancia de la rumba sevillana, que volvió a cautivar a todos los allí presentes con canciones como Mi vida privada.
Y llegaron ellos, Marcos y Jaime, Jaime y Marcos. De apellido, Soto, y de nombre artístico, Mi hermano y yo. Desparpajo convertido, como diría luego su padre, en una brillante poca vergüenza que conquistó a los asistentes, siendo ellos mismos los encargados de presentar a José Manuel Soto.
El artista sevillano arrancó su intervención con temas clásicos, como Tú serás mi amanecer, pero el público no tenía intención de marcharse sin oír su éxito más universal: Por ella. Después de los Soto, hubo cambio de tercio con la ex concursante de Operación Triunfo Nuria Fergó, que interpretó algunas de sus canciones, y para cerrar, otra ex concursante, en este caso del programa Se llama copla: Erika Leiva. Un portento de voz y de arte que puso en pie a más de uno.
Para finalizar, como ya sucediese en la última edición, tuvo lugar un fin de fiesta antológico con todos los artistas subidos en el escenario cantando y bailando para disfrute del medio millar de personas. Inolvidable velada.
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