Huelva

El Nazareno llena la Plaza de San Pedro en un histórico vía crucis

  • El Señor es acompañado por un gran número de personas desde su salida de La Concepción hasta su regreso al céntrico templo. El Resucitado participa por vez primera en el acto.

Todo estaba de cara para que la Cuaresma de este 2015 tuviera en la tarde de ayer, un acto brillante con Nuestro Padre Jesús Nazareno que fue el protagonista del vía crucis del Consejo de Hermandades y Cofradías.

Por encima de todo hay que resaltar la arraigada devoción que Huelva siente hacia su Señor. Como aditivos bastante más secundarios hay que mencionar una espléndida tarde desde el punto de vista meteorológico y una jornada semifestiva, ya que para el sistema educativo no era día lectivo.

Quedará en las retinas de muchos onubenses la histórica imagen del Señor Nazareno por la Plaza de San Pedro, donde volvió más de un siglo después. El céntrico enclave fue el lugar escogido para la celebración del acto piadoso.

Ya durante la mañana, La Concepción fue un constante trasiego de fieles que querían ver al Señor dispuesto en su parihuela, situado en la nave central mirando hacia la puerta de Méndez Núñez.

El traslado hacia San Pedro fue a las 18:30. Media hora antes, la gente ya se agolpaba en los alrededores del templo concepcionista que está celebrando sus 500 años.

El protocolo del traslado fue abierto por la cruz de guía y dos faroles. En el cortejo quedaba incluido el Lignum Crucis, un acompañamiento musical a cargo de la Escolanía y Capilla Musical María Auxiliadora de Sevilla y la bandera blanca del voto concepcionista que posee el Nazareno por su agregación a la del Silencio de Sevilla para significar esos 500 años de la iglesia de la Concepción.

Camino de San Pedro, la comitiva se paró ante el Santo Ángel y subiendo por La Fuente alcanzó la parroquia mayor. La Plaza de San Pedro recibió al Nazareno llena de público. El Señor estrenaba túnica, cíngulo y cordón. La potencias que llevaba la imagen la última vez que fue a San Pedro fueron restauradas para la ocasión. Todo ello contribuyó sin duda a ensalzar este encuentro de Huelva con el Señor.

Vídeo: Javier Fontenla

En la parroquia mayor esperaban a la comitiva el obispo de la Diócesis, José Vilaplana, y el párroco de San Pedro, José Arturo Domínguez. Junto a ellos, los miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías y hermanos mayores de las hermandades de penitencia, Huelva y Emigrantes.

El acto plenamente devocional lo comenzó el presidente del Consejo, Antonio González, con la monición preparatoria. A ésta le siguió José Arturo Domínguez, quien realizó la oración inicial; acto seguido, el obispo rezó la primera estación del vía crucis bíblico. Tras ella, la comitiva se dispuso a salir del templo, lo que hizo a través de la puerta que se asoma a Santa Fe. En la comitiva quedaron incluidas las representaciones de las hermandades ya mencionadas aunque la gran novedad de este año fue la inclusión del Resucitado.

El resto de las estaciones se rezaría por diferentes enclaves de la plaza. En ésta quedaron situadas las cruces de las hermandades de la Parroquia de la Concepción -incluida la Inmaculada-, las de San Pedro -incluidas Santo Entierro y Buena Muerte-, las amadrinadas por el Nazareno -Santa Cruz y Redención- y las dos filiales rocieras de la capital.

Durante algunos momentos de la presencia y desarrollo del vía crucis en San Pedro se contó con la participación musical del Orfeón de Huelva situado en el porche del templo.

Con el rezo de la décimo quinta estación, que hace mención a la resurrección de Cristo y que se realizó ante una luz en blandón portada por un hermano de la Esperanza, hermanada con el Nazareno, se acercaba el final del acto.

Antes de impartir la bendición a todos los presentes, monseñor Vilaplana tuvo palabras de recuerdo a los cristianos perseguidos de Irán, que "son los que en estos momentos están más asociados a la Pasión de Cristo", aunque tampoco se olvidó de los enfermos. Para el obispo, el vía crucis debe ser tomado como una invitación y un recuerdo de que "debemos entrar por la puerta estrecha, a la que no debemos tener miedo".

Una vez terminado el acto piadoso, la comitiva bajó por la calle Daoiz, buscando Velarde, para alcanzar la Piterilla. Cuando el Señor Nazareno regresó a La Concepción pasadas las 22:00, Méndez Núñez estaba a oscuras -y con saeta incluida- para realzar el momento de intimidad con el que se quería vivir estos últimos instantes en las que el Nazareno volvió a llenar de devoción el centro de la ciudad.

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