La construcción del Muelle Norte constituyó todo un acontecimiento para Huelva y su Puerto. Después de construidos los muelles de las compañías mineras de Tharsis y Rio Tinto, en la última etapa del siglo XIX, la puesta en servicio del Muelle Norte era un hito en la superación de Junta de Obras del Puerto, se habían superado retos como el del calado de la Ría, que se hacía más navegable y ofrecía mejores posibilidades a grandes buques. Un muelle propio, conectado a la zona de servicio cercana a la estación de Zafra, junto al Paseo de la Glorieta.

La inauguración se produjo el 16 de julio de 1908 y constituyó todo un acontecimiento social, nadie se perdió el evento.

En la zona de operaciones del deposito de minerales está hoy la zona de ocio.

La prensa dice que ese día se recordaría en los anales de la ciudad, pues el Puerto de Huelva, siendo uno de los primeros de España, coronaba su engrandecimiento con una obra de importancia que permitiría la expansión del tráfico, aumentando sus medios de exportación.

Una obra de hierro y acero, de 875 metros de longitud, con dos vías a lo largo del viaducto y seis en la cabeza, permitiendo una circulación muy activa de trenes.

Las ocho grúas de las que se dotó y todos los aparatos accesorios para la explotación se movían por fuerza eléctrica.

En jornada ordinaria podía embarcar 8.000 toneladas, y en caso de aglomeración de barcos hasta 9.000.

La construcción del muelle comenzó en 1904, su coste incluyendo los medios para la explotación se calcularon en tres millones de pesetas.

El cronista de La Provincia relata la impresión del redactor al llegar al muelle, al sentir la fresca brisa salada, ante el espectáculo del trabajo y la industria, personificada en esta construcción de hierro y acero, como el formidable brazo de un gigante, se adelanta hacia el centro del cauce del río Odiel, entre el sonar de las sirenas de los barcos y el trepidar del tren cargado de mineral y “a nuestros labios subió un grito en honor de esta querida ciudad, tan sufrida como noble, que silenciosamente trabaja por su engrandecimiento”.

Los invitados habían sido recogidos en un tren de la Compañía Zafra a Huelva en las oficinas generales, llegando al Muelle Norte a las cinco y media de la tarde para proceder al acto de la inauguración. Se lanzaron cohetes y los barcos de valor no descansaban sus sirenas, “resultando un acto verdaderamente grandioso”, dice la prensa del día.

Cinco grúas eléctricas

Dotado con la mejor técnica constructiva y de servicio, el Muelle Norte contaba con cinco grúas eléctricas. La fotografía ofrece una perfecta visión de ellas y de la gran grúa flotante, así como los barcos amarrados en el Muelle de Levante, antes de construirse los saladeros. En el horizonte, todo marisma hacia el Molino de la Vega; falta aún los astilleros. El Muelle Norte estuvo en funcionamiento hasta 1979.

La nueva zona de la Ciudad del Marisco en el entorno del antiguo Muelle Norte, junto a Astilleros.

Comercial y de ocio

Toda la zona del tráfico del Muelle Norte se ha convertido en espacio portuario comercial y de ocio, en esa unión de Puerto y Ciudad. En la Ría la nueva lonja arranca lo que será la transformación de todo el Muelle de Levante, con el traslado de los saladeros a la cercana Ciudad del Marisco. Mientras que la zona de ocio está marcada en el centro Aqualon. Un lugar conectado con la barriada del Molino de la Vega, de Zafra y la Merced.