Huelva

Monak o cómo hacer del dibujo hiperrealista una forma de renacer

  • Mónica Rodríguez, la dibujante hiperrealista onubense que ha llevado por fin su arte desde las redes sociales hasta el mundo real

Monak o cómo hacer del dibujo hiperrealista una forma de renacer

Monak o cómo hacer del dibujo hiperrealista una forma de renacer

Mónica Rodríguez (48) recuerda el día en que "volvió a nacer". Siempre tuvo un lápiz y un papel en la mano hasta el momento en que de verdad se creyó lo que el mercado laboral le daba a entender desde hacía tiempo: "pensé que no valía para esto y abandoné el dibujo". 

Todo empezó de nuevo para la artista onubense cuando, hace un par de años, compró un cuaderno digital con la excusa de despejar su mente. "Había pasado una depresión y estaba hundida. Un día, fui a tomarme un café a Portugal para desconectar y para leer. Me llevé un cuaderno en el que se podía dibujar y, aunque hacía mucho tiempo que había dejado la pintura artística, probé para hacer algún garabato". 

Aunque al principio eran dibujos casi infantiles, pronto empezó a mover el lápiz con agilidad de nuevo como si algo que daba por desaparecido hubiera vuelto de "golpe y porrazo". "Estuve allí horas y me acabé emocionando. Sentí como si volviera a conectar conmigo misma, como si volviera a saludarme después de tantos años", recuerda la artista. 

Después de ese día en Portugal, al volver a casa, recopiló todos los libros que podían ayudarla a empezar aquello que había dado por perdido. "Todo lo que yo he reprimido en su día por no confiar en mí, pensando que yo no valía para el dibujo o que yo no era lo bastante buena para ello, se esfumó". 

Dibujos de ojos de Monak. Dibujos de ojos de Monak.

Dibujos de ojos de Monak. / Monak Rodríguez (Huelva)

Aunque el cuaderno que había comenzado usando pretendía utilizarlo para preparar unas oposiciones, pronto pasó de un cuaderno lleno de garabatos a pintar de nuevo sobre el papel. "Dibujaba mi mano, la carpeta que tenía delante o a mi gato. Tenía ganas de llegar a casa solo para volver a practicar". 

A lo largo de su formación en el Grado en Bellas Artes, había aprendido a trabajar y crear con materiales como la madera o barro. Tras el reencuentro con la pintura, volvió a utilizar el grafito o el carboncillo, dándole el toque hiperrealista que tanto caracteriza a sus obras. "Fue como pasar por una gama de colores uno detrás de otro, desde los grises hasta el azul o el rojo en lo simbólico y en mi propia forma de dibujar". 

Con la libertad que te da hacer algo por diversión, tuvo claro que quería ver hasta donde le llevaba la pintura. "Me encerré en mi casa y empecé a dibujar. Cuando la gente me animó y se volcó en mi trabajo, empecé a mostrar lo que hacía poco a poco. Así, seguí trabajando hasta lograr desarrollar una técnica algo más personal basada en el hiperrealismo y en los libros que he ido leyendo y que dejé atrás en su momento".

Muestra de los primeros dibujos. Muestra de los primeros dibujos.

Muestra de los primeros dibujos. / Monak Rodríguez (Huelva)

Uno de sus ases bajo la manga para mostrar sus dibujos están siendo las redes sociales, que ella misma ha puesto en marcha desde un primer momento. "Vi que había mucha aceptación en redes sociales por parte de la gente y decidí tirar para adelante para intentar ponerme como reto trabajar de esto. Me encantaría dedicarme profesionalmente al dibujo y, quien sabe. Lo mismo de aquí a un año volvemos a hablar y me ha cambiado la vida", cuenta ahora sí con esperanza. 

Retrato de David Bowie. Retrato de David Bowie.

Retrato de David Bowie. / Monak Rodríguez (Huelva)

Desde el pasado jueves 14 de marzo, la artista onubense ha llevado a cabo su primer exposición en el icónico bar onubense 1900. Situado en pleno corazón de la capital, ha contado con la visita de todos aquellos que han querido acercarse a descubrir el arte oculto de Monak. 

Poco a poco, pretende pasar por distintos establecimientos que sigan abriéndole las puertas a su forma de hacer arte y lograr acercar sus dibujos a lugares emblemáticos de la capital como pueden ser la Casa Colón e incluso pasar las fronteras de lo local. "Es solo el comienzo de un emocionante viaje que dejé aparcado hace muchos años y que ojalá merezca la pena". 

Como era de esperar, la exposición tuvo una gran acogida y, suponiendo el no haberla tenido, Monak vuelve al mismo argumento que le vino a la cabeza aquel día en Portugal: "es un trabajo mío y que hago para mí". 

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