4-M: Por el futuro de nuestra provincia

Mitos y leyendas de las carreteras de la provincia de Huelva

  • El desdoble de la N-435 que vertebre Huelva de norte a sur y la conecte con la Ruta de la Plata o el tercer carril de la A-49 integran la lista de inversiones pendientes

  • La mejora de la variante a Matalascañas es la obra más próxima

La Nacional 435 a su paso por el cruce con Berrocal en dirección a la Sierra.

La Nacional 435 a su paso por el cruce con Berrocal en dirección a la Sierra. / Alberto Domínguez (Huelva)

El 31 de marzo de 1976 llegaron a Huelva dos jóvenes monarcas en la que era su primera visita oficial como reyes de España. Juan Carlos y Sofía hicieron el recorrido de rigor ante el entusiasmo de los onubenses, visitaron los edificios públicos y actuaron conforme al protocolo. Vivas, aplausos y parabienes. Pero sería la recepción por parte del Ayuntamiento la que dejaría marcada a fuego una frase del entonces alcalde de la capital, Carmelo Romero Núñez, que vista con la distancia de casi medio siglo pone en valor el abandono de Huelva. Lo hizo desde el balcón y ante los Reyes: “En total pedimos unos 400 kilómetros de carretera que tengan calidad de nacional, pues ahora, señor, sólo tienen el nombre”. Han pasado 46 años desde entonces.

La lista de peticiones que entonces hizo el regidor de la capital al monarca bien la podría firmar hoy cualquiera de los convocantes de la manifestación del próximo 4-M por las infraestructuras. “En comunicaciones, acelerar la inversión en la construcción de la carretera Huelva-Sevilla, que es el único nexo de unión de nuestro Polo Industrial, con el resto de España”. Solicitaba también la carretera Huelva-Cádiz, así como un estudio para la carretera Huelva-Extremadura “que nos una por otra vía y revalorice las zonas deprimidas del Andévalo y la Sierra y finalmente, mejora de las carreteras Rosal-Aracena-Sevilla y Huelva-Ayamonte”.

De 1976 hasta hoy las necesidades no han cambiado tanto y las respuestas tampoco. La construcción de la A-49 con el el 92, su enlace con Portugal, algunas mejoras en la costa y las variantes en la carretera de la Sierra para evitar el paso por Valverde o la más reciente de Beas. El resto de inversiones tuvieron más que ver con soluciones cortoplacistas a problemas muy concretos que una planificación real o ambiciosa que diese respuesta a la carencia histórica de la provincia.

El entonces alcalde de la capital le dijo al rey en 1976: “Señor, de nacional solo tienen el nombre”

Huelva reclama desde hace décadas un eje norte-sur que vertebre la provincia y conecta la capital con la Sierra y sirva de columna desde la que integrar todo el Andévalo de forma transversal. Proyectos, maquetas y anuncios hay muchos. La realidad es que del desdoble de la N-435 no hay más noticias que las variantes de Beas o Valverde. La vía no solo permitiría conectar los dos extremos provinciales, sino que abriría una puerta de acceso directo a Extremadura y viceversa, dando además a los onubenses una alternativa de conexión con Madrid y los grandes ejes de comunicaciones nacionales sin necesidad de pasar por Sevilla y ahorrando una hora de trayecto. Las posibilidades económicas y turísticas de esa vía son incuestionables.

De esa carretera debía salir un ramal con el desdoble de la A-461 para convertirse en autovía de la Cuena Minera. El impacto ambiental y la falta de voluntad han dejado el proyecto en un letargo eterno. En 2012 publicaba este diario: “La autovía entre Huelva y Zafra va camino de convertirse en otro expediente eterno en el Ministerio de Medio Ambiente, uno más en una larga lista de proyectos que quedan varados a la espera de la Declaración de Impacto Ambiental. Desde julio de 2009, el expediente está a la espera del pronunciamiento del departamento de Miguel Arias Cañete, pero con la advertencia además del Ministerio de Fomento, que tramita la autovía, de que ésta presenta previsibles problemas ambientales. El paso por la Sierra será el principal escollo a superar por una autovía que lleva años encabezando la lista de reivindicaciones onubenses”. Ha pasado una década.

La otra gran vía ya existe, pero quedó hace años obsoleta al superar su capacidad. Los atascos en la A-49 demuestran que la conexión con Sevilla soporta un tráfico muy superior al recomendable. La respuesta era la construcción de un tercer carril hasta San Juan del Puerto que permitiría la salida mucho más desahogada de vehículos desde las costas en los meses de verano, en los que el trayecto en los días de mayor afluencia se convierte en una auténtica pesadilla. La solución hasta la fecha solo genera más problemas. El carril adicional que se habilita castiga a quienes viajan en sentido contrario. Viajar de Sevilla a Huelva un domingo por un único carril sin posibilidad de adelantamiento y con velocidad reducido supone casi media hora más de trayecto. El primer tramo se aprobó en 2003. De lo prometido solo se ha construido un primer tramo desde Sevilla hasta Sanlúcar la Mayor. En la provincia de Huelva ni un metro.

La Huelva-Cádiz vegeta como reliquia de hemeroteca sin más interés que el onubense

Esa ampliación de la conexión con Sevilla y su extensión hasta el puente internacional con Portugal, pequeño desde el mismo momento de su construcción, lleva sobre el papel incorporados ramales de conexión a la costa. En estos momentos, todos los accesos a las playas de Huelva obligan a atravesar alguna población, lo que se traduce en retrasos, incomodidades y riesgos. Abandonar la A-49 prácticamente en cualquiera de sus puntos implica cruzar Huelva, Lepe, Ayamonte o Moguer y San Juan, aunque estos últimos por su zona industrial.

Por su afluencia, la vía que mayor interés genera es la que une Almonte con Matalascañas. Existen proyectos de desdoble desde los 90, cuando la actual vía quedó ya saturada. Sin embargo, el plan se retoma hace dos años. En enero de 2020 la Junta anunció el aumento de la capacidad con un tercer carril reversible en 27 kilómetros de trazado de la carretera A-483 entre Almonte y Matalascañas, que se ejecutaría en dos tramos de 13,5 kilómetros. La previsión era licitar el proyecto de construcción del primer tramo, entre Almonte y El Rocio, con un plazo de redacción de nueve meses. Con estos plazos, la previsión era que en 2021 se licitara la obra con una inversión de siete millones de euros. En paralelo, se tramitará el proyecto de tercer carril reversible hasta Matalascañas. La consejería de Fomento adjudicó en octubre de 2020 a Consultores de Ingeniería UG21 la redacción del “proyecto de ampliación y mejora de la seguridad vial del tramo entre la variante de la aldea de El Rocío y el núcleo poblacional costero de Matalascañas, ambos en el término municipal de Almonte, de la carretera autonómica A-483”. Completar ambos tramos uniría la costa almonteña con la A-49 en uno de los actuales cuellos de botella de la red de carreteras de la provincia.

Pero las conexiones de Huelva no solo tienen que ver con las grandes vías. La red de carreteras en general es insuficiente para dar respuesta al tráfico actual. Los municipios el Andévalo y buena parte de la Sierra no tienen acceso cómodos ni directos o en las zonas de mayor producción de frutos rojos durante las campañas agrícolas el volumen de circulación así como el tamaño se hace sobre carreteras inadecaudas para ello.

Hay además un problema añadido que afecta a la capital onubense y que tiene su incidencia en las localidades más próximas. El colapso de los acceso a la costa occidental por el puente del Odiel es recurrente. Entrar y salir de Punta Umbría o El Portil implica atravesar la capital sin alternativa. Unido al movimiento natural de localidades como Aljaraque y sus diferentes núcleos se traduce en un nuevo cuello de botella. Las dos infraestructuras actuales (el puente Sifón además en reparaciones por su deterioro) requieren de arreglos serios, de una iluminación acorde y de una ampliación como mínimo. Pero no resolvería el gran tapón que arreglaría una conexión norte con la A-49 eludiendo la capital.

Y la gran promesa insatisfecha que duerme en los cajones sin alternativa real es la Huelva-Cádiz, una vía casi mitológica e irrealizable pero muy socorrida. De anuncios, promesas y debates están las hemerotecas llenas. Es una reliquia. La primera propuesta es de 1934. La dificultad de su encaje con las exigencias medioambientales relativas a la conservación incuestionable de Doñana además de sus elevados costes dificultan un trazado que unido a que es una reivindicación casi unilateral que hace la provincia sin respuestas ni complicidad real desde el otro lado de la carretera la convierten en una vía muerta. Los empresarios de ambas provincias llegaron a colocar incluso una primera piedra simbólica en 2013 como protesta y no hay campaña electoral en la que no surja un nuevo trazado. La única solución factible sobre la mesa será el enlace de la SE-40 que al menos ahorre el cruce de Sevilla para ir a la provincia de Cádiz.

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