Huelva Paranormal

Misterios en la Sierra: La autoestopista de Aracena y la sombra del Tiro Pichón

  • La Sierra tiene innumerables motivos para ser visitada, desde tremendas vistas hasta una fabulosa gastronomía, desde cuevas o entornos maravillosos hasta extraños misterios

Misterios en la Sierra: La autoestopista de Aracena y la sombra del Tiro Pichón.

Misterios en la Sierra: La autoestopista de Aracena y la sombra del Tiro Pichón.

UNO de ellos es el de la autoestopista fantasma que se aparece en la carretera de Aracena a Corteconcepción y Puerto Gil. Es donde me quiero detener para narrarles la experiencia de Manuel Moreno, una persona que se encontraba de visita al lugar, haciendo fotografías y que se encontró con lo imposible. Dejemos que sea el propio testigo quién nos cuente su experiencia:

“Serían las dos y poco de la tarde, yo estaba acabando de hacer unas fotografías de los campos de la zona de Corteconcepción. Quería llegarme luego al embalse de Aracena, pero antes decidí comer algo en la localidad. Conduje hacia allí y a pocos kilómetros de llegar vi a una chica que iba por el arcén. Me llamó la atención porque parecía triste y es una carretera con poco tráfico, por lo que paré y le dije que la acercaba a Aracena, ella me dijo que ‘sí’ con la cabeza”. Hasta, ahí todo normal.

“La chica iba bien vestida” -prosigue nuestro testigo-. “Llevaba una camiseta blanca y una cazadora vaquera, pantalones vaqueros y pelo negro. Llegados a un par de kilómetros del pueblo me dijo que tuviera cuidado con el animal que había pasada la curva y aminoré. No sé por qué, pero me pareció que la chica me alertaba. Al tomar la curva a 20 kilómetros por hora vi cómo en medio había un jabalí. Parecía que estaba comiendo u olisqueando algo. Si no llego a ir a esa velocidad, me lo trago. Paré a unos 20 metros del animal y pité. Se marchó asustado”.

“Entonces le di las gracias a la chica pero no respondió, miré hacia atrás y no había nadie. Era imposible que hubiera salido pues me hubiera marcado el panel del coche la apertura de una puerta. Di la vuelta y la busqué pero no había nadie alrededor, y entonces comprendí que aquello no era normal”, concluía.

Es un nuevo relato de una aparición de carretera y de cómo advierte de un peligro inminente. Se podrá creer o no pero la realidad para el testigo y lo positivo que fue para él queda sin margen de dudas.

Una sombra en Jabugo

Uno de los fenómenos paranormales más inquietantes que se puede vivir es el del fenómeno de sombras. Les quiero contar otra experiencia personal en la Sierra de Aracena, que tuvo como protagonistas a un equipo de investigación dentro de un edificio emblemático como es Tiro de Pichón en Jabugo. En aquella ocasión nos reunimos un buen número de personas para entrar en el interior del edificio. Entre los que acudíamos a investigar estaban Luis Mariano Fernández, Manuel y José González, José David Flores, Jesús García, el grupo GPS y este que les escribe.

En ese edificio, en Tiro de Pichón, venían a ocurrir hechos desconcertantes como, por ejemplo, que se escuchaban pisadas, orbes de luz que surgían de la nada e, incluso, la aparición de lo que llamaban “el fantasma del guardés”. En las innumerables visitas que hicimos siempre conseguimos algo, pero la noche en la que nos reunimos para investigar fue especialmente aterradora.

Ya habíamos tenido un fenómeno de clariaudiencia, de escuchar perfectamente cómo sonaba una música de otro tiempo en la parte del comedor y de cómo, sin saberlo, había aparecido un aporte -una cadena de plata- alineada en el umbral de una puerta. Aquel día comenzamos a sentir ruido en uno de los salones internos del edificio y el grupo, en pleno, decidió ir a ver lo que ocurría. Una fila de personas por un pasillo que desembocaba en una sala mayor, al llegar recuerdo que fueron los hermanos González los que iluminaron aquella sala y cómo, delante de nuestros ojos, algo, una sombra, una silueta, se levantó de un sofá -en el que, obviamente, no había nadie- y se dirigía a la izquierda de la sala para desaparecer. El hecho nos llenó de asombro en unos momentos, aquellos, en los que las brújulas giraban como locas, con el norte perdido, y sabíamos, por lo que llevábamos vivido, que allí no nos encontrábamos solos.

Fue una experiencia de sombras, una experiencia especial en la que los investigadores pudimos comprobar lo inquietante que puede llegar a ser entrar en un lugar como este, lleno de encanto pero también encantado donde suceden hechos que son inexplicables.  ¿Qué fue aquella sombra que vimos? ¿Era el viejo guardés? ¿Era un fantasma? Pocas respuestas y muchas preguntas para un enigma que aún permanece en el corazón de Tiro de Pichón.

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