Huelva

Mineras de Sudamérica se interesan por el casco inteligente onubense

  • Angel Helmet hará pruebas piloto en minas de Perú, Chile y Bolivia. La empresa participará en Exponor, que se celebrará a final de mes en Chile

Darío García en el CIIT de Perú

Darío García en el CIIT de Perú / cedida por la Angel Helmet (Huelva)

Empresas mineras de Sudamérica se interesan por el casco inteligente Angel Helmet, ideado por el ingeniero onubense Darío García, creador de la empresa con el mismo nombre del producto, a la que minas de Perú, Chile y Bolivia han solicitado pruebas pilotos, que se llevarán a cabo durante un mes.

García estuvo en el Congreso Internacional de Innovación Tecnológica (CIIT) de Perú, donde su proyecto “fue de lo más aclamado, ya que fue “lo más innovador”, y se vio inmerso “en una serie de agendas comerciales”. Cuando viajó a Perú había varios interesados en distribuir el producto en Chile, Bolivia y Perú, y allí se incorporaron algunas empresas mineras, con lo que se le llenó la agenda.

Tenía como objetivo conseguir dos minas interesadas en pruebas piloto en cada uno de los países visitados, y sólo en Perú, la semana después de CIIT, había cuatro. En Bolivia, estuvo dos días y una minera solicitó una prueba piloto; en Chile, donde ya tenía cinco, Codelco, “una de las mineras de cobre más importante del mundo”, mostró su interés, a ésta se unió otra posteriormente que quería probar el producto.

En cada mina se utilizarán quince o veinte cascos en la prueba piloto, que se desarrollará durante un mes. El día 27 van a la Exponor, en Chile.

El casco inteligente Angel Helmet es un producto innovador que ha tenido un desarrollo muy largo y costoso. La inversión asciende ya a 500.000 euros. García comentó que inventar algo desde cero sin tener recursos es muy complicado. Pensó que iba a ser suficiente lo que tenía ahorrado, pero no fue así. Han sido casi nueve años de trabajo, la última certificación, la de explosivos, la obtuvo en noviembre de 2018.

La certificación de explosivos la exigen mineras como Sassoon, con la que tiene previsto una prueba piloto en Sudáfrica, con la multinacional HCL.

El emprendedor onubense señaló que tuvo problemas con las certificaciones, “tuvimos que ir a certificar a Alemania, toda una odisea, es triste innovar en España porque no hay recursos, se aprovecha mucha gente de ti y no te tratan como a otras personas que han hecho algo parecido o productos incluso peores en Estados Unidos”.

El casco, que está certificado para cualquier tipo de industria, cuenta con dieciocho sistemas de seguridad, controlados por inteligencia artificial, que cuidan de los trabajadores. Gracias a los abundantes datos que da a la plataforma, que tienen en la nube y que se reciben en el cuarto de control, se puede obtener una optimización de recursos “de unos 2, 7 millones euros anuales”.

Con esta aplicación además de posicionar en tiempo real, se pueden ver los operarios andando en el mapa, tanto dentro como fuera de la mina, se pueden mantener llamadas de emergencia o de trabajo con un operario desde el cuarto de control o poner en comunicación a varios operarios con un especialista que esté, por ejemplo, en Reino Unido para coordinar una tarea peligrosa o una descarga de un puente grúa, e incluso se pueden realizar comunicaciones “fiables y seguras” por mensajería de texto.

El casco incluso “puede tomar decisiones si pasa algo”. Si no le responde el operario puede contactar y enviar su posicionamiento, e incluso, si el trabajador está inconsciente o aprisionado, el casco puede abrir los micrófonos y el altavoz para hablar con él”.

En el último año se han realizado variaciones en el producto, se ha creado una plataforma, Centaurio 8.0, “se ha variado la solución, se ha evolucionado en este trámite de certificaciones, se ha hecho una plataforma web que se puede manejar desde cualquier parte del mundo, se puede contactar con cualquier minera, contando con las autorizaciones”, de manera que “un responsable de una minera que estuviera en el Reino Unido podría mandarle un mensaje de texto a alguien que estuviera en la mina a 400 metros de profundidad en Chile o hacer una conferencia con varias personas que tengan un casco”.

Angel Helmet cuenta con “clientes preinscriptores, que quisieron la solución antes de la finalización de su desarrollo”. Se trata de una minera de Granada, De Órgiva, “que está empezando con nuevos empresarios a reabrirse y querían lo último en seguridad, y ya está funcionando allí”.

También la multinacional Acciona se interesó por una prueba piloto, que se hizo en una instalación subterránea en el metro de Quito, de Ecuador, “cumplió sus expectativas y ha encargado una serie de unidades” de cascos inteligentes.

Personal de la fábrica en el proceso de formación. Personal de la fábrica en el proceso de formación.

Personal de la fábrica en el proceso de formación. / cedida por Angel Helmet (Huelva)

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