La iglesia de Nuestra Señora Estrella del Mar acogió ayer uno de los momentos más importantes de la historia de la Hermandad de las Tres Caídas. La cofradía del Lunes Santo se reencontró con el escenario que vio nacer a Nuestro Padre Jesús de la Penas hace ahora 73 años para que la imagen titular onubense recibiera la Medalla de Huelva de manos del alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz.

Rozaba el reloj las 13:00 cuando se acercó el máximo representante de la ciudad hasta la imagen para distinguirle con el escudo dorado de Huelva. Una estampa que ya permanecerá para siempre en el Señor de las Tres Caídas para orgullo y halago de sus devotos. Gabriel Cruz, lo hizo acompañado del hermano mayor de la hermandad, Fabián Tello, quien previamente agradeció al párroco de la Milagrosa que abriera las puertas de su casa y “hacer posible lo que no se ha podido en siete décadas y por tratarnos como si no nos hubiéramos ido nunca”, así como al Ayuntamiento de Huelva por la concesión de tan honrada distinción. Fabián Tello aprovechó el momento para enumerar y agradecer al Señor todos los momentos que les ha regalado a la hermandad en estos meses atrás, como “la restauración y la vuelta al culto de nuestros titulares, el arreglo de nuestra capilla, el manto de nuestra madre del Amor y la túnica del Señor”.

Así, y como representante de las Tres Caídas, Tello remarcó que “ha sido un honor ser el hermano mayor durante estos años de preparativos y celebraciones a las que se han querido sumar innumerables instituciones, hermandades y medios de comunicación”. Ayer, en la pequeña y bella parroquia de la Milagrosa se concentraron 75 años de historia, los que celebra la Hermandad de las Tres Caídas desde su fundación. Y uno de los momentos álgidos del amplio programa de la hermandad durante estos meses ocurrió con la imposición de la Medalla de Huelva.

Para recibir dicha distinción, Nuestro Padre Jesús de las Penas en sus Tres Caídas vestía la túnica radial realizada por Francisco Contioso y Francisco Nieto. Además, llevaba las potencias de los costaleros, realizadas por los Hermanos Delgado, de plata de ley sobredorada.

Una vez que Gabriel Cruz impuso la Medalla de Huelva a la sagrada imagen, se inauguró y bendijo un bajo relieve conmemorativo del LXXV aniversario de la bendición de Jesús de las Penas, obra de Martín Lagares, y que se encuentra localizado a la entrada de la parroquia. Asimismo, desde las 10:00 hasta las 21:00, el titular de la cofradía del Lunes Santo estuvo en devoto besapié extraordinario. El besapié sólo se interrumpió para la Santa Misa que ofició Baldomero Rodríguez de manera previa a la imposición de la Medalla de Huelva. Numerosas personas abarrotaron la iglesia durante toda la eucaristía hasta que finalizó la mañana con la inauguración del bajo relieve.

Rodríguez aprovechó la homilía para señalar que el Señor nos habla y hay que saberlo escuchar e interpretar. Y ayer fue “la voz de sus caídas en ese itinerario al Calvario. La voz del dolor, de la limitación humana. Es el reflejo de nuestra humanidad”, que somos humanos y necesitamos a nuestro cirineo. Y además, “el creyente en Cristo sabe escuchar” una segunda voz: la del Evangelio, que dice “no temáis porque vuestro final no es una caída, dolor y la muerte”. Hay que tener “ilusión por vivir, creer en la Resurrección”.

Representantes cofrades, municipales, y cientos de onubenses, no quisieron perderse ayer un momento que quedará en la mente y el corazón de la Hermandad de las Tres Caídas de Huelva. Una imagen más que se suma en el año que se celebra el 75 aniversario fundacional de la hermandad.